Sobre la avenida 16 de Septiembre, enfrente de la ExAduana, el edificio San Luis, con su fachada de ladrillo rojo, forma parte importante del paisaje del primer cuadro de Ciudad Juárez, especialmente por aquella avioneta que cuelga de sus paredes, cuyo motor lleva la inscripción “Spirit of St. Louis” —presumiblemente el origen de su nombre—, y que es una réplica de la aeronave con la que Charles Lindbergh realizó el primer vuelo transatlántico de Nueva York a París en 1927.

Ésa es sólo parte de su historia reciente, ya que el origen de este edificio se remonta a 1882, cuando fue fundado como un hotel que llevaba el nombre de Porfirio Díaz y fue el más importante de la frontera en su época. Pero, tras la Toma de Ciudad Juárez por el ejército maderista, cambió su nombre a Hotel Montecarlo debido a la animosidad que generaba la figura del general Díaz durante los años de la Revolución y los posteriores.

No fue sino hasta años después que el propietario colocó la característica avioneta en su fachada ochavada y lo rebautizó como Edificio San Luis, nombre que conserva hasta la actualidad. De esta misma avioneta se sabe que fue elaborada en lámina a finales de los años treinta por Benjamín Torres, precisamente para conmemorar la hazaña de Lindbergh. En aquella época, la aviación generaba gran emoción; por ejemplo, el capitán mexicano Emilio Carranza realizó el primer vuelo sin escalas entre la Ciudad de México y Ciudad Juárez ese mismo año de 1927, sólo unos meses después del vuelo de Lindbergh.

En los años cincuenta, durante la época dorada de Ciudad Juárez, el edificio fue convertido en el famoso Club San Luis, donde se ofrecían juegos y música en vivo con el mariachi Los Alacranes. El lugar fue tan popular que se cuenta que celebridades como Antonio Aguilar y El Piporro llegaron a disfrutar de sus amenidades.

Ha albergado todo tipo de negocios, desde una farmacia hasta una casa de cambio, que llegó a ser la más longeva de la frontera. Actualmente, en su planta alta, se ha dado a conocer como un espacio cultural llamado San Luis Contemporáneo: un proyecto de rescate donde se realizan exhibiciones de pintura, escultura y fotografía; también se imparten talleres, obras de teatro, danza y eventos musicales. Cualquier expresión artística es bienvenida, justo allí, en el corazón de la ciudad.

Resulta sorprendente que, con tanta historia a cuestas, este edificio pase desapercibido para los miles de juarenses que transitan el cruce de las calles 16 de Septiembre y Juárez, tal vez oculto entre tiendas ambulantes y el olvido del Centro Histórico por parte de los fronterizos, que han trasladado sus actividades a otras zonas de la ciudad.