La Generación Beat marcó un punto de inflexión en la poesía y la contracultura del siglo XX. Sus voces rompieron con las estructuras establecidas, explorando la espiritualidad, el inconformismo político y la libertad personal. Entre los nombres más emblemáticos del movimiento destacan Allen Ginsberg, Herbert Huncke, Peter Orlovsky, Denise Levertov, Marge Piercy y Elise Cowen, quienes, desde distintas perspectivas, aportaron a la evolución de la poesía estadounidense.
Ginsberg, con su célebre Aullido, se convirtió en el profeta de la rebelión poética, mientras que Huncke, el auténtico vagabundo de Times Square, personificó la esencia de lo “Beat”. Orlovsky, pareja de Ginsberg, encontró en la poesía un espacio de expresión libre y espontánea. Levertov, con su estilo experimental, unió misticismo y compromiso social. Piercy, feminista y activista, convirtió su poesía en una trinchera política. Cowen, en cambio, representa la voz trágica de una generación marcada por la intensidad y la autodestrucción.
Estos seis poetas no solo compartieron el escenario de la poesía Beat, sino que también desafiaron las normas con una poesía vibrante, cruda y profundamente humana. Sus creaciones y pensamientos siguen vigentes, inspirando a quienes buscan en la palabra un acto de resistencia y revelación.
Derecho a la vida
Por Marge Piercy
Una mujer no es un árbol de peras
inconsciente y fecundo del que caen los frutos
al mundo. Hasta los perales
se llenan un año y descansan al siguiente.
En los huertos descuidados cae la fruta
tibia y madura en el pasto, y los árboles se elevan
nudosos para regalo de los pájaros, a cuarenta pies de altura
entre espinas de una pulgada de largo,
que estallan con atavismo en la suave madera.
Una mujer no es una canasta en la que escondes
tus panecillos para mantenerlos calientes. No es una gallina
ponedora bajo la que deslizas huevos de pato.
No es la bolsa donde guardas el dinero
de tus hijos para usarlo después en tus guerras.
No es un banco donde tus genes ganan intereses
y mutaciones interesantes bajo esta lluvia
sucia. Tú tampoco lo eres.
Yo escojo lo que entra en mí; lo que se vuelve
carne de mi carne. Sin mis opciones, no viven la política
ni la ética. Yo no soy tu campo de maíz
ni tu mina de uranio; no soy tu ternera
de engorde, tu vaca de leche.
No me usarás como fábrica.
Los curas y los congresistas no son dueños
de acciones sobre mi vientre o mi mente.
Este es mi cuerpo. Si te lo doy
quiero que me lo devuelvas. Mi vida
es un derecho no negociable.

Marge Piercy (Detroit, 1936) es una poeta y novelista estadounidense cuya obra ha sido marcada por su activismo feminista, marxista y ambientalista. Creció en una familia de clase trabajadora afectada por la Depresión y fue la primera en su hogar en asistir a la universidad. En los años 60, se involucró en movimientos como los Estudiantes por una Sociedad Democrática y la oposición a la guerra de Vietnam. Ha publicado cerca de 20 libros de poesía y novelas que exploran cuestiones sociales, destacando Woman on the Edge of Time (1976) y He, She, and It (1991). Su poesía, como The Moon is Always Female (1980), es esencial en el feminismo. Vive en Cape Cod, donde dirige Leapfrog Press junto a su esposo.
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Blues del Banco Mundial
Por Allen Ginsberg
Trabajo para el banco mundial, sí, sí,
Mi sueldo eran cien mil de los verdes
Conozco mi economía Harvard mejor que tú
Nadie sabe que yo hago grandes planes
A los líderes de Madagascar les enseño a bailar
a leer estadísticas y usar calzoncillos a rayas
Las estadísticas emocionales no son mi trabajo
Hechos y números, no soy un atorrante
pero silvicultura y agricultura son un gran error
Este es nuestro plan para estabilizar tu moneda
Comercio internacional ahora o después
Sigue nuestro consejo lo agradecerás a tu creador
¿Qué tienes para exportar, qué materias primas?
Monocultura, diamantes, café, cereales
Véndelos en el mercado a las Multinacionales Imperiales
Te prestaremos dinero para aumentar tu producción
Páganos un interés anual, para tu propia seguridad
ajústate el cinturón, no pondremos objeciones
Tira algunos pequeños principios mínimos
el servicio de la deuda pago vuelve invencible el trato
Hay que poner dólares pero tu moneda es canjeable
Pon a la gente a trabajar la tierra del mercado mundial
tala todos los bosques, tendrás dinero líquido
o superautopistas rentables en lugar de selvas tropicales
Con granjas agropecuarias puedes exportar carne
Recorta servicios sociales y la ayuda a los pobres
Afligida, la gente de la selva emigra a las ciudades
Ajústate el cinturón vamos a dar un paseo por la costa
La producción aumenta, los precios siguen bajando
Madera en pasta carne en hamburguesa, café patasabajo
Aumenta la producción paga tu deuda al Banco Mundial
Al menos los intereses si es todo lo que puedes conseguir
Despuebla el Amazonas, no nos has pagado todavía
En una década devolverás todo el dinero
como servicio de la deuda, porque lo principal, ¡ay!
Te prestaremos más, pero no vendas caballo
Medidas de austeridad, sueldos más bajos,
Las aguas negras de la urbe son un terreno carnal
Los autobuses acaban arruinados en los lindes de la ciudad
corales y peces muertos residuos de las fábricas,
Los indígenas le tomaron el gusto al dólar yanki
Fondos de la banca suiza para dictadores en desgracia
La fauna muerta por la deuda de Costa Rica
Flora desconocida en la desembocadura del Boca Chica
Aves del Ecuador, ¿enfermas con los escapes tóxicos?
Disturbios por las bolsas de arroz extranjero
Arma a tu ejército de chicos con gases norteamericanos
Pide dinero prestado para tu carrera de armas propia
Familias trasladadas de las tierras fértiles a la selva
La gente de la selva en chozas al abrigo de turistas
¿bancarrota de divisas para los puristas del libre mercado?
Me acabo de retirar de mi empleo después de 20 años
en el Banco Mundial Central con la banda del dinero
asisto a las reuniones de AA no quiero morir idiota
Trabajé en Africa, las Américas, Vietnam
Bangkok también con los grandes del Banco Mundial
Ahora estoy retirado y me importa un cuerno
Camino por las calles de Washington solo de noche
El trabajo que hice, ¿estuvo malo bien?
¿Se cometieron graves errores sin que los vieran?
No era el trabajo de un burócrata como yo
comprobar el impacto de la política del Banco Mundial
cuando la deuda daba frutos en el árbol del dinero mundial

Allen Ginsberg (1926-1997) fue una de las voces más influyentes de la poesía estadounidense del siglo XX y un símbolo de la contracultura. Figura clave del movimiento beat, su poema Aullido (1956) desafió la censura y se convirtió en un manifiesto generacional. Su obra, marcada por la espiritualidad budista y el inconformismo, incluyó títulos como Kaddish (1961) y The Fall of America (1973). Activista incansable, luchó contra la guerra, el racismo y la homofobia, enfrentándose a gobiernos y sistemas opresivos. Participó en el movimiento hippie y cofundó la Escuela Jack Kerouac en el Instituto Naropa. Su influencia trascendió la literatura, dejando huella en la música y la política. Ginsberg fue el poeta de la rebeldía, la libertad y la búsqueda de lo sagrado en lo cotidiano.
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Fácil amar
Por Elise Cowen
A los POETAS
Su
ESPLENDOR
Derramándose sobre todas las páginas
Extorsionando arco iris diminutos
Fácil Amar
A los Poetas
Su
ESPLENDOR
Derramándose sobre todas las páginas
vertiéndose
Sobre mi regazo.

Peter
Por Herbert Huncke
Para Peter Orlovsky
Estoy terminando de comer a Peter y de bajarlo con cerveza–cerveza lager. Él era tierno y jugoso–suculento–curado en azúcar y magro.
Tragué su corazón entero. Chupé sus huesos limpios–dejándolos en una pila–cuidadosamente ordenados–sin médulas.
De su cabello tejeré un chaleco de seda–una bufanda–para envolver alrededor de mi cuello y una faja.
De sus huesos construiré una cama–pasaré horas acostado en ella–soñando–su cráneo será una almohada para mi cabeza–los pájaros vendrán y me encontrarán muerto.
Ellos me picotearán rasgando pequeños trozos de carne. Algunos otros se irán volando–dejándome caer en el mar–para los peces. El sol me secará y el viento dispersará partículas de polvo sobre la tierra.
Lentamente nuestros huesos se pulverizan a medida que gradualmente nos convertimos en polvo–la lluvia nos mezcla–y nos lava en pequeños riachuelos a través de la tierra–filtrándose hasta las raíces de los árboles–hierba–flores.
Encontrarán nuestros cráneos –los últimos en marcharse– entrelazados mandíbula a mandíbula -en la caricatura de un beso.

Herbert Huncke (1915-1996) fue el alma errante de la Generación Beat, un narrador visceral cuya vida marcó la esencia del movimiento. Viajero incansable, adicto y marginal, encontró en las calles de Nueva York su hogar y en Times Square su escenario. Allí, su jerga y sus historias cautivaron a Allen Ginsberg, Jack Kerouac y William S. Burroughs, quienes lo inmortalizaron en sus obras. Inspiró el término «Beat» con su visión de una existencia golpeada por la vida. Su escritura, como Huncke’s Journal (1965), es cruda y auténtica. En sus últimos años, el Hotel Chelsea fue su refugio, sostenido por amigos que nunca lo abandonaron. Más que un poeta, fue la conciencia del movimiento, la voz de los olvidados y un testigo implacable de su tiempo.
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Establecerse
Por Denise Levertov
Fui bienvenida aquí – al oro claro
del verano tardío, del otoño de estreno,
al águila del amanecer asoleándose en el árbol más alto,
a la montaña que se revela sin nubes, a su nieve
teñida de damasco cuando mira al oeste,
paciente, en su determinación, con el sol incansable
siempre asomando y ocultándose.
Ahora me es dado
probar el gris presagiado por todos,
un gris denso y helado a la vez. Me jacté de que no me importaría,
porque nací en Londres. Y no me importará.
Voy a poner manos a la obra
en mis días, vine a quedarme, no de visita.
El gris es el precio
de la vecindad con las águilas, de saber
de la presencia enorme de una montaña, véase o no.
No perder el rumbo
Entre tareas
–deshojar fresas,
responder cartas–
o entre poemas,
volver al espejo
para ver si estoy ahí.

Denise Levertov (1923-1997) fue una poeta británico-estadounidense cuya obra combinó experimentación formal, espiritualidad y compromiso social. Educada en casa, decidió ser escritora desde niña y recibió el aliento de T.S. Eliot a los doce años. Durante la Segunda Guerra Mundial trabajó como enfermera en Londres y en 1946 publicó The Double Image. Tras mudarse a EE.UU. en 1948, adoptó un estilo poético innovador influenciado por William Carlos Williams y el grupo Black Mountain. Su activismo contra la guerra de Vietnam y su feminismo marcaron obras como The Sorrow Dance (1967). Publicó más de veinte libros de poesía, recibió premios como el Lenore Marshall y enseñó en Stanford. Su legado vive en una poesía que exploró la política, la naturaleza y la espiritualidad con una voz apasionada y visionaria.
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Primer poema
Por Peter Orlovsky
Un arcoíris entra a raudales por mi ventana, estoy electrizado.
Las canciones brotan de mi pecho, todo mi llanto se detiene, la miseria llena el aire.
Busco mis shues debajo de mi cama.
Una mujer gorda de color se convierte en mi madre.
Todavía no tengo dientes postizos. De repente, diez niños se sientan en mi regazo.
Me dejo barba en un día.
Bebo una botella de vino con los ojos cerrados.
Dibujo en papel y siento que soy dos otra vez. Quiero que todos hablen conmigo.
Vacío la basura en el tabol.
Invito a miles de botellas a mi habitación, los bichos de junio los llamo.
Uso la máquina de escribir como mi almohada.
Una cuchara se convierte en tenedor ante mis ojos.
Los vagabundos me dan todo su dinero.
Todo lo que necesito es un espejo para el resto de mi vida.
Mis primeros cinco años viví en empanadas de pollo sin suficiente tocino.
Mi madre mostraba su cara de bruja en la noche y contaba historias de barbas azules.
Mis sueños me sacaron de mi cama.
Soñé que saltaba a la boquilla de un arma para pelear con una bala.
Conocí a Kafka y saltó un edificio para alejarse de mí.
Mi cuerpo se convirtió en azúcar, se vertió en té Encontré el sentido de la vida
Todo lo que necesitaba era tinta para ser un niño negro.
Camino por la calle buscando ojos que acaricien mi rostro.
Cantaba en los ascensores creyendo que iba al cielo.
Me bajé en el piso 86, caminé por el pasillo buscando colillas frescas.
Mi corrida se convierte en un dólar de plata sobre la cama.
Miro por la ventana y no veo a nadie, bajo a la calle, miro a mi ventana y no veo a nadie.
Así que hablo con la boca de incendios y le pregunto: “¿Tienes lágrimas más grandes que yo?”.
Nadie alrededor, me orino en cualquier lugar.
Mis cuernos de Gabriel, mis cuernos de Gabriel: despliega las alegrías, mi alegre júbilo.
24 de noviembre de 1957, París

Peter Orlovsky (1933-2010) fue poeta, actor y una figura clave de la Generación Beat, conocido por su relación con Allen Ginsberg. Nació en Nueva York en una familia empobrecida y trabajó desde joven para sostener a los suyos. Reclutado para la Guerra de Corea, fue destinado a un hospital en San Francisco, donde conoció a Ginsberg en 1954. Junto a él, exploró la literatura y el budismo, viajando por Europa, India y África. Comenzó a escribir en 1957 y publicó poesía de tono espontáneo y confesional. Fue profesor en la Escuela Jack Kerouac del Instituto Naropa y recibió una beca del Fondo Nacional para las Artes. Murió en 2010 por cáncer de pulmón, dejando un legado poético marcado por el amor, la búsqueda espiritual y la libertad creativa.