Sobre las calles Lerdo e Ignacio de la Peña se levanta el imponente Edificio de Correos, con un estilo neoclásico muy en boga por aquellos años. Inaugurado en 1947 bajo la administración del presidente municipal Carlos Villareal, su diseño corrió a cargo del arquitecto Gilberto López Oreano, siendo Luis García y Herón Rodríguez los responsables de su construcción.

Hecho de ladrillo, con entrepisos de losa y concreto, posee dos plantas, mezanine y sótano. Desde el frente, nos recibe una gigantesca puerta de madera rodeada de columnas y un dintel de cantera labrado en flores, dando paso a un amplio salón de loza oscura y un descomunal candelabro que remata su aspecto gótico.


Su costo fue de 500 mil pesos de la época, y albergó a Correos y Telégrafos de México desde un principio. Su importancia y cercanía con Estados Unidos llevaron al edificio a ser considerado estratégico y de seguridad nacional durante muchos años. Su belleza era tal, que muchos de los visitantes de la ciudad, tanto mexicanos como extranjeros, acudían al correo solo para tomarse una fotografía para el recuerdo. Y claro, terminaban la visita en alguna cantina o club de la Avenida Juárez.

Por décadas, fue uno de los lugares más concurridos por los juarenses, que acudían para enviar cartas, tarjetas de Navidad y de Año Nuevo, o algún regalo de cumpleaños para sus seres queridos. También fue vital para los grandes hombres de negocios de la frontera, que cerraban acuerdos y mantenían comunicación constante entre sus múltiples empresas, o para los políticos, que necesitaban mantenerse en contacto con la capital del estado y del país. Absolutamente todos requerían del servicio postal, y entre los años cincuenta y setenta, las filas para comprar estampillas eran interminables: los juarenses llegaban a formarse desde muy temprano, y para el mediodía, la línea ya le daba la vuelta al recinto.
También cuentan de aquellas cartas perfumadas que enviaban los enamorados, y que embriagaban el aire al interior del edificio. ¿Qué perfume usarías para enviar una carta?

Correos de México ya no opera en este inmueble; en su lugar, se instaló la Biblioteca Regional, aunque permanece cerrada al público. Autoridades estatales anunciaron en el 2020 su restauración y reconversión en biblioteca pública, con espacios inclusivos para todas las edades. El inmueble seía intervenido tras la oficialización de su entrega por parte del Indaabin, proyectando su apertura para antes del primer semestre del 2021, sin embargo lleva cuatro años de atraso. El plan incluye aprovechar planta baja, primer piso y sótano, además de una terraza café que invitará a la lectura y la convivencia.



Es increíble pensar que los habitantes más jóvenes de esta frontera no conozcan la imponente sensación que producía entrar a este edificio, con el eco de tus zapatos retumbando en la abrumadora amplitud de su sala principal.

Hoy en día, con las aplicaciones de mensajería instaladas en los teléfonos celulares, nos resulta imposible imaginar la importancia del servicio postal en aquellos años, cuando las personas, al escuchar el característico silbato del cartero en sus calles, corrían a la puerta en espera de una carta escrita a mano por aquella persona especial que tanto echaban de menos.