Todo arte se caracteriza por un cierto modo
de organización alrededor de ese vacío.
Jaques Lacan
Existe un elemento que vertebra la filmografía de Germán Valdez, mejor conocido como Tin-Tan, quien ha sido un referente de nuestra frontera a nivel nacional. Este elemento deriva del hecho de que, generalmente, su personaje es pobre y termina engañando al rico. La mayor parte de su películas gira en torno a este supuesto.
Podríamos coincidir en que tal circunstancia podría generar una sobreexplotación del personaje, lo que debería tender a disminuir la afición de sus admiradores de la época, así como de las nuevas generaciones que aún se sienten atraídas por “Pachuco de Oro”. Sin embargo, nada de esto sucede, lo que nos lleva a preguntarnos: ¿qué es lo que ocasiona el éxito del personaje si nunca se reinventa?
Si hacemos un recorrido por los personajes cómicos más entrañables de esta época, conocida como la época de oro del cine mexicano, y mencionamos solo algunos, como Mario Moreno “Cantinflas”, Enrique Ochoa, José Antonio Hipólito Espino Mora “Clavillazo”, Adalberto Martínez “Resortes”, entre otros, encontraremos que el eje central de su comedia radica en ser el pobre que se burla del rico, triunfando siempre por encima del poder y mofándose de él. Por experiencia propia, me tocó ver a mis ancestros reírse a carcajadas de lo expuesto por estos personajes, pero también lo hacían las personas de mi edad, y aún he sido testigo de nuevas generaciones que sueltan sonoras carcajadas con dichos personajes.
Se puede leer que, si bien las comedias no eran nunca algo novedoso, lograban una aceptación increíble entre sus audiencias. ¿A qué se debe, pues, esta singularidad?
En un ejercicio meramente especulativo, podemos admitir que el humor hace más soportable la condición del televidente, al vengarse simbólicamente de aquel que se aprovecha de su situación. Así, logra una especie de venganza al identificarse con un personaje que logra revertir la lógica que prevalece en las relaciones laborales y económicas. Según lo atisba Freud en El chiste y su relación con el inconsciente (1983), el humor es uno de los elementos más utilizados para la descarga de energía psíquica, con la cual logramos no explotar en ataques de histeria o alguna neurosis, lo que podría conllevar a condiciones actuales de depresión o ansiedad.
Recordemos aquel chiste, hoy muy expuesto en los memes que circulan en diversas redes sociales, que suena constantemente:
“Patrón, qué hermoso vehículo anda usted estrenando”.
“Pues si trabajas más horas extras, aumentas tu producción, trabajas los fines de semana y mejoras la calidad, el próximo año estrenaré uno aún mejor”
Los chistes retratan esa parte de la realidad que, según el psicoanalista Sigmund Freud, convierte momentos dolorosos en sentimientos placenteros mediante la sublimación, para hacer más soportables las condiciones.
En el caso específico de Tin-Tan, es tan alabado por los fronterizos, no solo porque se burla de sus verdugos y logra estabilizar las relaciones existentes, sino porque además genera una identificación con su forma de conducirse, su lenguaje propio de los pachucos en spanglish y su vestimenta, que semeja la de los habitantes radicados en las áreas limítrofes del norte en aquellas épocas. Hoy en día, esa nostalgia por estos personajes sigue viva en el imaginario colectivo, sin haberse resignado a desaparecer.
Es Tin-Tan, un ícono juarense, pero también un personaje que logra en parte estabilizar las relaciones para que no estalle una histeria colectiva, alcanzando el equilibrio necesario para hacer más soportables las condiciones de la vida fronteriza.
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Trabajos citados
Freud, S. (1983). El chiste y su relación con el inconsciente II. (L. L.-B. Torres, Trad.) México, D. F.: Iztaccihuatl.