José Ángel Álvarez Díaz es una figura recurrente en todo evento cultural que se celebra en Ciudad Juárez. De pie e imperturbable, recibe con educación y una sonrisa inesperada a los caminantes que se detienen a observar su impresionante colección de monedas y billetes, explicando con cadencia e inteligencia el origen y valor de cada pieza, como monedas de ocho reales, un medio dólar que puede alcanzar hasta los tres mil pesos o acciones en papel de minerías del siglo XIX.
Es miembro de la Sociedad Numismática de México y fundador de la Sociedad de Estudios Numismáticos del Estado de Chihuahua. Actualmente tiene su local de monedas y libros de Juárez en el Pasaje del Correo.
José Ángel Álvarez Díaz conversó con Poetripiados sobre el origen de su vasta colección y cómo funciona un negocio de intercambio de valores.
¿A qué nos referimos cuando hablamos del coleccionismo de monedas?
Bueno, lo que refiere al estudio de las monedas se llama numismática. La numismática es la rama de la arqueología que estudia los métodos de cambio. Consideramos un método de cambio a un objeto que puede pagar un servicio o adquirir un bien. Principalmente son monedas y billetes, pero también incluye otras cosas como las acciones, pagarés, bonos, botones militares, medallas que no sean teológicas ni deportivas. Hay varias maneras de acercarse a la numismática.
El coleccionismo de monedas es algo muy común de ver en Estados Unidos, no tanto en México. ¿Qué tanto público hay para ello aquí en Ciudad Juárez?
Sí, generalmente ven las monedas como un objeto curioso o para que su dinero esté ahí fijo y no pierda valor. Al menos yo no conozco a alguien que se dedique al estudio de la numismática de una manera seria, o que coleccione monedas. Sí hay mucha gente que compra, pero nada más por comprar. No hay un objetivo muy definido para coleccionar; es muy caro.
¿Tú estás dedicado a la numismática por completo? ¿O tienes un trabajo aparte y la compra y venta de monedas es un ingreso secundario?
No, mi única entrada económica es la numismática. Es mi afición, es mi forma de vida, por llamarlo de alguna manera. Bueno, aunque ya no colecciono, lo que en algún punto del tiempo fue colección, ahora es inventario. De hecho, yo a mi inventario le llamo mi colección dinámica, porque todos los días llega y sale una pieza de mi colección.

¿Cuáles consideras tus monedas más valiosas?
¿Más valiosas? Pues las monedas tienen varios valores: uno es el valor intrínseco, que es el metal con el que están hechas las monedas; otro es el valor de cambio, cuando tú puedes comprar con ellas; otro es el valor que le llamamos numismático, que en realidad es el valor comercial, en cuánto puedes vender una moneda independientemente de qué esté hecha o de si todavía puedes comprar algo con ella. Pero también tenemos un valor sentimental.
Mi pieza más valiosa sería una que yo quisiera mucho. Por ejemplo, tengo una acción de la Carbonífera de 1899. Ésa me gusta mucho, es mi pieza favorita. No vale mucho, anda como en unos 200 dólares, por ahí, pero es mi pieza favorita. Lo que tú estás viendo aquí de inventario, pues la más cara que traigo ahorita sería el medio dólar de 1812. Ése lo estoy vendiendo en 5 mil 300 pesos. Ese es su precio comercial.
¿Dónde consigues estas monedas? ¿Cómo te haces de tu inventario?
Bueno, todo empezó cuando yo era niño. No quisiera extenderme mucho. Mi tía tenía un botecito de mole Doña María arriba del lavadero de trastes con moneditas, y como cualquier niño lo hubiera hecho, le dije a mi tía que me diera de esas monedas. Entonces mi tía me dijo: ¿Para qué las quiere? Para gastar, respondí. Y mi tía me dice:
Esas monedas no se pueden gastar. Yo no entendí que un objeto hecho para gastar no se pudiera gastar, que una moneda no se pudiera gastar. Entonces ahí me fascinaron las monedas. Empiezo a verlas, a estudiarlas, y mi tía me las regaló, y así empezó mi colección de monedas. Ya vieron que era en serio cuando empecé a coleccionar onzas de plata o monedas de las olimpiadas. Mi primer libro sobre monedas lo compré en 1988, porque antes no había redes sociales, no había páginas que vendieran. No había nada de eso.

¿Y existen monedas de Ciudad Juárez muy valiosas?
Sabes que yo, cuando empiezo a coleccionar, me enfoco en lo que es Ciudad Juárez. Yo junté 150 piezas diferentes que expuse en el Museo de la Arqueología del Chamizal en el 2017. Esa colección ya la vendí, pero me llamaba la atención o me preguntaba: ¿cómo es posible que en Juárez no haya monedas de Juárez? Dos terceras partes de mi colección de monedas de Ciudad Juárez las conseguí en eBay. La primera moneda que yo compré de Juárez, fuera de Juárez, era una ficha de un bar que me vendió una mujer alemana. Se me ocurrió preguntarle: Disculpa, ¿dónde conseguiste esta ficha? Y me contestó la señorita, muy amable: “Sabes que papá murió y él la tenía en el cajón, y pues andamos vendiendo sus cosas.” No sé cómo la obtendría. Juárez es famoso por los bares que hubo antes. No voy a dar el nombre para no quemar al abuelo, que en paz descanse, pero él fue a ese bar y se llevó la ficha de recuerdo.

Y así como esa historia tengo muchas, pero no hay posibilidades reales de encontrar piezas con un valor histórico aquí en la ciudad.
¿Tienes un local físico donde la gente puede encontrarte?
Tengo un local establecido en el Pasaje del Correo. Es el local interior 12A.
¿Entonces la gente puede ir a venderte monedas también?
Sí, sí, claro. Todo lo que sea numismático yo lo compro, porque a veces pongo que compro a tanto el kilo y luego llegan y me traen objetos no numismáticos a querer vender por kilo. Yo no compro eso.