Con un acto cargado de memoria y patrimonio, el Presidente Municipal, Cruz Pérez Cuéllar, encabezó la ceremonia de develación de la placa conmemorativa del III Centenario de la ciudad, restaurada y reinstalada en su emplazamiento original, en la emblemática colonia El Barreal.
La pieza de bronce con relieve, colocada originalmente en 1959 por el H. Ayuntamiento de Juárez (1959-1962), formó parte de los festejos por los 300 años de la fundación de la Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de los Mansos del Paso del Norte (1659-1959). Esta placa no solo simboliza la efeméride, sino que también ha sido testigo silencioso de la transformación urbana y social de la frontera.

Durante décadas, la placa permaneció en la fachada del antiguo abarrotes El Barreal, un inmueble que posteriormente cayó en abandono. Fue hasta que el Ing. José García Sáenz adquirió la propiedad con fines de demolición que la pieza histórica fue rescatada y puesta en resguardo por la Dirección General de Desarrollo Urbano, bajo la coordinación de Claudia Morales Medina, asegurando así su conservación para futuras generaciones.
Con la conclusión de la nueva construcción destinada al almacén de herrajes para vidrio y aluminio IDEALUM, el propietario y su hijo, Ing. José de Jesús García López, gestionaron ante el Ayuntamiento la reinstalación de la placa en la esquina de la avenida Reforma y calle Anáhuac, devolviendo a la ciudad un fragmento de su historia tangible.
En su discurso, el Presidente Municipal destacó el compromiso de los propietarios con la preservación del patrimonio cultural juarense y subrayó la importancia de fortalecer la memoria histórica de la frontera, recordando que sitios como este son testigos de los episodios que moldearon la identidad de la región.
El evento también puso en relieve el valor histórico del sitio: la esquina donde se reinstaló la placa marca la entrada al Camino Real de Tierra Adentro, ruta virreinal que conectaba el centro del país con el norte. Esta vía no solo facilitó el comercio y la comunicación, sino que también fue escenario del traslado de figuras históricas, entre ellas Benito Juárez durante su célebre “éxodo glorioso” (1864-1867), cuando la nación enfrentaba uno de sus periodos más turbulentos.