Sólo a un costado de la Misión de Guadalupe se erige la impresionante Catedral de Ciudad Juárez, como una necesidad, a mediados del siglo XX, de atender a una cantidad cada vez mayor de feligreses en esta frontera. Siempre ha sorprendido que los dos templos religiosos más importantes de la ciudad existan uno al lado del otro, en la misma plaza, resguardados por la misma reja, bajo la contemplación perenne de la estatua de Fray García de Francisco, fundador absoluto de la ciudad.

Guadalupe Santiago Quijada, en el Catálogo documental del Archivo Histórico de la Catedral de Ciudad Juárez (UACJ, 2024), nos comenta que la primera piedra de su construcción fue colocada el 12 de octubre de 1942, por iniciativa de monseñor Baudelio Pelayo. El 12 de diciembre de 1945 se celebró la primera misa, y en 1957 fue nombrada oficialmente como Catedral del templo de Nuestra Señora de Guadalupe.

También nos cuenta que, en 1961, la bóveda principal y el techo presentaron fisuras y daños estructurales, lo que obligó a demoler el edificio, manteniendo sólo su fachada y las dos torres, ya características del paisaje juarense. La obra de reconstrucción fue llevada a cabo por el arquitecto Óscar Sánchez Cordero y el ingeniero Adolfo Álvarez, entre los años 1976 y 1979.


La catedral cuenta con un estilo neoclásico en el exterior y una sola nave interior para 860 personas, destacando sus impresionantes vitrales que representan el plan de salvación de Dios para México, así como 12 candelabros y un tragaluz para la iluminación general y del presbítero. También cuenta con un área para el coro en la parte superior, justo arriba de la puerta principal.

En años recientes, se viralizó un video donde un habitante de esta frontera asegura haber capturado, con la cámara de su celular, una figura fantasmal en una de sus torres: un hombre con una túnica blanca, llamando la atención de muchos jóvenes hacia esta imponente estructura en el Centro Histórico de Ciudad Juárez. Incluso, reporteros han ingresado a sus torres en búsqueda de este monje, pero sin éxito alguno.


Otra curiosidad fue que, a principios de los años sesenta, una persona vestida del asombroso Hombre Araña escaló una de sus torres, ante la mirada de los caminantes del centro, que esperaban lo peor. Afortunadamente, este intrépido superhéroe pudo volver sano y salvo a tierra.

A inicios del 2023, en un gesto de solidaridad, la Catedral de Ciudad Juárez abrió sus puertas a los migrantes expulsados de Estados Unidos debido al Título 42, convirtiendo su sótano en un inmenso comedor comunitario que ofrecía tres comidas al día de manera completamente gratuita.

A pesar de ser un edificio relativamente joven, que ni siquiera abarca una generación entera de juarenses, por ejemplo, su magnificencia parece haber estado allí desde siempre, en nuestras postales y memorias.
