DIEGO L. GARCÍA
(Fotografía #12) Ventanas con papel film
autocine. los vehículos parecen abandonados
con el olor del tapizado a estrenar. puede
así yacer un cuerpo? los reflectores
cruzan la parte del fondo. no sé dónde
habrán ido las parejas que no querían repetirse.
las ventanas selladas con papel film
tienen un efecto acuático ante la cámara.
una habitación puede quedar deshabitada
pero llena de sensaciones.
no es el tacto o el sabor de las frutillas
lo que hace al verano –es temprano
dice una voz en la pantalla blanco y negro.
nadie puede abandonar la escena
sin una chispa de felicidad
Como todas las cosas
se trata de realismo emocional.
suena bastante bien. sobre todo si el resto de las partes
puede volverse una gelatina de texturas
más o menos inestables. listas para contener
las ruinas de un barrio oscuro
o las sábanas de un sueño pisoteado.
vas por los callejones de esa narración
directo a un buen disparo de richard yates.
el portarretrato persiste
en el mismo lugar que la artillería
de las redes con platos de espinaca.
no debería incomodarte el año.
la planta de envasado sabe darnos buen material
y todo estará bien al fin. ya lo verás
Momentos de espacios negativos
tras una pared y otra
nos movemos como palabras
que encajan en una frase
sin estar diciendo nada.
son posiciones para disputar lo visible.
los árboles ya no están allí
y solo aquellos tipos engrasados
que no tendrán retiro ni siguiente papel.
manos en los bolsillos.
el pastor tuvo que huir de su granja.
un cigarrillo para no tener que hablar
cuando ya está dicho todo
Ambiental #19
servilletero. cenicero. las mesitas redondas.
pero lo que se mira atraviesa el cristal y las letras.
son tipos llevando sus sacos en el brazo
un chico en un caballo mecánico
abrigos largos con historias seguro más interesantes
que ese interior de carteles desquiciados.
una conversación nunca puede ser suficiente.
no recuerdo en qué parte nos quedamos
De: Unos días afuera (Pixel, 2023)
músicos de sesión
(fondo de una playlist similar a Eggleston)
camisas y faldas planchadas
como una línea de melotrón
que se va apagando
poco a poco
(eso que ocurre poco a poco
es siempre precioso).
árboles al fondo. el auto
estacionado sobre una alfombra de mini golf
y el cabello de los dos
que no necesita esforzarse.
cielo gris industrial,
el tiempo es un trapo viejo
en el baúl
doubledragon
cerrás con doble llave
persianas metálicas de doubledragon,
pintadas
como decoración hasta que acribillan
a un vecino por la madrugada. cantás
y las pastillas para la depresión
aumentan de precio
(el corazón de vaca es un plato valorado acá).
está bien que el ruido de las motitos joda
y revientes el parlante para tirar
al alargue
esa botella con pesos, no digo ingenuidad
pero hay mucho de mí mímí
en la fila de reproducción.
la TV de la sala de espera pasa videos de Hong Kong
un sábado al mediodía,
nada que detenga la pedrada,
la furia que sale de pantalla
De: gris industrial (inédito)
Diego L. García (Buenos Aires, 1983). Es Profesor en Letras, por la UNLP. Entre sus libros figuran: Esa trampa de ver (Añosluz, Argentina, 2016), Una cuestión de diseño (Barnacle, Argentina, 2018), (Fotografías) (Zindo&Gafuri, Argentina, 2018; 2da ed. Liliputienses, España, 2020), Las calles nevadas (Barnacle, Argentina, 2020), Siluetas hablando porque sí (Casa Vacía, Estados Unidos, 2022), El lento hacer. Ensayos sobre imagen y escritura (Casa Vacía, Estados Unidos, 2023) y Unos días afuera (Pixel, Argentina, 2023).
JORGE CURINAO
Retrato
Ahora el viento amainó
como si hubiera terminado una guerra.
Ese niño, frente al plato vacío,
descifra el color de las hojas,
el paso del tiempo.
DUELOS
Una mujer sola
entra en el mar.
Y el mar le miente,
le hace cosquillas.
RITUAL
El único inmortal es el viento,
el que separa
en un cuarto vacío
las cosas del paisaje.
Su trabajo consiste en hablar con desconocidos.
DÍAS DE NOVIEMBRE
El viento anida en noviembre
y en mi corazón
junto a vos, hermano,
que ya no estás.
TEORÍA
No sé si salta o cae
pero la tristeza
en mi memoria
es un solcito que cruje.
CITA A CIEGAS
Salgo a la noche
y hablo con mis muertos:
les digo a los perros que se callen.
Lo hago para comprender la intensidad de mis palabras
RESTOS DE CIUDAD
Escribo
a pesar de tanta muerte.
Un viento cruzado
perfuma el día.
MANIFIESTO
Lo realmente difícil en la poesía
es escribir sobre la felicidad
lo intenté
pero no pude
no sé
debo ser algo masoquista
porque siempre cuando escribo la palabra felicidad
la borro y la vuelvo a escribir.
Imagino que la felicidad es también eso:
borrar y volver a escribir.
LUNA EN ACUARIO
Me gustaba
escuchar
su voz
porque en ella
se podía resucitar.
SEÑAL
Desconfío
de los perros callejeros
que no aúllan
en la noche.
Jorge Curinao (Río Gallegos, Santa Cruz, 1979). En el año 2006, su libro Sábanas de viento fue elegido para ser publicado en la selección Mi Primer Libro, organizada por la Municipalidad de Río Gallegos. Posteriormente publicó Plegarias del humo (2009), Cactus (2010), Nadando (2012), Otros animales (2014), Gorriones de la noche (2020) y Los álamos cantan en el viento, antología (2021). En 2023, su libro Restos de ciudad fue elegido para ser publicado en la primera edición del Fondo Editorial Santacruceño (FES). Algunos de sus poemas fueron incluidos en la Antología Federal de Poesía de la Patagonia (Consejo Federal de Inversiones, 2014) y en la Antología de poesía del sur argentino, (Ed. Inolas, Potsman, Alemania, 2019). En el 2007 y 2015 representó a la provincia de Santa Cruz en la Feria del Libro Buenos Aires.
Contacto: jorgecurinao06@yahoo.com.ar
ALICIA WAISMAN
Emma
(…) toutel’amertume de l’existence
lui semblaitservie sur son assiette…..”
«Madame Bovary»
Gustave Flaubert (1857)
(pag.87 – collection Le livre de poche – Editions LibrairieGénéraleFrançaise – 1961)
I
Mi llanto
noestremecetuolvido.
El espacio
entremillantoytuolvido
no cabe en estos versos.
II
Emma recorre
la textura del antebrazo de Rodolfo.
Sus dedos finos y blancos
palpan/ huelen /rozan/acarician
poesía
donde no la hay.
III
¿Quién silencia la voz de Emma?
Ella nos grita a los ojos.
Pero entre su voz y nuestros ojos
no hay nada.
Ningún puente entre su angustia
y nuestro vacío.
IV
¿Quién hace callar mi femenino?
¿Quién le quita la palabra a mi deseo?
¿Quién decide mis arpegios?
¿Quién altera mi escuela de lunas,
quién les agrega frío y blancura?
V
El mayor acelerador de partículas del mundo, el LHC del CERN,
anunció haber descubierto una categoría de partículas los pentacuarks,
de cuya existencia se sospechaba pero nunca había sido demostrada por los científicos.
Página 12 (15 de julio de 2015)
Sin embargo, no hubo descubrimiento que meciera
su deseo.
La voz de Emma fue envenenada. Caminó sola.
Y toda su dulzura quedó escondida entre los pliegues
de los pentacuarks
en la sombra.
VI
No son sus ojos los que hablan
ni su pelo
ni su boca.
Es su soledad.
Emma ríe hacia ninguna parte.
Se disuelve.
De ella queda sólo el grito.
No un rumor.
No un silencio
un grito
perpetuo.
VIII
Emma dibuja su muerte a cada paso.
Hace cumbre en el dolor y desde él
hacia allí se arroja.
(Desdicha sin estrépito)
IX
El estruendo del vino
cuando cae en la copa
la estremece.
Es un fuego,
se apaga.
Pero
las voces del fuego no se callan:
crepitan en su garganta.
Ella bebe y acaricia con la lengua
el borde de la copa.
No se sonroja.
Abre un nuevo tiempo.
X
Su realidad: su fantasía.
Su pensamiento no está acalambrado.
XI
Ve solamente su deseo.
No ve
el abismo que se acerca.
Mira el salón de baile: las espigas bailan mejor.
Proustianas
A la recherche du tempsperdu
En busca del tiempo perdido
Marcel Proust (1912-1921)
Les regrets que j’enéprouvais, tandis que je restaisseul à rêver un peu à l’écart, me faisaienttantsouffrir, que pourne plus les ressentir, de lui-même par une sorted’inhibitiondevant la douleur, mon esprit s’arrêtaitentièrement de penserauxvers, auxromans, à un avenir poétique sur lequelmon manque de talentm’interdisait de compter .
(p. 189 – Combray – Du côté de chez Swann (1912)
–collection Maxi poche – ÉditionsBookking International, 1993)
Marcel
I
L
as voces que ve
—cuando por fin se duerme—
no lo acarician.
Lo estremecen.
Ruidos duros (lentos).
Combate desigual:
él es uno solo.
Ellas rebotan una y otra vez
contra las paredes del sueño.
Duplicación (desdoblamiento)
sin pausa.
Quién sabe
pueda empujar esas paredes
trascenderlas.
Mirar una voz
—sólo una—,
esa.
Y sentirse acariciado.
II
El cielo feroz de estos días
se descuelga interminablemente.
No habrá vida después de mañana
cuando todas las músicas
por fin hagan silencio.
Marcel transcurre
en el tiempo del arte.
No hay cielo feroz ni presencia mezquina.
La frase de la sonata de Vinteuil
y las marinas confusas de Elstir
lo atrapan.
III- Inalcanzable
Gilberte se escondía de mí, de mi llanto, de la triste estela que dejaba a mi paso. Gilberte venía siempre luego, tarde, cuando el rocío ya se había secado. Gilberte no era sapo de mi pozo.
¿O era yo quien no sabía alcanzarla?
Swann
I
Lo que tenés
—que me enamora—
es
—al mismo tiempo—
perdición
(Silencios
en una partitura)
Gilberte
I
(Lo blanco del día presagia desdicha. Ya no puede medir la distancia entre ella y el silencio que los separa. Un silencio que Gilberte no calmará).
Ese nombre dejaba en el aire una promesa pequeña.
Salías desde adentro del aire, con tu gorro de piel, corriendo hacia mí, empujada por mi deseo.
Gilberte, cómo no amar tu esencia pequeña, tu desdén, tu ignorancia, si sólo yo sabía que el ruido/crujido del comienzo de tu nombre me extasiaba, y luego era la b de la segunda sílaba, como el beso que hubiera querido darte —¿hubiera querido?—, para terminar en un eco apenas pronunciado, resonancia de una boca entrea-
bierta. Silenciosa.
Y así como tu nombre anticipaba tu presencia, así tu imagen se escapa. Humo que me rehúye.
II
El pelo de Gilberte derrite la nieve,
encandila a Marcel.
(Quien /La que// escribe//Alguien/ también vio/ Yo
—la que escribe—/también vi/
los ChampsElysées
incendiados
desnudos.
Despojos de un verde que ya no es).
La sonrisa de Gilberte
—la que alejaba las nubes—
esa
se perdió para siempre.