Donald Trump ha lanzado un amago sin matices hacia México, Canadá y China al imponer aranceles de hasta 25 por ciento, argumentando un supuesto flujo masivo de fentanilo desde estos países.
Sin embargo, más allá de la retórica antimigrante y nacionalista, de acuerdo con economistas esta amenaza de hacerse realidad tendrá un impacto directo en el pueblo estadounidense, en especial en su clase media, que será la principal víctima de esta guerra comercial.
Las empresas se verán afectadas por el incremento en costos, lo que derivará en pérdidas millonarias. La inflación podría elevarse aún más, reduciendo el poder adquisitivo de los ciudadanos comunes.
En lugar de buscar soluciones diplomáticas, Trump elige intensificar una estrategia económica dañina, ignorando que la verdadera amenaza para su pueblo proviene de sus propias decisiones políticas, no de los países con los que mantiene disputas comerciales. El daño económico será, irónicamente, un precio que pagarán los estadounidenses más vulnerables.
