Después de un día lleno de especulaciones, amagues y balones divididos en redes sociales, el silbatazo final llegó desde las oficinas del FC Juárez. Tras varias horas de polémica sobre su supuesta salida, el club confirmó esta tarde lo que muchos ya cantaban como gol cantado: Martín Varini deja el banquillo de Bravos después de poco más de un año al frente del equipo fronterizo.
La noticia cayó como un contragolpe inesperado en tiempo agregado, luego de que prensa nacional adelantara que el uruguayo ya tenía un pie puesto en Aguascalientes para dirigir a Necaxa en el próximo torneo.
La institución agradeció el trabajo del estratega y minutos más tarde publicó un video de despedida, emotivo como abrazo de capitán al minuto 90. El anuncio llega justo después de la eliminación del equipo en cuartos de final del Apertura 2025, donde Bravos luchó con garra ante Toluca, pero quedó fuera con un global de 2-1. La ida en el Olímpico Benito Juárez se perdió por la mínima, y aunque en la vuelta lograron un empate sin goles digno de aplauso en el Nemesio Diez, el boleto ya tenía dueño.
Las versiones que circularon desde la mañana señalaban que Varini había pactado previamente con Necaxa, lo que habría generado un vestidor tenso y un entorno espeso como cancha mojada. De acuerdo con Marca, esa atmósfera terminó jugando con la cabeza del plantel, que aun así dejó el alma en la cancha para alcanzar su primera liguilla.
En la conferencia posterior al partido, el DT intentó bajar el balón y enfriar rumores. Reconoció con serenidad que los reflectores eran fruto del trabajo realizado, que la afición tenía motivos para sentirse orgullosa y que la decisión sobre su futuro no podía tomarse con el sudor aún en la frente. Habló de procesos, de tiempos y del mérito de sus jugadores, quienes dieron la cara en un torneo que por momentos parecía una serie de penales a muerte súbita.
Los números no mienten: seis victorias, cinco empates y seis derrotas en un plantel corto pero combativo. El octavo lugar obtenido y los duelos de play-in demostraron que Bravos aprendió a competir ante equipos más pesados, que corrieron con nómina larga y banca profunda. Hoy, con la salida del estratega, queda abierta la cancha para replantear el proyecto.
Mientras la afición procesa la noticia, el destino de Varini ya tiene ruta marcada. Todo indica que vestirá de rayo y buscará electrificar a Necaxa rumbo al Clausura 2026. Allá lo esperan nuevos retos, refuerzos por anunciar y una hinchada que sueña con ver su futbol vertical encendiendo el marcador.
En Ciudad Juárez, en cambio, queda un mensaje claro: el equipo ya aprendió a jugar liguillas y a morder a cualquiera. Ahora toca buscar un técnico que no solo tome la pelota, sino que mantenga el ritmo y haga de Bravos un rival que no se achique ni en la tabla ni en la cancha. El mercado ya rueda. El siguiente pase, lo tiene la directiva.

