Ciudad Juárez se prepara para una noche de memoria colectiva y celebración cultural. El próximo 29 de noviembre, la Plaza de la Mexicanidad se convertirá en un enorme recinto al aire libre para recordar la histórica presentación que Juan Gabriel ofreció en 1990 en el Palacio de Bellas Artes, un momento que marcó un antes y un después en la música popular mexicana.
La actividad forma parte de una colaboración entre el Gobierno de México, la Secretaría de Cultura, el Gobierno Municipal, el Museo Juan Gabriel y Netflix, iniciativa que busca acercar a la comunidad a uno de los capítulos más emblemáticos del artista nacido en esta frontera.
Durante la conferencia de prensa, la regidora Karla Michaeel Escalante Ramírez destacó que la proyección contará con material inédito del archivo personal de Alberto Aguilera, imágenes que forman parte del documental de Netflix Juan Gabriel: Debo, puedo y quiero. Recordó que este mismo homenaje se presentó recientemente en el Zócalo capitalino y celebró que ahora llegue a la ciudad que vio crecer al Divo.
Escalante invitó a los seguidores a participar de manera activa compartiendo recuerdos, fotografías o breves videos —de hasta 30 segundos— mediante los hashtags #JuanGabrielesJuárez, #BellasArtesenJuárez y #DelZócaloaCiudadJuárez. “Es una oportunidad para que Juárez se vista de fiesta y vuelva a sentir la energía de una noche que México jamás olvidó”, afirmó.
Por su parte, Felipe Rojas, director de la Fundación Juan Gabriel, subrayó la colaboración que desde hace meses mantienen con Netflix para dar vida al documental y recuperar el vasto archivo que el propio artista registró a lo largo de su carrera. “En esos materiales, Juárez siempre está presente. Queremos que la gente de aquí experimente las mismas emociones que vivimos en el Zócalo y recuerde la grandeza de aquel concierto en Bellas Artes”, comentó.
El evento será gratuito, tendrá una duración aproximada de 1 hora con 40 minutos y contará con actividades complementarias para las familias asistentes. “Este es el lugar donde Juan Gabriel creció, aquí está su gente. Los esperamos a todos”, concluyó Rojas.
El concierto histórico
Cuando Juan Gabriel pisó el escenario de Bellas Artes en mayo de 1990, abrió una grieta luminosa en un espacio históricamente reservado para la llamada alta cultura. La presentación, hoy reconocida como un momento decisivo en la historia cultural mexicana, estuvo antecedida por un torbellino de críticas provenientes de sectores conservadores que defendían la pureza del recinto como si se tratara de un templo inviolable.
La oposición fue feroz. Músicos, funcionarios y figuras de la élite cultural se pronunciaron en contra del evento, alegando que un cantante de música popular no debía ocupar el mismo escenario que las grandes compañías de ópera o los recitales sinfónicos. Las reacciones llegaron incluso a terrenos personales: Juan Gabriel recibió ataques cargados de prejuicio y comentarios homofóbicos que buscaban desacreditarlo más por su identidad que por su obra.
Aun así, la noche del concierto demostró lo contrario a lo que los detractores pronosticaban. Acompañado por la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la dirección de Enrique Patrón de Rueda, el Divo de Juárez mostró una solvencia artística que descolocó a quienes dudaban de su capacidad para dialogar con un ensamble sinfónico. La sala se llenó de personalidades políticas y culturales —entre ellas, la entonces primera dama— y la respuesta del público confirmó lo que la taquilla había anunciado días antes: los boletos se habían agotado de inmediato.
Según lo confirmó el mismo Juan Gabriel, fue el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, quien le habría ayudado a abrir las puertas de Bellas Artes.
La presentación simbolizó la apertura de Bellas Artes a otras expresiones artísticas y la validación de la música popular como parte legítima del patrimonio cultural mexicano.
Lo que para algunos era una provocación terminó convirtiéndose en un acto de justicia estética. Para muchos, ese momento confirmó que Juan Gabriel no era simplemente un ídolo masivo, sino un artista capaz de tender puentes entre mundos que durante décadas habían permanecido separados. Un artista inmortal.
De regreso a la X
Juan Gabriel reunió a más de 135 mil personas en la Plaza de la Mexicanidad, conocida como la “X” el 28 de marzo de 2015. El concierto se transformó en una auténtica fiesta popular en medio de luces vibrantes y un escenario de gran escala flanqueado por dos gigantescas pantallas digitales.

Esa noche, el público coreó clásicos como No tengo dinero, Bailando, Querida, No vale la pena y Meche, parte del repertorio que marcó a distintas generaciones mexicanas.
Han pasado más de 10 años de aquel inolvidable concierto.

