El emblemático busto de Benito Juárez, ubicado sobre el paseo de la 16 de Septiembre, fue un obsequio del presidente Adolfo Ruiz Cortines a la administración municipal del ingeniero Pedro N. García. Fue entregado personalmente por el Secretario de Marina, el almirante Rodolfo Sánchez Taboada, el 21 de marzo de 1954, como un homenaje a los 210 días que don Benito Juárez gobernó México desde El Paso del Norte, entre 1865 y 1866.
Elaborado en bronce por el escultor mexicano Miguel Noreña —cuyas obras adornan actualmente las avenidas más importantes de la Ciudad de México—, se desconoce la fecha exacta de su creación.

Durante muchos años, el busto se encontró en la explanada del Mercado Juárez, conocida hoy como Plaza Tin Tan, pero fue reubicado a un costado de la Catedral, sobre el paseo de la 16 de Septiembre, casi enfrente de la Plaza de la Tecnología.

La razón de este cambio es que en ese sitio se encontraba el antiguo Palacio de Correos, lugar donde Benito Juárez instaló su despacho presidencial durante su gobierno itinerante. Dicho edificio fue incendiado y destruido durante la Toma de Juárez por el ejército maderista en 1911, a manos de los hombres de Pascual Orozco y Pancho Villa.
Al principio, el busto fue colocado sobre la acera, resguardado por muros de protección que casi impedían su visibilidad. Posteriormente, fue desplazado unos metros hacia el paseo peatonal, donde se le ubicó sobre un nicho de mampostería, con el fin de brindar mayor visibilidad a este importante busto en bronce del Benemérito de las Américas.

En la placa inferior puede leerse el siguiente texto:
AL LIC.
BENITO JUÁREZ.
Ciudad Juárez, orgullosa
de su nombre, consagra este recuerdo
al abogado patriota e ilustre
ciudadano, que cumplió con el
más alto deber: integrar la patria.
1865–1931