Sandra Becerril es la escritora y guionista mexicana más destacada en el género del terror. Su trabajo le llevó a ser nominada al Ariel 2020 por Mejor Guion Adaptado y ha publicado con editoriales como Alfaguara, Randon House, Beek y Amarantes, 31 novelas entre las que destacan Valle de Fuego, Tu Cadáver en la Nieve, Antes de mi, La Calle de las Brujas, Ciudad Oscura, y El silencio de todos los muertos.
Su primer acercamiento con las letras fue en la niñez, pues a los cuatro años de edad se había consumado como una devoradora de libros. A Sandra le gustaba inventar historias para leérselas a sus hermanos mientras vivían en una casa igual de grande que sus recuerdos.
“Lo primero que me viene a la mente cuando pienso en mi niñez es mi hermano. Siempre estábamos juntos, le inventaba historias, nos molestábamos, veíamos mucho terror como “La hora marcada” y “Dimensión Desconocida”, así que vivir con él -y más tarde con mi hermana menor- fue el detonante para mi creatividad. Escribir historias para leérselas se convirtió en mi obsesión desde que tengo memoria. Además, vivíamos en una casa muy grande, que me parecía terrorífica por varios elementos como el laboratorio de mi papá o un estudio con un escritorio enorme del que me apropié para escribir de noche porque el miedo me daba insomnio y qué mejor forma de aprovecharlo que escribir rodeada de libros”, recuerda.
Los libros que su papá tenía en la biblioteca de aquella casa siempre estuvieron repletos, relata la autora que ha sido merecedora de 19 reconocimientos internacionales en el área literaria como el Premio Auguste Dupin de Novela Negra y Denuncia Social (España), MiNatura (Cuba), Se busca un escritor (Editorial Otro tipo, México) y apoyos como el “Juntos a la distancia” por su trabajo cinematográfico y labor educativa, del Fonca.
“En el kínder también había una sección de ejemplares para niños, pero todos se me hacían muy bobos. Una maestra lo notó y en mi cumpleaños cinco me regaló “El nombre de las brujas”. Quedé fascinada con la historia, la fantasía, la oscuridad. Era un libro para niños, pero no lo parecía. Me encantó que los nombres tuvieran tanto poder. A partir de ahí íbamos los domingos a librerías porque gastaba en libros el dinero que mis papás me daban en la semana. Uno de los primeros fue “No temer a los fantasmas”. Lo hallé en una librería de viejo, una edición con un prefacio escrito por Je Chi-fang. Mis papás ignoraban que esas historias que tenían lo que parecía un dibujo infantil en la portada, no eran narraciones para niños, sino relatos terroríficos donde los fantasmas aparecen como bolas de carne con cientos de ojos parpadeantes, incrustados en la piel, que devoraban todo. Una maravilla. Me fascinó. Así que entre ese libro y “El nombre de las brujas”, descubrí lo apasionante que es el terror”, agrega la guionista, nacida en mayo de 1980 en la Ciudad de México.
Para Becerril la literatura y lo que hace para la televisión es como tener dos hijos y criarlos al mismo tiempo. Cuenta que por general escribe los dos casi al mismo tiempo y a veces los mezcla.
“Hago adaptaciones de mis novelas a guion y viceversa. Se complementan porque lo que no puedo narrar en guion, puedo adentrarme más en la novela, por ejemplo. O si “veo” una historia más que interiorizar en ella, escribo un guion. Es muy divertido pasar de uno a otro. Mantiene mi mente activa, la imaginación corriendo siempre”, explica la escritora mexicana, quien tiene 44 producciones de guiones, entre películas y series, que han ganado diversos premios alrededor del mundo, y exhibidas en prestigiosos festivales siendo películas en la noche de apertura o clausura en Fantasía (Montreal), Strasbourg European Fantastic Film Festival (Estrasburgo), Stiges (España), Macabro (México), entre otros, además de corridas comerciales en México, Estados Unidos, Japón, Alemania, Rusia, Canadá y Australia”.
Su esfuerzo y talento desbordante le han dado frutos no sólo en la literatura, sino con su trabajo en los guiones que han sido reconocidos como “Están Aquí” (premio a mejor guioon en Feratum Film Festival, 2014), los documentales “La Guerra y la Compasión” (Unesco 2012) y “Será por eso” (Juan Carlos Rulfo, 2010); las series televisivas “Café, Café”, “Remix” (Televisa, 2013), “Campus de sombras” (Televisa, 2014), “El Departamento” (Televisa, 2014), “Hora libre” (Televisa, 2015), “Nunca me dejes” (Televisa, 2016), “Feroz” (Televisa, 2017), “Embrujado” (Televisa, 2018) todas grabadas y dirigidas por Alfredo Gurrola y producidas por Eugenio Cobo, “Reflejos” (Estrella Medina, México 2021). El largometraje “Santiago, apóstol” (Alan Coton Coproducción España-E.U. 2015), la adaptación de su novela “Desde tu infierno”, (Alexis Pérez Montero. México, 2015. Premio a mejor guión en Feratum Film Festival, 2016 y a Mejor película de terror Feratum, 2016, Nominada a Mejor guion adaptado en Ariel 2020.
También tiene el el guion inédito “En los tiempos de mi general” (Taller internacional de Perfeccionamiento de guion Cinematográfico Imcine y Sección de Autores y Adaptadores de la STPC, 2014, ganador del Oaxaca Film Festival, 2019, ganador del Independent Talents Film Festival en la categoría de Mejor Guion Internacional (Estados Unidos, 2019, ganador de Los Angeles Feedback Screenplay Festival 2019) y ganador de Mejor guion Internacional en el Global India International Film Festival- India, 2019), además del largometraje “Nightmare Cinema”, dirigido por Mick Garris, Joe Dante, David Slade, producido por Mickey Rourke (Estados Unidos, 2017).
Especializada en los géneros terror y thriller ha dirigido cuatro largometrajes y cuatro series televisivas con gran éxito.
“Mis escritos siempre se han dirigido hacia la oscuridad, hacia las sombras. Me parece que el terror es el género más divertido para escribir porque resalta esa parte del ser humano que es común con todos: el miedo. Y los miedos son universales, nos unen desde siempre. Además, me encanta asustar a los lectores. Disfruto muchísimo llevarlos hacia atmósferas que crean que pueden ser ciertas”, indica quien ha intentado escribir con otros géneros, pero siempre vuelve al terror porque para ella es igual al amor, y causa las mismas sensaciones.
Sandra no se cansa de escribir y padece un mal que tienen muchos escritores, que es insomnio, que aprovecha para leer. Además lleva una vida como madre de familia.
“Todo el día estoy escribiendo. Desde que comienzo el día con una idea en particular, hasta que llega la noche. Procuro no escribir de noche porque despierto muy temprano, a las 5:30 (ya sabes, soy mamá, hago desayuno, preparo para ir a la escuela, etc.) y si me desvelo y debo estar lista a esa hora ando de mal humor todo el día. Sin embargo, padezco de insomnio, que es el momento ideal para leer. Así que no tengo una hora en específico, pero sí procuro escribir al menos ocho horas diarias o veinte cuartillas, mínimo”.
En un país como el nuestro en que la delincuencia ha poblado al país con sus historias de terror, ¿cómo logras impactar al lector?
“La línea que divide a la ficción de la realidad es muy delgada, pero existe y lo hace en diferentes planos. Entonces a pesar de todo lo que vivimos a diario, el género del terror siempre ha existido en esa otra realidad para entretener, para denunciar, donde todo ocurre en un entorno seguro. Sabemos que eso no va a pasar de la novela o de la película.
El terror es un espejo de la sociedad, si se estudia el pasado a través de las narraciones de horror a lo largo de la historia, sabrás cuáles eran los miedos del momento.
Para impactar al lector juego con esas emociones negativas y las desencadeno en un contexto seguro. El terror causa placer porque sabes que el riesgo no es real, entonces proporciona una dosis tolerable de ansiedad”.
¿A qué le tienes miedo?
“Al olvido. A despertar un día y descubrir que no recuerdo quién soy, qué he hecho, qué me apasiona, a quién amo.
Me da pavor el amor, es decir, amo a mi familia y a mis amigos; tener una pareja es otro cuento. Es complicado para mí aceptar a alguien en mi vida (aunque ahora mismo estoy enamoradísima), pero el dolor que conlleva cuando termina -si es que termina- me aterra”.
También tienes trabajos literarios para denunciar ciertas situaciones sociales, como las desapariciones, como en tu libro Tu cadáver en la nieve. ¿Puedes platicarnos cómo fue y porqué escribiste ese libro?
“Viví un tiempo en Chicago, ahí conocí a muchos latinos que saltaron buscando el sueño americano y lo que encontraron fue una verdadera pesadilla. Llevaban años buscando el camino que se les cerraba a cada momento. Gente apasionada, con mucho talento, desperdiciada en un lugar que no les abría oportunidades.
A partir de ahí surgió la idea de “Tu cadáver en la nieve”, en donde una mexicana, pintora, debe descubrir quién asesinó a su marido, también mexicano, un actor muy reconocido.
Escogí a Chicago como personaje, porque me gusta que en mis historias los personajes sean también el entorno, tengan su propia personalidad.
Otro tema es la subtrama de las desapariciones. Es muy fácil asustar al lector y al espectador. Lo difícil es narrar una historia que quede en el inconsciente y que al cerrar el libro o salir de la sala de cine aún la recordemos y nos haga eco. Es por eso que este en particular tiene la subtrama de la migración y las desapariciones, porque si le quitas la capa de terror aún queda una historia qué narrar, para reflexionar.
Después de años de una carrera consolidada, dice, le siguen dando ternura sus primeros libros como La Calle de las Brujas.
La trayectoria de Becerril registra que ha sido jurado de largometraje y guion en 61 festivales de terror e importantes premios en todo el mundo, incluido el Ariel (México), Goya (España), Fantasia (Montreal), Horror (Nueva York), Feratum (México), Terror Córdoba (Argentina), Macabro (México), FantLatam (Latinoamérica) entre otros.
Cuando se habla de esta autora mexicana es traer a la escena que se trata de la primera mexicana en escribir para los maestros del terror de Hollywood, y que es la guionista y novelista más prolífica de su generación. Su éxito, como sucede en otros casos, no ha propiaciado una barrera entre la narradora y sus lectores, pues utiliza personalmente sus redes sociales para acercarse a su audiencia.
“Desde mi punto de vista las redes sociales son importantes para tener otro tipo de comunicación con los lectores. Quitan la barrera que existía entre la mítica figura del escritor y el ser humano, y eso me encanta. Es el poder convivir más allá de las letras. Por supuesto, no todos los escritores son así, es muy respetable. A mí me gusta manejarlas personalmente, responder los mensajes que me llegan, subir memes si me dan risa (me gusta mucho reír del género y de lo que hago), aportar más que mis historias”, manifiesta.
Hace poco anunciaste en tus redes tu próximo libro La Vida de los Muertos, ¿Hay alguna o varias diferencias a los que ya escribiste en tus otros libros?
“Me emociona mucho “La Vida de los Muertos”. Está basada en una novela que me publicó la editorial Amarante en España hace doce años. Esta nueva versión (publicada por Editorial De Otro Tipo), está modificada para un público más juvenil, porque constantemente me piden terror para estudiantes de secundaria-preparatoria, y me pareció que esta historia era la adecuada.
Me gusta mucho cómo quedó; el protagonista es Sebastián, un joven que no puede ver a los vivos, sí a los muertos; que siente la noche como si fuera el día y el invierno como si fuera primavera. Su mundo está volteado desde que nació y sólo los muertos lo entienden, por lo que decide escapar de la sociedad a un panteón centenario en donde comienza a escribir la historia de sus nuevos amigos para que no desaparezcan porque se van con el olvido a un limbo. En medio de todo está Lía, una bruja que lleva doscientos años esperándolo, enamorada de él. Deberán pelear hasta contra el diablo para estar juntos. ¿Vale la pena? Sí, el amor siempre vale la pena.
Así que es sí diferente de mis otras obras por el tono del terror y porque, a pesar de que es una novela de género, habla sobre todo del amor por lo sobrenatural”.
Falleció la autora argentina Angélica Gorodischer, una de las escritoras más importantes de fantasía. Ella escribió la contraportada de La Calle de las Brujas. ¿Qué papel jugó en tu obra?, ¿cómo la recuerdas?
“La conocí en el 2005 en la FIL de Guadalajara. Esperé a que bajara del estrado, la saludé, me presenté y le di mi primera novela “La Calle de las Brujas” como regalo. Al día siguiente, tenía un correo suyo. Era un comentario extenso sobre “La Calle de las brujas”:
“Me alegra enormemente haberte conocido, Sandra. Qué emoción, ¿no? Siempre va a ser así, con todos los libros que publiques, y eso es maravilloso. Los nervios son lo de menos: ya van a pasar, y ya vas a ver que todo sale bien. Ya estás en los peldaños de una carrera infinita llena de la felicidad de escribir. Me gustó mucho. Me parece que has hecho una buena recreación del tema, con una excelente estructura y un lenguaje adecuado a lo que estabas tratando. Gente como nosotros venimos a este mundo a contar, contar aventuras, peripecias, acontecimientos maravillosos, horribles o espectaculares.”
Venimos a este mundo a contar. Para eso vivía todas aquellas aventuras. Para tener algo qué narrar. Así que me aferré a eso para sobrevivir muchas otras ocasiones.
Los mails no se detuvieron. Charlamos por años y aprendí todo de ella. Incluso, hay una entrevista que publiqué en algún medio cultural que me han pedido varias veces para otros periódicos. Porque Angélica era una mujer cálida, talentosa, con seis nietos (hasta ese momento), que me dio admoniciones hasta para ser mamá.
De entre aquellas pláticas, le conté cuando estaba con “Suspiro Azul” o con un guion que me pidió Juan Carlos Rulfo para el aniversario del Bicentenario de México. Hablamos mucho sobre la inspiración. Fui muy afortunada por haber conocido a una de mis heroínas literarias, pero más aún por la confianza que imprimió en mí, por sus confesiones y su paciencia con aquella escritora novata.
De hecho, cuando me enteré de su muerte, acababa de terminar un nuevo libro de ensayos con los mejores consejos que me han dado artistas, dedicado a todos los que quieren escribir, porque me he encontrado gente muy generosa en el camino y no quisiera que sus consejos se perdieran, quiero compartirlos con todos los que tienen dudas, los que comienzan y sólo encuentran muros en su camino, para que se abran esas puertas.
Me impactó muchísimo su muerte, porque en ese libro, de los diez capítulos (uno por creador), ya seis han fallecido. Fue muy triste saber que escribía el libro pensando en enviárselo y que ya no lo tendrá en sus manos”.
Sandra se despidió con la amabilidad de siempre y con una respeto por sus lectores.
“Muchas gracias a todos los que se tomaron el tiempo de leer estas palabras y a los que creen en mí. También creo en ustedes, siempre. ¡Gracias!”.