Si pudiera pedir tres deseos
elegiría uno solo
y devolvería los otros
en garantía.
Después de ello
pediría vivir la misma vida
andar los mismos senderos
vivir los mismos domingos
sufrir las mismas nostalgias
tener los mismos amigos
llorar los mismos quebrantos
sentir los mismos vacíos
pediría la misma vida
pero
contigo.
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Y es que no es tan fácil
entrás aquí y este nido se vuelve un cielo…
emprendemos el vuelo al paraíso
y regresamos en caída libre
a seguir volando
sobre un edredón de nubes.
Y en ese cielo dibujamos eclipses
le inventamos nuevas fases a la luna
jugamos a ponerles nombre a las estrellas
una por una.
Y es que no es tan fácil
porque después te vas y desaparece el edredón
y te llevás la luna
y los pedazos de cielo
en los bolsillos.
El nido, sin vos,
es siempre áspero
se vislumbra sombrío
aunque siga siendo tibio
aunque siga siendo tibio.
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Me voy a dar una pausa
un respiro,
un parpadeo,
voy a atrapar
un instante
a detenerme.
Voy a desterrar
la prisa
el reloj
el segundero
borraré del diccionario
las palabras:
lapso, cronómetro
minuto, milenio
estación,
pasado, futuro,
desespera.
Olvidaré los horarios
me voy a bajar del tren
me lanzaré a los mares
en un barco de papel.
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Se renta casa
O lo más parecido a ella, ofrezco mi ser completo.
Se puede habitar tranquilamente a cambio de módicos cuidados y complicidad frecuente, la renta no se cobra mensualmente sino cada día, se ofrece como parte del trato, una dosis diaria de poesía.
No se encuentra en magnífico estado porque ya tiene algunos años, pero las partes que se han dañado, se han ido reparando poco a poco. Alguna gotera ocasional, en caso de tormentas, sobre todo en los ojos; acogedora estancia, en lo profundo del pecho; alimentación incluida, para el cuerpo y el alma.
Ofrezco mi ser como casa, como nido, como techo.
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Esta propiedad no se vende ni se alquila
Estoy limpiando esta casa
que alguna vez puse en renta
sacando los escombros
tapando las goteras
resanando las paredes
y las grietas.
Está quedando hermosa
limpia y serena
la habito con el entusiasmo
de la vez primera
como una hoja en blanco
en la que se escribirá un poema.
Ahora esta casa no está en renta
ya no puede ser el nido
ni el techo de cualquiera.
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Me dosifico
intento controlarme
me limito, me contengo
hago pausas, me detengo…
si no tengo precaución yo me desbordo
me conozco
y le temo a este huracán de sentimientos
a esta tempestad de poesía
de rebeldía
de pasiones desmedidas
de insolencia, de locura acumulada
que no piensa en consecuencias.
De vez en cuando me derramo
me inundo
soy tormenta
soy diluvio.
Ligia García y García (Guatemala, 1975) Poeta, escritora y educadora universitaria con más de veinte años de trayectoria. Ha publicado nueve libros de poesía, tres de narrativa y dos guiones para teatro. Es editora y fundadora de Alasyplumas Ediciones (2013), editorial independiente que también lleva a cabo procesos de formación y desarrolla materiales y metodologías educativas. Dentro y fuera de su país ha obtenido reconocimientos por su trabajo literario y ha representado a Guatemala en festivales y ferias de poesía y literatura.