A mediados de los años noventa, la violencia comenzaba a arreciar en la frontera. Hoy, en Pasaje del tiempo, regresamos a mayo de 1996. En esos días, los reporteros de la fuente policiaca de medios locales como El Diario y Norte de Ciudad Juárez cubrían un hecho insólito: el tercer asesinato cometido por una mujer contra su esposo en menos de dos meses. Eso no era común en ese entonces.
Los casos cobraron notoriedad porque, por coincidencia, dos de las tres agresoras compartían el mismo nombre: Rosario. El más reciente de estos crímenes ocurrió en la colonia Morelos, durante la madrugada del 27 de mayo de 1996. Rosario Pichardo Vázquez, de 41 años, le quitó la vida de una cuchillada a su esposo, Eduardo Arreola Rentería, también de 41 años, según informaron elementos de la Policía Judicial del Estado (PJE).
De acuerdo con los reportes periodísticos, el incidente violento ocurrió alrededor de la 1:00 de la mañana, cuando Rosario regresó a su casa, ubicada en la calle Cuicuilco, número 7445. Según el informe de la PJE, Eduardo estaba muy molesto porque su esposa había llegado tarde, lo que desató una fuerte discusión. La golpeó y luego fue a la cocina por un cuchillo con el que la amenazó. Sin embargo, Rosario logró desarmarlo. En un instante, todo cambió: el cuchillo quedó clavado en el abdomen de Eduardo.
Aunque Rosario intentó ayudarlo, él se negó a que pidiera auxilio, pues —según declaró después— era narcomenudista y no quería problemas con la policía. Tres horas después del altercado, Rosario se presentó ante la Policía Municipal. El parte oficial indica que llegó a pedir ayuda a las 4:50 de la madrugada. Rosario declaró que un cholo había atacado a su esposo y que él se encontraba agonizante. Sin embargo, cuando los rescatistas y policías llegaron al domicilio, Eduardo ya había fallecido.
La serie de crímenes cometidos por mujeres comenzó el 2 de abril de 1996. Una nota firmada por el reportero Armando Rodríguez —quien fuera asesinado en noviembre de 2008, durante los primeros meses de la llamada “guerra contra el narco” en Juárez— y publicada en la sección Seguridad y Justicia de Norte de Ciudad Juárez, documenta el inicio de esta inquietante sucesión de hechos.
Ese día, María del Carmen Estupiñán asesinó de un balazo a su pareja en una vivienda de la colonia El Campesino, Francisco García Vázquez, ambos de 38 años. “María del Carmen mató a balazos a su marido con una pistola calibre .38 especial y luego llamó a la Policía para reportar el homicidio, pero no esperó a los agentes, sino que se escapó”, se lee en la nota de Rodríguez.
El segundo caso tuvo lugar el 22 de mayo de 1996, cuando Xóchitl Rosario Villa López terminó con la vida de Armando Enríquez Galván, de 45 años, en la colonia Insurgentes.
De acuerdo con los reportes, el hombre recibió un disparo en la pierna izquierda que le perforó la vena femoral, un vaso sanguíneo clave que transporta sangre desoxigenada desde el muslo hacia el corazón. Sin atención médica oportuna, murió desangrado. Su cuerpo fue encontrado en una casa de la calle Morera, número 6183.
“La Policía Judicial del Estado dio a conocer que el hombre fue asesinado por su esposa, quien logró huir”, finaliza la nota.