• Skip to primary navigation
  • Skip to main content
  • Skip to primary sidebar
  • Skip to footer
Poetripiados

Poetripiados

LETRAS Y MÚSICA PARA VOLAR

  • La Carpa
  • Poder
  • Paradiso
  • Videos
  • Por la libre
  • Ruido Azul
  • Pensar
  • Brevísimo
  • Mi vecina y yo
  • Boletín

Una noche mi abuelo vio al diablo y aprendió a tocar blues

El sol según Tai Yang El joven Tai Yang se sienta a ver el sol. Ese mismo sol lo observó Diógenes de Sinope, el cínico,momentos antes de que Alejandro Magno se postrara ante élpara ofrecerle todo lo que un hombre pudiera desear. Apártate, le dijo Diógenes, lo único que quiero es ver el sol. Alejandro […]

Por Luis Fernando Rangel / 10 de junio de 2025

El sol según Tai Yang

El joven Tai Yang se sienta a ver el sol.

Ese mismo sol lo observó Diógenes de Sinope, el cínico,
momentos antes de que Alejandro Magno se postrara ante él
para ofrecerle todo lo que un hombre pudiera desear.

Apártate, le dijo Diógenes, lo único que quiero es ver el sol.

Alejandro Magno se retiró rememorando
cada batalla, cada soldado, cada hazaña:
todo lo que lo hacía tan grande
que podía taparle el sol
a ese pobre mendigo.

Diógenes solamente pensó en el placer
de estar frente al sol, inundado, pleno,
sabiendo que no hay una sola persona
que sea más grande que su sombra.

Cuando nuestro huesos sean fósiles

1

Me gusta jugar en el jardín de la casa
y construir caminos imposibles en la tierra
para luego jugar con los dinosaurios de plástico.

Pensar, también, que mi jardín
es la tumba más grande que existe.

2

Mi sueño siempre ha sido
montar al lomo de un dinosaurio,
pero ellos murieron hace mucho tiempo.

Sin embargo, me queda la nostalgia del petróleo
y el consuelo de los automóviles:
el motor imita su rugido
y la gasolina intuye,
apenas, su sangre.

Nombre de piedra

1

Te bauticé con nombre de piedra:
por eso fuiste tumba y cimiento.

2

Coloqué un marco roto en la pared
como un presagio de nuestro amor.

La fotografía era hermosa:
las grietas de esta casa.

3

Cierro los párpados como se cierran las cortinas:
no veo la luz, pero la intuyo,
y la casa, a oscuras, parece más grande.

4

Hoy recogí la última piedra del escombro
para lanzarla al mar.
Imaginé que estaba atada a mi cuello.

Vaquero de mediodía

Pensar en el horizonte como destino
me parece hermoso.

Cuando llegue, diré que estoy en casa.

Mis muertos me recibirán alegres
y mis vivos clavarán la mirada
en el atardecer, buscándome.

Ahora disfruto el camino
y contemplarlo basta.

Únicamente me pregunto
por el día de la ceguera.

No sé si me acabaré el sol
de tanto mirarlo.

El diablo del blues y yo

I went to the crossroad, fell down on my knees.
Robert Johnson

Una noche mi abuelo vio al diablo
y aprendió a tocar blues.

Vivía en el llano
y cada vez que tenía ganas de llorar
tocaba los acordes más tristes.

Mi abuelo murió hace muchos años,
cuando yo todavía no conocía la muerte
ni sabía qué era el blues.

Por eso lloré dos veces:
vi su cuerpo tendido sobre la tierra
y no sabía tocar la guitarra.

———–

Luis Fernando Rangel (Chihuahua, México, 1995). Escritor y editor. Su libro más reciente es Arquitectura hostil (2025). Ha recibido el II Premio Internacional de Poesía Nueva York Poetry Press, el IV Premio Nacional de Poesía “Germán List Arzubide” y los Juegos Florales de Lagos de Moreno, entre otros. Textos suyos han sido traducidos al inglés y al italiano, y aparecen en revistas y antologías de México, Ecuador, Colombia, Argentina, Chile y Estados Unidos. Forma parte de Fósforo. Literatura en breve. Actualmente es Jefe de Unidad Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras de la UACH.

Primary Sidebar

Leer + te hace - güey…

Acuerdan Trump y Sheinbaum trabajar juntos

G7 sin Trump: política interna pesa más que aliados

La poesía es un acto de rebeldía y de resistencia: Odette Alonso

La nana, los ingenieros y el guardia hablador

Footer

| SÍGUENOS EN REDES SOCIALES |

Directorio | Contactanos | Aviso de Privacidad

Copyright © 2025 · Poetripiados.com