En Casas Grandes, donde las calles caen lentamente en la quietud de la tarde y los cerros vigilan como viejos guardianes del desierto, un par de alas comenzó a tomar forma hace algunas semanas.
No crecieron de un mito ni de una leyenda, sino de las manos jóvenes de Aylin Michelle López Domínguez, estudiante del octavo semestre de Psicología en la UACJ–campus Nuevo Casas Grandes, quien mañana verá inaugurada su obra más luminosa: un mural que busca abrazar la identidad del Pueblo Mágico y devolverle, en color, todo lo que le ha dado.
La pieza, ubicada en la intersección de la avenida Benito Juárez y Victoria, junto al DIF Municipal, abre sus plumas como un gesto de bienvenida. No es un simple atractivo turístico: es un mapa emocional del territorio, un espejo donde cada visitante puede reconocerse y, al mismo tiempo, descubrir algo nuevo.
Michelle lo explica con la serenidad de quien sabe que el arte habla por sí mismo, pero también con la claridad de quien entiende el peso simbólico de cada trazo.
“El verde representa la naturaleza, el naranja la gastronomía, el rosa la artesanía, el azul a la gente del pueblo y el morado la cultura”, detalla. En el centro, un espiral sostiene la idea de movimiento y magia, como si el mural respirara la vida cotidiana de Casas Grandes.

La joven artista fue invitada a sumarse al nuevo concepto visual del Pueblo Mágico, una apuesta por fortalecer la identidad local a través del arte público. Su trabajo ya había llamado la atención por proyectos anteriores, entre ellos su participación en las monumentales esferas inspiradas en las tradicionales ollas de Mata Ortiz, que dan la bienvenida a quienes llegan al municipio. Aylin, quien además de muralista es tatuadora, ha construido una trayectoria que combina vocación, disciplina y un profundo orgullo por sus raíces.
“Actualmente me dedico al arte, no únicamente a pintar murales, también plasmo arte en la piel”, dice con una sonrisa que deja ver que su búsqueda creativa apenas comienza.

El miércoles 17 de diciembre a las 19:00 horas, el mural será oficialmente presentado ante la comunidad. Michelle invita a todos a presenciarlo tanto de día como de noche, momentos en los que —asegura— sus colores adquieren matices distintos y una magia especial.
Entre estudiantes, familias y visitantes, este nuevo punto de encuentro promete convertirse en uno de los rincones más fotografiados y entrañables de Casas Grandes.
Al final, la joven creadora deja una reflexión que sintetiza el espíritu de su obra: “Los invito a ser más artísticos”. No como una consigna, sino como una invitación a mirar el mundo con otros ojos, a reconocer la belleza en lo cotidiano y a permitir que el arte forme parte de la vida.
En este Pueblo Mágico, las alas no solo están pintadas. Ahora también están listas para acompañar a quien decida detenerse un momento bajo su sombra colorida.

