La presidenta Claudia Sheinbaum exigió este jueves al gobierno de Estados Unidos que transparente los indicadores técnicos que justifican el cierre de la frontera al ganado mexicano por la supuesta presencia del gusano barrenador, una plaga que afecta al sur del país, pero que no representa riesgo en las entidades del norte desde donde se exporta el ganado.
Durante su conferencia matutina en Palacio Nacional, Sheinbaum advirtió que si bien desde el punto de vista técnico no existe motivo válido para mantener el cierre, en el plano político-electoral sí hay señales claras de que funcionarios del gabinete de Donald Trump aprovechan la situación como una herramienta para ganar protagonismo ante las próximas elecciones en Estados Unidos.
“Que no se utilice a México como piñata”, reclamó la mandataria, quien denunció que algunos aspirantes a cargos de elección en EU. buscan réditos mediáticos atacando la relación bilateral y tomando decisiones unilaterales que afectan directamente a los productores mexicanos.
El secretario de Agricultura, Julio Berdegué, ha sostenido conversaciones con su homóloga estadounidense, Brooke Rollins, en busca de una solución. Se han implementado medidas estrictas de sanidad animal, filtros, vigilancia veterinaria y lavados de animales, y se ha trabajado con expertos de ambos países para erradicar el brote.
Sin embargo, la plaga visible no parece ser el gusano barrenador, sino otro más insidioso: el gusano del oportunismo político. Un parásito que no devora carne, pero sí acuerdos, confianza y cooperación binacional. Un gusano que aparece justo en tiempos electorales, muta en discursos y se alimenta del miedo y del nacionalismo mal encauzado.
Pese a todo, se avanza en el establecimiento de una planta para producir mosca estéril, estrategia biológica para combatir la plaga, con una inversión de 30 millones de dólares por parte de Estados Unidos. El proyecto estaría listo en 10 u 11 meses. Mientras tanto, México exige claridad técnica y respeto político.