El gobierno de México ha decidido actuar con cautela ante la reciente imposición de aranceles al acero y aluminio por parte de Estados Unidos, medida que entró en vigor desde el primer minuto de este 12 de marzo. La presidenta Claudia Sheinbaum descartó una respuesta inmediata con aranceles recíprocos y enfatizó que se esperará hasta el 2 de abril para definir las acciones correspondientes.
Desde su conferencia matutina, Sheinbaum explicó que su administración no tomará decisiones precipitadas y que las medidas comerciales deben analizarse con detenimiento. «Hemos establecido un periodo de espera hasta el 2 de abril para evaluar la situación y determinar los pasos a seguir. No queremos actuar de manera reactiva, sino con estrategia», afirmó la mandataria.
El anuncio de Washington sobre los aranceles de 25% al acero y aluminio mexicanos generó preocupación en el sector industrial del país, por lo que el gobierno federal mantiene diálogo con los productores nacionales para explorar mecanismos de apoyo y minimizar el impacto económico.
En paralelo, la Secretaría de Economía, encabezada por Marcelo Ebrard, ha sostenido reuniones con su homólogo estadounidense y el secretario del Tesoro de EE.UU., Edgar Amador, con el objetivo de definir el rumbo de las negociaciones. La posibilidad de aranceles recíprocos por parte de Estados Unidos complica el panorama, por lo que México evalúa distintos escenarios antes de tomar represalias comerciales.
Sheinbaum subrayó que la relación con Estados Unidos debe mantenerse dentro de un marco de respeto y acuerdos equitativos. “No queremos caer en una guerra comercial innecesaria, pero tampoco permitiremos medidas injustas que afecten nuestra economía”, declaró.
La decisión de esperar hasta abril para responder ha sido interpretada como un intento de ganar tiempo y evitar una escalada de tensiones. Sin embargo, expertos advierten que si Estados Unidos decide avanzar con nuevas restricciones, México podría verse obligado a tomar represalias más severas para proteger su industria.
El sector empresarial sigue con atención el desarrollo de las negociaciones, mientras que el gobierno mexicano se prepara para definir su estrategia final en los próximos días.