Juventud en écfrasis
A Francisco Toledo
La écfrasis es dinámica y obstétrica porque ayuda al arte visual […]
a parir ese impulso embrionariamente poético.
James A. W. Heffernan [+/-]
I
La madre de las tortugas, tinta y acuarela sobre papel, 1983
En ésta y en las siguientes imágenes se presentan dos vistas de un proyecto de tres meses –de agosto a octubre, según se lee al pie–, a vivirse en el patio que primero se había destinado para ser un jardín botánico: la pertinencia del jardín, respondía tanto a un programa arquitectónico emparejado con la agenda de la administración del Estado, como a los humores de venado sísmico que observamos en la orilla superior de la imagen.
La tortuga antediluviana que voltea a ver al espectador está en cuclillas. No sabemos si acaba de parir la oscuridad que puebla el margen inferior izquierdo o si se está levantado al darse cuenta de que es observada.
En la superficie de la otra tortuga –de la pequeña–, se descubre un resabio de oscuridad. Acaba de nacer el verde-noche; pero ¿y el venado? ¿qué pasa con él? ¿está escapando o es también una suerte de primordial falsa tortuga, recién parida, que estira sus flamantes miembros y está aprendiendo a caminar? El mundo está a punto de dar su primer giro.
II
Serie Pinochio, varias técnicas, 2008-2011
Cuando la madera en sangre y estrellas
por el cauce de la historia sin calma ni memoria,
entonces…
Juchitán galaxia, entonces… luz, también y
transparencia de ballena en ballena
como una duda de cielo, en su techo
una duda azul de muerte y calavera,
ama-hada madrina.
Cuando pariendo la muerte al madero como sapo parido de muerte
fuego viril de la noche amnésica y candorosa,
cuando recién nacido croa infinitesimal & vibrátil sombra
de sí el muñeco,
cuando con gracia pluvial de nadir
quería escapar de la fiesta
y multiplicado
henchido joya volante en el cenit te adivinaba
oveja, sombra de cocodrilo
férvida y pulcra hada madrina
descendías en calma y sin historia
puro muslo y aura, profecía de plata sanguínea eras,
movimiento
de flor de ángel, furia
de azahar,
ardentísimo azul que respiramos.
Cuando con todo tu nombre un diluvio de espejos, azul
ama-hada madrina, el dolor talismán de tu cuello me comía
ceiba sideral
color de mayo,
quiero ser tu carne, te decía.
III
Sirenas, tinta y acuarela sobre papel, 1983
Durante la gestión administrativa anterior, se realizó una reconstrucción parcial del tiempo pérdido, por supuesto. Los trabajos incluyeron el aumento del programa arquitectónico e incluso, se destinó a una sección del predio para la futura construcción de un patio para el acondicionamiento físico, una alberca y un cubo de vestidores con sanitarios. Fue la suerte que corrió el jardín botánico.
De ahí la época de las sirenas. Aunque el trabajo principal involucra una rueca, por sólo la imagen es difícil de adivinar qué actividad específica realizan. Hay chispas, sí, pero el humo que las envuelve parece ser más algún tipo de nube. Un cirro, para ser más preciso, por su evidente semitransparencia y porque las sombras internas apenas se presentan. Lo que sí es clarísimo es la utilización de la alberca. De la mítica alberca, es decir.
Es de observar a la sirena que pone en marcha el artefacto. A diferencia de sus compañeras, es casi un pez completamente. Acaso lo que le dé la calificación de este ser fabuloso sea el torso de mujer, los brazos atléticos y las espléndidas nalgas. Con los dos brazos superiores activa la rueca y con los inferiores detiene lo que parece un lingote de oro. Como la tortuga de la imagen anterior, la sirena voltea a ver el futuro fuera del cuadro.
IV
El temblor y sus réplicas, grabado en punta seca, 2017
Bajo la tierra
fornican cocodrilos,
Juchitán tiembla.
V
Toro azul, tinta y acuarela sobre papel, sin fecha
En esta imagen es posible dar cuenta del desplazamiento del mundo a segundo plano. Sobre un promontorio y ocupando la mayor parte de la composición de la imagen, hay un toro. Por los reflejos y transparencias que presenta, probablemente está cortado en zafiro. Acaso un guiño al “azul zafir”, como se le conoce localmente al color del cielo en la ciudad de Oaxaca, cuya impronta resulta significante en la sintaxis final de la imagen.
Pero ¿cuál es el ámbito cercano del toro? Lo que parece a primera vista una cueva, por la penumbra alrededor del animal, cambia de sentido al observar los motivos pictóricos que lo enmarcan. El toro está entre vísceras, simétricas y paralelas, cristalinas. Está en un vientre a punto de nacer. Lo que presenciamos es el nacimiento de una estrella en una cosmogonía no identificada. Este rastro se expresa en el corte geométrico y la textura descarnada.
VI
Doña Caracola llega tarde al palacio, Xilografía, 1991 [F. T.] / Caracol, grabado en plomo, fecha no registrada [José Guadalupe Posada]
La imagen está dividida en tres planos. En el posterior, al centro, se observa la parte alta de un edificio, dos campanarios y un friso coronado por una bandera dividida en tres. Del lado izquierdo del observador una cúpula con tambor. Hablamos, probablemente, de una iglesia. En el segundo plano, entre la polvareda, un grupo de hombres enardecidos, tres en uniformes militares –levantando en las manos izquierdas sendas banderas, diferentes a la del edificio de atrás—, y los otros, innumerables, vestidos a la usanza de los primeros charros. En primer plano, y dominando la imagen, cinco hombres con sombrero intentan detener un caracol monstruoso que abre el hocico enseñando los dientes puntiagudos. Las antenas erectas no tienen ojos, éstos están en la cabeza, desorbitados, sobre la nariz.
El caracol camina sobre sus propias piernas, musculosas y en zapatillas. Trasgenérico muestra sus senos grandes, inmensos, en escala con los hombres contra los que lucha (o que le guían con un sofisticado sistema de cables), y con mano derecha sostiene delicadamente una bolsa pequeña. En la izquierda lleva un bastón. Se adivina en calzones de encaje. Un after o qué, también parece que dice.
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Efraín Velasco. Fue becario del FONCA en la edición de Jóvenes Creadores (2008-2009), director de la Biblioteca Pública Central de Oaxaca (2016) y actualmente es responsable del Centro de Escritores de Oaxaca y el área de publicaciones del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca.