La tensión comercial y migratoria entre México y Estados Unidos volvió a encenderse luego de que el presidente estadounidense, Donald Trump, reabriera la posibilidad de imponer aranceles del 25% a las importaciones mexicanas a partir de marzo. En respuesta, la presidenta Claudia Sheinbaum instó este lunes a mantener la calma y aseguró que su administración seguirá trabajando en seguridad y cooperación, pero sin aceptar presiones unilaterales.
Hace una semana, Sheinbaum sostuvo una conversación telefónica con Trump en la que logró un acuerdo temporal: la suspensión de los aranceles por un mes a cambio de un refuerzo en la presencia militar mexicana en la frontera norte. El despliegue de 10,000 elementos busca contener el tráfico de drogas, en particular de fentanilo, y frenar la migración irregular.
Sin embargo, el fin de semana, Trump afirmó que los esfuerzos mexicanos aún no son suficientes, dejando abierta la posibilidad de reactivar los impuestos a partir de marzo. Además, reafirmó su intención de retomar la construcción del muro fronterizo como medida para frenar el flujo migratorio y el narcotráfico, una postura que ha generado fricciones entre ambos países.
En su conferencia matutina, “La Mañanera del Pueblo”, la mandataria mexicana dijo que se enteró de las declaraciones de Trump a través de los medios de comunicación y que su gobierno analizará las medidas a tomar en caso de que el republicano oficialice el anuncio de los aranceles.
“Vamos a esperar, cabeza fría”, expresó Sheinbaum ante la prensa. «Veremos si hoy hay un anuncio y, a partir de ahí, tomaremos nuestras definiciones.»
Sobre el reforzamiento de la seguridad en la frontera, la presidenta defendió el operativo actual y destacó que su administración está comprometida con reducir la violencia en el país, además de contener la producción y distribución de drogas.
Sheinbaum también aprovechó para señalar que la crisis del narcotráfico no puede resolverse solo con medidas en México y que Estados Unidos debe asumir su responsabilidad en el problema.
“El narcotráfico tiene que ver con la demanda. Si hay consumo, hay quien provea la droga. Más allá de que no estamos de acuerdo con el narcotráfico y hacemos nuestro trabajo, nuestro objetivo es disminuir la violencia en el país y garantizar la paz y la tranquilidad del pueblo de México.”
La presidenta insistió en que el gobierno estadounidense debe fortalecer sus políticas de salud pública para reducir el consumo de drogas y mejorar la coordinación con México para frenar la distribución en su territorio.
Frente a cuestionamientos sobre un posible distanciamiento con la administración de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, Sheinbaum fue tajante al asegurar que continuará con la misma línea política y de seguridad.
“Siempre vamos a defender al presidente Andrés Manuel López Obrador, fue un gran presidente y que a nadie le quepa duda de que somos parte del mismo movimiento.”
Sobre la estrategia de seguridad, la presidenta destacó cuatro ejes fundamentales:
Atención a las causas: Educación, empleo y cultura para los jóvenes.
Cero impunidad: Persecución y captura de generadores de violencia.
Coordinación interinstitucional: Trabajo conjunto entre la Guardia Nacional, la Secretaría de Seguridad, gobiernos estatales y la Fiscalía General de la República.
Reforma al Poder Judicial: Exigencia de que los jueces no liberen delincuentes y actúen con responsabilidad.
Finalmente, Sheinbaum adelantó que este martes presentará un informe del gabinete de seguridad en el que se reportará que enero tuvo la cifra más baja de homicidios dolosos en años recientes, como parte de los avances en la estrategia de pacificación del país.
Sheinbaum dejó claro que, aunque su administración busca el diálogo y la cooperación, no cederá ante presiones unilaterales que afecten la estabilidad económica y la soberanía del país.