• Skip to primary navigation
  • Skip to main content
  • Skip to primary sidebar
  • Skip to footer
Poetripiados

Poetripiados

LETRAS Y MÚSICA PARA VOLAR

  • La Carpa
  • Poder
  • Paradiso
  • Videos
  • Por la libre
  • Ruido Azul
  • Pensar
  • Brevísimo
  • Mi vecina y yo
  • Boletín

Divorcio Trump-Musk: Episodio digno de Succession

Si algo nos enseñó la aclamada serie Succession es que los imperios no caen por asaltos externos, sino por guerras internas. Y el pleito público entre Donald Trump y Elon Musk bien podría ser un episodio perdido de la saga de los Roy: traiciones familiares, venganzas financieras, luchas por el poder y un patriarca furioso […]

“Matrimonio” fue por poder compartido y una conveniencia total

Por Fernanda Dorantes / 6 de junio de 2025

Si algo nos enseñó la aclamada serie Succession es que los imperios no caen por asaltos externos, sino por guerras internas. Y el pleito público entre Donald Trump y Elon Musk bien podría ser un episodio perdido de la saga de los Roy: traiciones familiares, venganzas financieras, luchas por el poder y un patriarca furioso dispuesto a incendiar su legado con tal de no perder el control. Solo que, en esta versión, el imperio en juego es el de la extrema derecha estadounidense, y la disputa se libra en plataformas digitales, contratos espaciales y discursos de campaña.

El matrimonio de conveniencia entre Trump y Musk, igual que la relación entre Logan Roy y sus hijos, parecía estar basado más en intereses compartidos que en afecto genuino. Trump necesitaba amplificación digital, un megáfono para sus ideas en la era post-Twitter. Musk necesitaba poder político para blindar sus negocios y alimentar su ego extremista. Se usaron mutuamente como piezas en un tablero donde cada uno creía ser el rey. Pero como en Succession, todo rey tiene su Kendall.

Durante meses, Musk se comportó como el heredero rebelde que, pese a las críticas, seguía orbitando al padre tóxico. Hizo de X (antes Twitter) una trinchera para la ultraderecha, coqueteó con conspiraciones, y hasta se atribuyó la victoria republicana en el Congreso. Pero entonces llegó el quiebre: Trump lo amenazó con retirar todos sus contratos gubernamentales. Un castigo ejemplar, muy en la lógica del patriarca Roy, que no tolera la deslealtad, ni siquiera de su “hijo” más útil.

Musk, lejos de ceder, decidió hacer público el conflicto al insinuar que Trump aparece en los archivos del caso Epstein, sugirió que debería haber un juicio político y hasta planteó reemplazar al vicepresidente JD Vance. Lo hizo como Kendall en la conferencia de prensa donde acusó a su padre de crímenes: sabiendo que rompía el pacto sagrado, pero también convencido de que era hora de destruir el sistema que lo había engendrado.

El resultado fue inmediato, pues hubo pánico en los mercados, una caída estrepitosa del 14% en las acciones de Tesla y el inicio de un cisma ideológico en la derecha radical. Musk ya no habla como aliado, sino como disidente. Abandonó su puesto como “zar de eficiencia”, coquetea con formar un nuevo partido y cuestiona los pilares económicos del trumpismo. En lenguaje Succession, ya no quiere heredar el imperio: quiere fundar el suyo propio.

Y como en la serie, lo personal y lo político se mezclan peligrosamente. La posible cancelación de contratos gubernamentales con empresas de Musk no solo sería una vendetta, sino una amenaza real a la infraestructura crítica de Estados Unidos. La lucha de egos amenaza con arrastrar consigo a toda la maquinaria de poder que la extrema derecha tardó años en construir.

El conflicto Trump-Musk es más que un pleito de millonarios. Es el reflejo de una batalla más profunda: la que se libra entre el viejo autoritarismo político y la nueva tecnocracia disidente. Y, como en Succession, sabemos que nadie sale ileso de estas guerras familiares. Porque cuando el imperio se fractura desde dentro, la caída no es solo inevitable, sino espectacular.

Mientras tanto, el público —nosotros— mira, tuitea y especula. A fin de cuentas, como decía Logan Roy: You are not serious people.

Primary Sidebar

Leer + te hace - güey…

Acuerdan Trump y Sheinbaum trabajar juntos

G7 sin Trump: política interna pesa más que aliados

La poesía es un acto de rebeldía y de resistencia: Odette Alonso

La nana, los ingenieros y el guardia hablador

Footer

| SÍGUENOS EN REDES SOCIALES |

Directorio | Contactanos | Aviso de Privacidad

Copyright © 2025 · Poetripiados.com