Desde su llegada el 1 de mayo de 2023, Jazmín Gallegos Calzada ha dado un giro significativo a la vida del Museo de Arqueología e Historia de El Chamizal (MAHCH). Como coordinadora del recinto, ha impulsado una agenda abierta a diversas expresiones artísticas y culturales, más allá de las exposiciones tradicionales.
Infraestructura y nuevos proyectos
“Ha sido un reto, sobre todo en temas de infraestructura. Nos ha tocado dar mantenimiento a las salas, y también hemos tratado de impulsar proyectos como la instalación de réplicas y placas en el jardín, que tenemos muy presentes. Aunque aún no se concretan, queremos lograrlos este año”, señala Gallegos sobre su gestión al frente del museo.
Explicó que se ha buscado abrir el espacio a nuevos colectivos y artistas. “Antes ya se trabajaba con grupos que tenían años aquí, lo cual no está mal, pero decidimos abrir el museo a todos los juarenses que han estado activos en esta frontera o en otros espacios, para que vengan y expongan todo lo que han mostrado a nivel nacional e internacional”.

Además de exposiciones, se han incorporado actividades como presentaciones de libros, recitales musicales y colaboraciones con academias de piano, guitarra y canto. “Esto ha tenido muy buena respuesta por parte del público, y también trabajamos de la mano con Turismo, ya que seguimos siendo un referente en la zona de El Chamizal”, añade.
Cultura, ecología y nuevas audiencias
Gallegos subrayó que el museo forma parte de la Red de Museos y Centros Culturales, que incluye más de 13 espacios. También se ha incursionado en temáticas como ecología y biodiversidad.
“Trabajamos el año pasado con una asociación civil llamada Bioexperimenta, en un proyecto titulado Bioexperimenta tu museo. La responsable es estudiante de la UACJ. A partir de la apertura del museo, decidió consolidar la iniciativa como asociación civil, y le está yendo muy bien”, subraya.

El recinto se ha convertido en un lugar vivo, con presencia de músicos, fotógrafos, pintores y actores. Incluso se ha permitido el uso del espacio para ensayos artísticos. “Pareciera que el museo no debería ser para eso, pero sí es un espacio cultural que debe estar vivo”.
“Yo creo que los museos tienen que dejar de verse como espacios aburridos o silenciosos. Tienen que ser puntos de encuentro donde muchas cosas puedan suceder”, reflexiona Gallegos.
El arte como herramienta para reconstruir el tejido social
Respecto al papel de la cultura en una ciudad marcada por la violencia, Gallegos fue enfática:
“Es una de las membranas más importantes y sensibles. La educación, la cultura y el deporte son aspectos a los que debemos prestar mucha atención en la frontera. Debemos equilibrar la ciudad. Está bien que haya bares y diversión nocturna, pero también necesitamos más espacios culturales”.
La cultura y el arte, sostiene, tienen un poder transformador en las comunidades, especialmente aquellas marcadas por la violencia o la desigualdad. Al ofrecer espacios de expresión, diálogo y encuentro, se fomenta la empatía, el respeto y la reconstrucción de vínculos sociales.
“Las actividades como talleres, recitales, exposiciones o teatro comunitario permiten que niñas, niños, jóvenes y adultos encuentren nuevas formas de comunicarse, sanar heridas colectivas y fortalecer su identidad cultural. Además, estos espacios promueven la inclusión y el acceso a derechos culturales», convirtiéndose en alternativas al ocio nocivo. Recuperar el tejido social a través del arte implica apostar por una sociedad más justa, participativa y con mayor sentido de pertenencia”, considera la coordinadora del museo.
Falta de difusión y retos de asistencia
Gallegos lamenta que no haya suficiente difusión por parte de los medios. “Cuando organizamos actividades como un Open Mic gratuito o una obra de teatro, no viene tanta gente como quisiéramos. Tenemos que prestar atención a esto. Si no ofrecemos lugares de esparcimiento y convivencia, los ciudadanos van a seguir eligiendo los bares, porque son de las pocas opciones que existen”.
Añadió que, en Juárez, la dinámica se limita muchas veces al trabajo, bares y plazas comerciales.

“Cuando hablamos de espacios culturales, hace falta mucha más difusión. Sí hay muchas actividades y eventos gratuitos, pero la cantidad de información que se genera impide que todo llegue al público”.
Pese a ello, ha notado que la gente responde bien cuando se ofrecen actividades distintas. “Cuando hacemos recitales, la gente sí tiene ganas de más. La cultura y el arte son vitales para el rescate del tejido social de nuestra frontera”, recalcó.
Retomar proyectos culturales emblemáticos
Recordó que anteriormente se realizaba un evento llamado El Chamizalero, que ofrecía conciertos, lecturas, actividades para niños y espacios para emprendedores. Actualmente se analiza la posibilidad de retomarlo, tras una pausa necesaria para evaluar costos e impacto.
“Queremos que el museo no solo hable de museografía, sino también de historia y de entornos urbanos. Ahora también abordamos música, arte, teatro y actividades al aire libre”, expone.

El año pasado, el museo recibió a más de 48 mil personas. Gallegos estima que este año esa cifra se superará, gracias a las nuevas exposiciones y actividades culturales. También se colabora con preparatorias y otros planes educativos.
“Estamos trabajando con escuelas que a veces no nos piden historia, sino temas como flora o fauna. La labor del historiador también debe actualizarse, y escuchar lo que quiere la gente”.
La importancia de profesionalizar el arte local
Gallegos es egresada de la Universidad Pedagógica Nacional, educadora, baterista y activista cultural. Ha trabajado en bibliotecas municipales, ferias del libro y asociaciones civiles.

“Son muy creativos y buenos en lo que hacen, pero les falta profesionalización. A veces se piensa que llegar a un museo es solo pedir un espacio, pero hay que traer una carpeta bien hecha, una tarjeta de presentación, y estar dados de alta en el SAT. Sé que parece abrumador, pero hay mecanismos para hacerlo”, opina sobre los artistas locales.
En su opinión, también es necesario que los artistas exijan más a las autoridades para incrementar los espacios dedicados al arte y la cultura.
Un tesoro cultural en el corazón de El Chamizal
Ubicado en pleno Parque Público El Chamizal, el Museo de Arqueología e Historia de El Chamizal (MAHCH) es uno de los recintos más emblemáticos de Ciudad Juárez. Fundado en 1976, este museo ofrece un recorrido por el legado arqueológico, natural e histórico de la región fronteriza, con una propuesta educativa y cultural que ha evolucionado con el tiempo.
El MAHCH alberga cinco salas permanentes: desde la riqueza de la cultura Paquimé hasta la biodiversidad de los Médanos de Samalayuca, pasando por la historia del conflicto de El Chamizal, el pasado Mogollón y una colección de réplicas mesoamericanas. Además, cuenta con dos salas temporales para exposiciones de arte, investigaciones y muestras itinerantes.
En su exterior, el museo ofrece un jardín arqueológico de 3.5 hectáreas con más de 30 réplicas, incluyendo una imponente representación de la Casa Grande de Paquimé. Con entrada gratuita, el recinto abre de martes a sábado de 9 a.m. a 5 p.m. y domingos de 11 a.m. a 5 p.m.
El MAHCH se consolida como un espacio vivo, abierto al arte, la ciencia y la memoria, que invita a juarenses y visitantes a reconectar con su historia.