México se jugaba el pase al Mundial de Futbol de Estados Unidos 1994 contra Canadá, Javier “El Abuelo” Cruz se dolía del tobillo izquierdo y los cambios se habían terminado para el equipo mexicano que necesitaba un gol para asegurar su lugar en el torneo deportivo. Después de un balonazo del lado derecho de la cancha que recibió Luis Flores y que llevó hasta el área grande en la que Hugo Sánchez, el gran ídolo del futbol mexicano, rozó apenas el centro que un lastimado “Abuelo” Cruz empujaría a la portería canadiense asegurando el gol que llevó a México al Mundial.
Esta jugada la tenía muy presente Jaime Sabines, uno de los más grandes poetas mexicanos, quien nunca tuvo muy buena relación con el otro poeta mayor Octavio Paz. Sabines no tenía empacho en decir que a él la poesía de Paz nunca le había gustado, que le parecía demasiado elaborada y que no le causaba mayor emoción. El poeta chiapaneco aclaraba que la obra de Paz era, sin duda, merecedora del Nobel de literatura, además que al ser nuestro único Premio Nobel debía ser laureado siempre.
Paz, por su parte, decía que Sabines era uno de los mejores poetas contemporáneos de nuestra lengua, pero remataba haciendo comentarios como que le sorprendía que hubiera poemas de largo aliento en la obra de Jaime Sabines, decía: “es difícil, para un temperamento regido por la violencia contradictoria de las pasiones, construir obras que no sean espasmódicas y que vayan más allá del grito, la interjección o la eyaculación”. Y completaba acerca de su libro “Mal Tiempo”: “a fuerza de dar en cada poema un do de pecho cada vez más recio, Sabines ha enronquecido hasta quedarse con un hilillo de voz. Peligros de la falsa barbarie: Sabines forcejea y con un vozarrón de sótano emite quejas, sentimientos débiles o de débil”.
En una entrevista para Canal 22, el hijo mayor de Sabines contó que a su padre le gustaba responder en privado, con los amigos, cuando le preguntaban acerca de las declaraciones que hacía Octavio Paz maquillando su resentimiento hacia el autor de “El Mayor de los Sabines”, que “claro que Paz era un poeta mayor, tal vez el más grande de todos, que era el Hugo Sánchez de la poesía mexicana, pero que como en aquella jugada en la eliminatoria contra Canadá y siguiendo la comparación futbolera, Octavio Paz era Hugo Sánchez, pero Sabines era “El Abuelo” Cruz.
Si estas declaraciones se hubieran dado en estos tiempos, imagino las miles de vistas que hubiera obtenido el video, en el que un chico con el rostro de Sabines, con unos lentes oscuros, salta hacia atrás sobre un grupo de jóvenes con una canción de fondo que explota en un “Turn down for what”.