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El espinazo de un dragón emplumado de vidrio

Sinopsis: El tono del primero poema, de esta nueva colaboración del poeta Josué Ramírez en Poetripiados, “Materia oscura (X, X, X)” es meditativo y ensayístico y realiza una crítica sutil pero incisiva hacia la cultura digital. El poeta expresa su preocupación por el exceso de información, la pérdida de vínculos significativos, la búsqueda de placer […]

La Libertad, que no es necesariamente el resultado de lo justo

Por Josué Ramírez / 24 de mayo de 2025

Sinopsis: El tono del primero poema, de esta nueva colaboración del poeta Josué Ramírez en Poetripiados, “Materia oscura (X, X, X)” es meditativo y ensayístico y realiza una crítica sutil pero incisiva hacia la cultura digital. El poeta expresa su preocupación por el exceso de información, la pérdida de vínculos significativos, la búsqueda de placer inmediato, la sobreexposición en redes sociales y la banalización de la experiencia y el pensamiento. Todo esto se articula a través de un yo poético que observa desde una terraza —metáfora de distanciamiento y perspectiva—.

El segundo poema, “Carta a Apolodoro desde México”, se trata de un poema híbrido y complejo que se mueve entre el diálogo socrático, la crítica política, el escepticismo cultural y una sensibilidad poética que no se entrega a la nostalgia. Hay una tensión entre el impulso filosófico y la desilusión del presente: república, política, redes sociales, violencia, amor, cuerpo, justicia, aparecen entrecruzándose sin jerarquía en un horizonte de palabras.

MATERIA OSCURA (X, X, X)

El Universo, tapiz suspendido alrededor de nosotros mismos,
materia oscura, enigma compartido entre ciencia y verso, dicho
de Goethe a Einstein, digo, para nombrar a dos compatriotas alemanes.
En esta trama, donde urdir palabras en la madeja de la oscuridad cósmica,
es hilvanar con tus herramientas para explorar en lo invisible.

Poesía y física, chispas de luz en una vastedad desconocida guiando
—o pareciendo guiar— a través del umbral, a comprender, o al menos intuir,
la belleza detrás de las miradas superficiales de los indiferentes.

Cajones: memorias encapsuladas, momentos esféricos. En la caja de cristal:
orden, tornillos, fotos, manuscritos, hojarasca rojiza; toca observar sin certezas.
Pasado. Memoria. Luego, casualidad con corona de azar tejiendo un destino digno
de notas selectivas, afines, al pie de página, con el cuerpo ocupado por pantallas.

En el presente nos hallamos: incómodos, visibles, caminos abiertos y cerrados.
También confort. También privilegio. También vanidad tejida en aires altos.

Abejas podríamos criar para desafiar los retos, aunque el planeta,
nave y madre, se sobrecalienta irremisiblemente. ¿Está muriendo?
Unos luchan, polinizan a caballo o en globo el globo terráqueo
que se explora y sobreexplota en autos o aviones en busca de salidas.
Otros, cumplen una rutina en una rueda giratoria. Pasan de todo.

Mi posmodernidad es decadente, como todas. Pero no ceder
a lo frívolo ni a la solemnidad del mantel verde con la jarra de agua
riman las horas. La poesía alza la voz contra el absurdo disfrazado de abismo
que luego ostenta inocencias toscas. Aún hay quienes, a un dios inasible
que se ahoga en una gota de agua, rendimos homenaje. Espacio hay para todo.

Abrir los ojos al escuchar el tic-tac del tiempo en la sombría sociedad avanzando.
Muro. Reloj. Millones de rostros a la cámara mirando, sin alimentos. Preguntas mudas.
Fronteras de presos políticos nos dividen y nos nombran sin derecho al asombro.

Uno caminó sobre el agua. Otro se hizo árbol.
Ambos, quizá, voltearon la página no escrita y oyeron
—en sus mentes— frases en vilo.
Materia oscura de mi mirar, interrogándome:
¿por qué el otro afirmó que en hormigas reencarnamos?
Equis.
Equis.
Equis.

CARTA A APOLODORO DESDE MÉXICO

I. SÓCRATES Y EL VALOR DE LAS ACCIONES

Lo que importa este sábado en la antigua Ciudad de México,
lo supo Sócrates, vestido con túnica desgastada,
calzando sandalias, con modales simples.
Iba camino al Banquete, y, de paso, le recordó a Apolodoro
sobre la belleza: el valor de las acciones, le dijo.
En mi mente, que es asociativa, recuerdo el momento
preciso: como si a partir de ahí se funda su República.

II. APOLODORO NO SABÍA QUE SE TRATABA DEL HIJO DE ATENAS

Y habló mal de todos —incluso de sí mismo—,
excepto del creador de preguntas,
que otros llamaron burlón, porque hacía que, enredados,
se mostraron tal como son sin darse cuenta.

En la reunión, a Apolodoro lo tildaron de indulgente.
Algunas personas —debido a sus admiraciones y afectos—,
a veces atacan irracionalmente a una realidad que los abraza.
No saben cómo ni por qué, pero se apuntan en las listas de la injusticia
y buscan urgentemente su incorporación al parlamento
para obtener la impunidad disfrazada de fuero,
ese cinismo necesario para saquear.

II. EL AMOR, EL BANQUETE Y EL CUERPO

En esta mañana sabatina,
me veo a mí mismo en un banquete presidencial —incómodo—,
en un camino intrincado, donde lo que me muestra la claridad del día,
es que el amor por el cuerpo se entremezcla en sensaciones intensas,
casi densas, ya no lo sé, pero se cruzan la ciudad y la historia.

IV. POLÍTICA, NARRACIÓN Y DISCORDIA

Entonces, confirmé que la política no persigue la justicia
ni el amor, que una vida es ante todo novelada o narrada
por el periodismo. Y que hay algo inadecuado en el fondo
de esta película que se rueda a diario, en conversaciones privadas
o públicas, entre la masa abstracta o la multitud que avanza junta,
pero permanece dividida, y no faltan las envidias en el Club o en el parque;
se nos hace ver la suerte de cada uno en su situación, mientras
el manto invisible de la discordia nos envuelve en un negocio violento.

V. BELLEZA, LIBERTAD Y LA NECEDAD DEL PODER

Pero, con el hastío que provoca una realidad efímera
que vacía de los significados más vitales a los seres más sensibles,
libres en el umbral de la tragedia o siendo su protagonista anónimo,
se puede observar y concluir
que hay personas que ven a la gente y saben
que lo que hacen los ricos y poderosos es vicioso y despiadado,
incluso cuando ellos mismos son esclavos de sus créditos abstractos.

La Libertad, que no es necesariamente el resultado de lo justo,
como bien recordó Sócrates, y la Belleza, llevaron a Homero
a eliminar el proverbio de “los buenos con los buenos”,
ya que los ignorantes van a la casa de los peores,
aplaudidos por los tontos.

VI. REDES SOCIALES, CRIMEN E IDOLATRÍA

En las fiestas se toman fotos para subirlas a las redes sociales
en busca de notoriedad efímera, a toda costa, incluso si delinquen y mueren pronto.

Al optar por defender lo que no es extraño, pero que tampoco no conocen,
cada mañana nos ofrecen una cultura equivocada,
porque esta mentira es una necedad,
ya que saben que se nota la farsa cuando no se cumple
la promesa de ser justos y encontrar en la belleza el origen del amor
cuando la idolatría del crimen y el narco es nuestra locura.

VII. APOLODORO COMO ESPEJO Y HERENCIA

Todo esto es lo que trato de expresar aquí,
con mi lenguaje limitado y mis defectos,
lo que le diría a Apolodoro en esta mañana
o en aquella en la que se encontró con alguien,
calzado con sandalias,
que se dirigía a un banquete
y ya tenía en su mente las bases de una república persuasiva.

Le diría: la mezquindad en mujeres y hombres,
el Varón con su Varona, con las argollas de oro en los tobillos;
rodeados de objetos pulidos,
hacen de la asfixia un tema para videos y películas en un mercado de pulgas.

VIII. IMÁGENES DEL PRESENTE Y DISTOPÍA

Veo a personas en las RS
oliendo pistilos de plástico,
conscientes o sumisas,
llevando el sueño utópico a la distopía detallada
donde la pobreza impera en todos los niveles.

Algunas personas creen escuchar el arrullo de las palomas antes del amanecer,
pero aún no han despertado.
Así que en este sábado veo el arco de barro que es el tiempo
y me hace un tatuaje, dejándome su impronta
me dibuja el espinazo de un dragón emplumado de vidrio
que los internautas adoran en barcos de papel virtual.

***

Josué Ramírez nació en la ciudad de México en 1963. Es autor de Multiverso, Deniz, random, Ulises trivial, Los párpados narcóticos y Hoyos negros –entre otros libros de poemas–. Muestras de su obra han sido incluidas en varias antologías, entre las que se encuentran: 359 Delicados (con filtro). Antología de la poesía actual en México, de Pedro Serrano y Carlos López Beltrán; Reversible Monuments: Contemporary Mexican Poetry, de Mónica de la Torre y Michael Wiegers; El turno y la transición, de Julio Ortega. Desde 1984 ha colaborado con poemas, reseñas, entrevistas y ensayos en diferentes revistas y suplementos literarios. En 1997 obtuvo la beca de la Fundación Rockefeller y el CNCA. Es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Fue editor de La Gaceta del FCE y Saber Ver.

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