Desde hace más de una década, Édgar Trevizo ha dedicado su vida a la literatura en múltiples facetas: poeta, traductor, compilador y editor. Su amor por los libros lo ha llevado a publicar poemarios, traducir a grandes autores internacionales y coordinar antologías que conectan diversas voces poéticas. Sin embargo, su mayor apuesta ha sido Medusa Editores, un proyecto independiente que fundó en 2020 con el propósito de transformar la edición en Chihuahua y abrir nuevas rutas para la poesía en México.
Con una visión arriesgada y una atención meticulosa a cada obra, Trevizo ha logrado posicionar a Medusa Editores entre las editoriales independientes más relevantes del país, desafiando el centralismo cultural y creando una red de distribución nacional e internacional. Su trabajo no solo ha dado visibilidad a autores emergentes y consolidados, sino que también ha revolucionado la manera en que se conciben y diseñan los libros de poesía.
En esta conversación, Trevizo comparte los desafíos de publicar desde el norte de México, el impacto de su editorial en el panorama literario y sus planes futuros para seguir expandiendo un proyecto que, en solo cuatro años, ha dejado una huella profunda en la literatura nacional contemporánea.
¿Qué te inspiró a fundar tu propia editorial en Chihuahua, un estado que no suele ser conocido por su industria editorial?
Bueno, desde muy joven he estado enamorado de los libros. He procurado, dentro de lo posible, siempre trabajar en algo que se relacione de alguna manera con ellos, así que supongo que era de esperarse que después de escribir, enseñar, traducir, compilar, terminara intentando la edición y el diseño. Este proyecto se gestó durante el 2020, el año de la pandemia, en que estuve sin empleo y pude aprovechar el encierro para pensar en un proyecto editorial. Yo justo acababa de dejar mi cargo como jefe del programa editorial de Gobierno del Estado, con un alto nivel de frustración por el modo de trabajo institucional, la burocracia, la dificultad para emprender acciones propositivas y de mayor alcance. Entonces pensé, bueno, ¿por qué no hago yo mi propio esfuerzo independiente? Y comencé. Empecé elaborando un par de antologías de poesía internacional para compartir gratuitamente durante esas fechas y finalmente en marzo de 2021 lancé nuestro primer título impreso: Hay quienes transitan el sendero del amor, poemas de Ono no Komachi e Izumi Shikibu, damas de la corte japonesa de la era Heian, con lo cual se evidenciaba desde el inicio la vocación internacional de la editorial.
¿Cuáles fueron los primeros desafíos que enfrentaste al establecer tu editorial en una entidad que no es un centro cultural tan reconocido como otras del país?
Los primeros desafíos siguen siendo los mismos hasta ahora. El principal de ellos es quizás el hiper centralismo mexicano, en donde todo ocurre en el centro. La distancia es un enemigo enorme de quienes trabajamos a las orillas del país. El movimiento de libros se da en el centro, las oportunidades están en el centro, los presupuestos, las ventas, etc. Llegar hasta allá nos requiere de mayores esfuerzos, tiempo, conexiones, dinero, y en ese sentido es difícil competir con las editoriales establecidas en el centro del país. Aun así, Medusa ha logrado no solo llegar, sino posicionarse entre las editoriales independientes más importantes y propositivas del país. Como sabemos, Chihuahua es uno de los estados del país en que menos se lee. Las ventas son casi nulas, el interés en los libros no crece, las editoriales estatales han generado una dinámica muy nociva al acostumbrar regalar los ejemplares… estos son problemas que seguimos teniendo en la actualidad, además, desde luego, de la competencia con los grandes emporios editoriales y a veces incluso la competencia desleal por parte de instancias como el Fondo de Cultura Económica.
¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con autores locales y darles una plataforma para que sus voces se escuchen a nivel nacional?
Ha sido magnífico, en resumen. He trabajado ya no solo con autores nacionales sino con varios internacionales, por cierto, dándoles una plataforma de exposición que pocas editoriales pequeñas pueden dar. La relación con cada una y uno de mis autores es espléndida. Como comenté al iniciar, he estado enamorado de los libros desde muy joven: me gustan, los admiro, colecciono, los imagino. Y esa pasión la transmito a cada ejemplar que edito y diseño, tanto como a sus autores y autoras. Esa actitud entusiasta, apasionada y enamorada es con la que abordo cada proyecto, a cada autor, y eso me lo agradecen mucho. En términos generales he desarrollado con ellos una relación de estrecha amistad y varios consideran a Medusa como su casa. Pensando en futuras publicaciones suyas, nos hemos convertido en su primera opción, cosa que me alegra y enorgullece mucho. Ya autores de la talla de Renato Tinajero, Eduardo Langagne y Luis Vicente de Aguinaga, tienen un par de libros con nosotros (estos a punto de aparecer en estos meses), porque decidieron quedarse en su nueva casa y publicar con nosotros.
¿Qué distingue a tu editorial de otras más grandes o tradicionales? ¿Cómo lograste en estos 4 años encontrar un nicho en el mercado?
Lo que más nos comentan los lectores y libreros es sobre la exquisitez del diseño y lo atractivo y distinto que es de la edición tradicional en México, aunque yo creo que la distinción más importante es el cariño y la exhaustiva atención al detalle de cada uno de nuestros libros. Las editoriales grandes no tienen (o no quieren tener) tiempo para dedicarle a la producción correcta, digna, de un libro: leerlo, corregir, entenderlo, sugerir ajustes, imaginar cómo vestirlo gráficamente, cómo diseñar sus interiores, etc. Medusa hace eso y lo hace muy bien. Cada libro toma mucho tiempo en su elaboración, se trabaja en conjunto con los autores y en suma, nos deja a todos contentos, tanto al editor como al autor, libreros y lectores. Creo que el éxito de Medusa en apenas 4 años ha sido gracias a una dedicación intensa y cariñosa, a un estudio constante de la forma de hacer un libro, a su diseño arriesgado y meticulosamente cuidado, visión internacional, pero sobre todo, atención, tanto editorial como personal. La atención, decía Mary Oliver, es el principio de la devoción, y en Medusa somos devotos de los libros.
¿Qué géneros o estilos literarios han tenido más éxito en tus publicaciones y por qué crees que resuenan tanto con el público?
Hemos tenido tres éxitos editoriales notorios en términos de ventas y cariño de los lectores hacia ellos: nuestro primer título, “Hay quienes transitan el sendero del amor”, que ya tiene su segunda edición; “Pero lo recuerdo como si fuera cierto”, de Ruby Myers, y “El libro de las cosas que no existen”, de nuestro querido maestro Enrique Servín. Esto en términos de público. Ahora, en términos del género literario que más publicamos, este es la poesía. Aunque podemos y hemos editado toda clase de libros (Historia, psicología, leyes e incluso un recetario y libros de arte), se nos reconoce como editorial de poesía y algunos entendidos en el mundo editorial han dicho que es la más importante del país en este género. Algunos autores nos han comentado incluso que Medusa es ya LA editorial para publicar poesía en el país. Por necesaria y digna modestia, me tomo estos generosos comentarios con un granito de sal, pero he de reconocer que la cantidad de poetas que han acudido a nosotros para publicar sus libros es tal que hemos tenido que suspender la recepción de manuscritos, al menos de momento, por la larga agenda de publicaciones ya comprometidas. Y es que Medusa no solo publica, sino que distribuye, tiene presencia en ferias, una red de librerías nacional bastante amplia que cubre las ciudades más importantes del país, además de que vendemos en cientos de librerías virtuales en todo el mundo y producimos libros bellos, sumamente cuidados.
-Platícanos cómo fue el proceso para la publicación de El libro de las cosas que no existen, la obra póstuma de Enrique Servín
Durante la presentación del libro en la Feria del libro de Chihuahua comenté que este libro es un pequeño milagro. El actual jefe del programa editorial Chihuahua, José Santillanes, fue quien propuso inicialmente a la familia Servín publicar algún libro inédito del Maestro y aceptaron con la condición de que fuese Medusa quien lo editara. Comenzamos las pláticas y empezamos a editar esa obra monumental y de honda belleza. Y digo que fue un milagro porque, en la búsqueda de materiales entre los archivos de Enrique, este libro fue encontrado en un disquette guardado desde el 2007 en que se concluyó la obra (esto lo sabemos gracias a Noel René Cisneros) y milagrosamente se preservó durante todos estos años. Hugo Servando Sánchez, gran amigo de nuestro Maestro adquirió una unidad para leer ese soporte y descubrió el libro en él. Un milagro precioso, la verdad, y un libro de suma belleza en su concepción editorial, además.
-Han comentado algunos autores que podrían publicarse otras obras de Servín… ¿tienes algo planeado?
Sí, efectivamente. El plan, cuando nos lo permita nuestra gran cantidad de trabajo, es editar la obra completa, tanto publicados en vida como inéditos. Esperamos poder tramitar un proyecto el próximo año para llevar a cabo ese rescate tan necesario. Es desde luego un proyecto complejo y costoso, pero esperamos poder llevarlo a cabo. También planeamos el rescate de sus textos publicados en redes sociales, muchos de los cuales son pequeños diamantes de pensamiento literario, político, social y filosófico. Este es otro emprendimiento de gran complejidad y alcance, pero podemos hacerlo. Ya hemos hecho otros que parecían inalcanzables y hemos conseguido hacerlos maravillosamente bien, si se me permite la inmodestia.
¿Cómo seleccionas a los autores que publicas? ¿Qué criterios consideras fundamentales a la hora de elegir un manuscrito?
Hay quizás una espina dorsal de la poesía que se publica en Medusa: la accesibilidad. Nos gusta que toda clase de lectores puedan gozar de la poesía, no solo los expertos en el género. Esa ha sido la guía para nuestras publicaciones y los lectores han agradecido una poesía y literatura que pueden comprender y profundizar, independientemente de su grado de preparación lectora. Y eso nos gusta. Nos gusta compartir belleza y que los lectores de toda clase puedan disfrutarla. Desde luego esto no significa que sean libros “fáciles” o “de consumo”, sino meramente accesibles. La sencillez y transparencia son generosidades artísticas, y eso es lo que deseamos promover, aquellos libros que se enlazan estrechamente con las grandes tradiciones poéticas de la humanidad.
¿Cuál ha sido el impacto de tu editorial en la literatura estatal y nacional? ¿Qué piensas de la percepción de la literatura chihuahuense en el ámbito literario del país?
Me parece que el impacto ha sido mucho más en el ámbito nacional que en el estatal. En realidad en el estado vendemos muy pocos libros y no ha habido en realidad un reconocimeinto generalizado de nuestra labor. No obstante esto sí ocurre en otros estados del país en que Medusa es ya un referente indiscutible. Muestra de ello es la cantidad de poetas de reconocimeinto nacional e internacional que han decidido venir con nosotros para la publicación de sus textos, así como las coediciones que hemos podido hacer con instituciones de otros estados de la república.
En cuanto a la percepción de la literatura Chihuahuense en el país, es un tanto displicente, a decir verdad. Como comenté anteriormente, es difícil que “salga” algo de Chihuahua hacia el resto del país, esencialmente por el centralismo y nuestra distancia del centro de actividad cultural en el país. Recuerdo que en mi primera visita a Guadalajara ya como editor, alguien me dijo asombrado al saber que Medusa es de Chihuahua: “¡Pero si de Chihuahua no sale nada!”. Es una percepción equívoca, desde luego. Tenemos grandes autores, varios de los cuales hemos publicado, que simplemente no se conocen por varias complicaciones, especialmente de distribución. Nosotros hemos trabajado en ello y hemos logrado resolver en cierto grado ese problema editorial histórico en el estado. Hemos sacado a nuestros autores a la escena nacional y esperamos poder hacerlo cada vez mejor en los siguientes años.
¿Qué estrategias has utilizado para distribuir tus libros y asegurarte de que lleguen a una audiencia más allá de Chihuahua?
El año pasado fue el de una especie de consolidación en términos de distribución. Desde muy temprano decidimos abordar este problema que parecía irresoluble en términos históricos, pero que en realidad solo requería de constancia y mucho trabajo y creatividad. Muy pronto comenzamos a distribuir nuestros títulos por Amazon, en versiones digital e impresa. Posteriormente firmamos contrato con Bibliomanager, instancia internacional que nos ha permitido tener nuestros títulos en cientos de librerías digitales del mundo, algunas tan importantes como Buscalibre, que es la principal competencia de Amazon en términos de libros, por ejemplo. También el año pasado consolidamos una red de librerías nacional que abarca ya 15 puntos de venta en Chihuahua, Ciudad Juárez, Monterrey, Guadalajara, ciudad de México, Querétaro, Estado de México y Xalapa, con librerías muy importantes, tales como Casa Tomada, Carlos Fuentes y otras.
En un contexto donde las editoriales independientes enfrentan grandes retos financieros, ¿cómo has logrado mantener la viabilidad económica de tu proyecto?
Se dice que una editorial independiente dura tanto como los ahorros de su editor. Quizás es cierto. Hasta ahora he sostenido el esfuerzo gracias a otros trabajos que realizo, porque las ventas aún son magras, salvo en la temporada de ferias. Espero que esto cambie poco a poco con los años. También nos apoyamos en los servicios editoriales, en los que podemos hacer cualquier clase de libro y revista y el cliente financia el total de los gastos de producción. Recientemente hemos hablado con varios autores para seguir esquemas de coinviersión para compartir el riesgo y lograr que tengan mayores beneficios que en el esquema editorial tradicional. Constantemente estamos buscando un equilibrio entre la rentabilidad y nuestra idea de que en Medusa no todo es dinero. A propósito de esto, ha sido ampliamente reconocida, con emoción y admiración, nuestra política de acceso abierto a la lectura, mediante la cual proporcionamos ejemplares digitales gratuitos de nuestros títulos a quienes por alguna razón no tengan capacidad de comprarlos. Todos nuestros autores han estado de acuerdo con ella y es algo que solo nosotros hacemos, en línea con nuestra idea de que tenemos que sobrevivir y crecer, pero también de que el acceso a la literatura no debe depender de la capacidad económica de los lectores.
¿Qué proyectos futuros tienes para la editorial y cómo planeas seguir contribuyendo al desarrollo de la literatura en Chihuahua y en México en general?
Medusa ha emprendido proyectos muy ambiciosos: editamos hace un par de años un gran homenaje a William Carlos Williams único en el mundo, en el que participaron 75 artistas de 8 países; actualmente estamos preparando el segundo volumen de la serie de homenajes con uno dedicado a Homero. Eso en cuanto a lo que hemos hecho hasta ahora. En cuanto a lo que viene, hay más planes que tiempo o recursos financieros, a decir verdad, pero no queremos tirarlos por la borda: queremos abrir una colección infantil, una colección de “esenciales”, clásicos que no han sido considerados tanto como debieran por las grandes editoriales; queremos abrir una rama juvenil con cómic y novela gráfica y seguir haciendo los libros de poesía más hermosos del país.