Ayran Riascos Mondragón, es un poeta nacido en Cali, Colombia en 1993. Es licenciado en lenguas extranjeras y formulador de proyectos en la Universidad del Valle. Fue ganador del primer puesto categoría adultos del XV Concurso de Poesía Inédita de Cali. Ha sido conferencista y poeta invitado del Festival internacional de Poesía de Cali en sus ediciones XX y XXI. En noviembre de 2021, publica su primer libro “El que camina”, gracias a la convocatoria Estímulos 2021 del Ministerio de Cultura. En 2022 fue invitado a la Feria del Libro de Bogotá e hizo parte del stand Cali La Sucursal en Movimiento. En 2023 fue poeta invitado a la Feria del Libro de Neiva Fil Vorágine. El autor ha distribuido su primera obra personalmente en las librerías independientes de Cali, Bogotá, Medellín y Santa Marta.
-¿Qué cosa es la poesía?
La poesía, en mi opinión, es la esencia de las cosas. Es la voz y la memoria de los objetos, una melodía que solo algunos pueden escuchar. A los que sabemos percibir lo que está más allá del espacio y del tiempo nos llaman poetas, porque tenemos ese oído para ver más allá de lo aparente. A veces la escucho cuando estoy quedándome dormido, porque suele esconderse en los rincones del silencio.
-¿Crees que le haga falta algo a la poesía actual, en comparación con los clásicos?
A la poesía no siento que le haga falta nada. Más bien siento que a los poetas nos hace falta abrirnos a otras maneras que la poesía a veces toma. En mi experiencia, he leído a los clásicos, mi acercamiento a la poesía surgió desde lo académico. Sin embargo, también hoy en día estamos viendo las nuevas formas que toma la poesía, poesía en el teatro, poesía en la música, poesía performática (como los chicos que hacen spoken Word). La poesía nos está mostrando nuevas maneras de entenderla y experimentarla, y es nuestra responsabilidad abrirnos a estas nuevas formas en las que ella se nos presenta.
-¿Entonces te parece válido que algunos poetas utilicen stickers, emojis y algunas figuras en sus poemas? ¿O que formen imágenes con las palabras?
Claro que sí, el arte de cada cuál es libre, no deberíamos imponer maneras correctas o no de hacer algo creativo. Es precisamente la apertura lo que hará que el arte llegue a las personas, en la manera que tenga que llegar. No todo arte es para todas las personas y así como hay muchos tipos de personas, hay muchas maneras de crear.
-¿Crees que existan buenos críticos literarios actualmente en los países de habla hispana?
No sé si quieras incluir esa pregunta. Yo no conozco críticos literarios que se proclamen como tal hasta ahora. Tengo entendido que se encargan de validar o no el trabajo de los escritores, pero justo anoche en un recital con Mariana Ossa, hablábamos de que muchas veces no son los humanos de su tiempo los que pueden o no validar una obra como literatura. Es más el tiempo y la misma obra y su voz la que se va perpetuando a través de las generaciones, y que dentro de 50 o 100 años va validando su propia voz, en relación a lo que sigue siendo relevante para esas generaciones.
-Sí, me gustó la respuesta. ¿Cómo ha sido ser un poeta trans, dentro del medio literario y cómo ha sido serlo en el ámbito social y familiar, en tu entorno?
Creo que, en mi caso, he tenido la suerte de no ser discriminado o acosado en el medio literario, creo que esto se debe a que las personas que he conocido hasta ahora son personas muy abiertas y relajadas con el tema. Dentro del ámbito familiar, tengo una familia donde el amor y el respeto por la vida del otro es muy importante, entonces he sido aceptado por mi familia inmediata como lo son mi madre, mi abuela, mis tíos y mis primos. No puedo decir lo mismo respecto a mi padre, que nunca me reconoció como hijo, aún antes de transicionar y que aún hoy, sigue tratándome con pronombres femeninos, es decir, no acepta mi identidad como hombre trans. En mi entorno laboral en Univalle, siempre se me ha apoyado, tanto con mi transición, como con mi camino como poeta. En el ámbito social, en el entorno colombiano sí he tratado de ser reservado respecto a mi transexualidad, he sido stealth como dicen inglés, en lugares que no son mi tierra natal, porque sé de la violencia que se da contra las personas trans en general. En mi país no suele ser fácil llevar la vida que llevamos y a mucha gente la matan por ser diferentes. Yo he tenido la suerte de que mi transexualidad no es muy notoria, pero no es el mismo caso con las mujeres trans que viven en mi país, donde en muchas regiones de Colombia son rechazadas, violentadas y asesinadas por vivir su autenticidad como personas.
-¿Consideras que el poeta tiene una responsabilidad social con su comunidad y que su poesía debe ser reaccionaria y revolucionaria y luchar por las causas sociales?
Sí, absolutamente, los poetas tienen una responsabilidad social y comunitaria de sensibilizar sobre muchos temas que afectan las dinámicas sociales y comunitarias. El poeta es un mensajero de la igualdad y la justicia cuyo rol no debe solo limitarse a escribir, sino a llevar la poesía a que se haga acción en los corazones de los demás, de manera directa o indirecta.
Un ejemplo de esto es el poema Somos cinco mil de Víctor Jara, escrito durante su cautiverio en el Estadio Chile, poco antes de ser asesinado en 1973. A través de esos versos, Jara no sólo denunció la brutalidad de la dictadura, sino que también dejó un testimonio que sigue resonando como símbolo de lucha y resistencia. Su poesía se convirtió en una voz para los oprimidos y en un llamado a la acción que trascendió su propia vida.
De igual manera, si la poesía es para los niños, que los niños que lean esa poesía sientan alas para imaginar un mundo más bello. Si es para los adolescentes, que les transmita un soporte para atravesar con sabiduría los años de formación de la identidad y el carácter. Y si es para los adultos, que les permita seguir caminando con justicia y respeto hacia los demás, con miras a crear una sociedad más equitativa.
-¿Entonces la poesía sí tiene una utilidad tangible?
Claro que sí, es un instrumento de cambio. Cuando lees poesía muchas veces sientes ese efecto catalizador. Es un instrumento de cambio y consciencia de las emociones propias, catarsis de sentimientos que no teníamos en cuenta a nivel interno, y un instrumento para analizar y pensar nuevos modos de vivir nuestro mundo actual.
-¿Cuál sería tu propuesta para que se lea más poesía?
Además de la poesía expandida, para llegar a otros públicos, que la poesía se imparta más a nivel de la educación formal y desmitificar esta creencia de que la poesía es esta cosa académica, incomprensible y aburridísima. Llevarla a las personas desde otros enfoques, desde otras artes.
La gestión cultural también ayuda un montón. Llevar la poesía a lugares donde el conflicto y la violencia son la única posibilidad de mundo.
-¿Cómo ves el futuro del libro en el mundo, ahora con toda la digitalización? ¿Crees un día desaparezca?
Lo dudo. El libro no requiere electricidad, el libro es una ventana dimensional a la espera de ser abierta. Si algún día nos quedamos sin electricidad o sin internet, hasta ahí nos llega la era digital. Creo que lo digital vino más bien para democratizar y lograr que el contenido de esos libros se expanda más allá de las fronteras.
Mientras crecía yo tenía poco acceso a libros y lo que me acercó a la literatura fueron los PDF`s, que podía descargarme en el café internet y leer en mi computador.
-¿Cómo es un día ordinario en tu vida? ¿A qué hora te levantas? ¿A qué hora escribes, comes, trabajas?
Un día ordinario de mi vida, comienza a las 6 am. Doy clases de inglés y la primera clase es a las 7 am hasta la 1 pm. Entre clases reviso el correo y las actividades que deba hacer para mi otro trabajo como manager de proyectos en la Universidad del Valle y hago el almuerzo. Luego almuerzo a la 1 y 30, y si tengo tiempo hago una siesta hasta las 2 y 10. Me levanto, organizo todo lo que necesite para el día siguiente en esa tarde y, si tengo recitales o eventos que organizar, también organizo todo en la tarde. En la noche salgo con amigos o hago visita si estoy saliendo con alguien. Llego a casa tipo 11pm. Planeo clase y todo vuelve a empezar. Desayuno después de levantarme, huevos con pan o arepa. Y almuerzo vegetales con frijoles, lentejas y arroz, con papitas, si Dios quiere. Mi alimentación es estrictamente vegetariana hace seis años. Y ceno lo mismo, huevos con pan o arepa, a no ser que cene fuera.
Escribo en mi cabeza todo el tiempo, pero cuando ya siento que voy a parir un texto, porque así se siente, me siento y lo redacto. Ya meses después, edito.
-¿Qué esperas de la vida a futuro?
Espera, ¿en qué sentido? ¿De mi desarrollo profesional o de lo que espero yo de mi vida?
-De ambas cosas
De mi vida espero poder servir de la mejor manera desde mi escritura y mi gestión a mi comunidad, a mi país y al mundo. Siento que esa es mi misión de vida. De mi desarrollo profesional, espero poder llegar a recibir mucho para dar mucho a los demás en todos los sentidos, sabiduría, pero también prosperidad a través del arte. Pero, ante todo, espero lograr dejar algo en el mundo, una semilla que crezca en el corazón de las personas.
Y también, claro, poder vivir de lo que hago, para poder tener tiempo libre y seguir escribiendo.
-Para terminar, cuéntanos en qué estás trabajando actualmente, proyectos literarios que traigas en mano.
Estoy intentando publicar mi próximo libro que se llama Hacia El Octaedro que es un libro que escribí entre 2021 y 2022 mientras viajaba por el caribe colombiano y el país, distribuyendo mi primer libro que pude publicar gracias a la Convocatoria Estímulos del Ministerio de Cultura, pero como no ofrecían distribución, viajé con la intención de darlo a conocer. En ese viaje ocurrieron 96 poemas que quiero publicar entre temas espirituales, la naturaleza, el erotismo, el amor y lo existencial. También estoy impulsando iniciativas culturales en las que creo, como el Encuentro Internacional Conexión Cultural Latina, que espero logre encontrar gente que se sume y aporte a este festival de poesía, música y performance, que sueña ser una plataforma de difusión para artistas colombianos.
Sus poemas han sido publicados en diversas antologías en Colombia como: Poesía Joven del Valle del Cauca (2022), la Revista Colombiana La Raíz Invertida (2023) y en la revista Círculo de Poesía de México (2024). Es Director del Encuentro Internacional: Conexión Cultural Latina.