En el corazón del centro histórico de Ciudad Juárez, en la Plaza Cervantina, un espacio cultural colectivo y autogestivo, ha nacido un proyecto que pretende revitalizar la gráfica desde el norte del país. Se trata del taller Los Entintan, impulsado por el artista gráfico Jorge “Yorch” Pérez, integrante del colectivo Rezizte, y uno de los creadores más activos de la gráfica fronteriza.
“Este es el taller de Los Entintan en la Plaza Cervantina, un proyecto enfocado totalmente en la gráfica fronteriza. La idea de iniciar este proyecto es continuar con la búsqueda de la identidad de la gráfica fronteriza, como ha sucedido en el centro y sur de México”, cuenta Yorch.

Consciente de que gran parte del movimiento gráfico nacional se concentra “de Zacatecas hacia el sur”, Yorch explica que en la frontera hay una carencia de espacios de producción y formación gráfica. Por eso, uno de los objetivos del taller es abrir sus puertas a artistas y al público en general: “Que vengan a aprender también acerca del grabado”.
El proyecto ya cuenta con dos prensas: una para tabloide y otra de mayor formato (60 x 70 cm), y pronto contará con una nueva prensa de gran tamaño, de 1.30 x 2.50 metros, que se construye actualmente en Oaxaca. “La idea es acercar la gráfica y potencializar a otros artistas que ya se dedican a otros formatos”, explica. “En un mes vamos a tener equipado totalmente el taller con esa nueva prensa que se está haciendo en Oaxaca, que es más especializada y que se dedicará a formatos más grandes”.
Actualmente, trabajan con papel de algodón de entre 200 y 300 gramos, un insumo que, al igual que las tintas y las prensas, es difícil conseguir en la frontera. “Las consigues en Estados Unidos, pero si no hay un conecte para mover eso hacia acá, pues es difícil”, advierte. Por eso, el taller también busca ofrecer materiales de calidad a quienes se inician en este arte: “Es un espacio creado específicamente para eso, también tenemos los racks para el secado del papel”.


Yorch había trabajado antes en talleres personales, pero ahora la idea de este nuevo proyecto es abrirlo al público.
“Quiero invitar a algunos artistas a este espacio, pero el enfoque totalmente es la gráfica en el papel impreso, como carteles. Estamos buscando también que el grabado se acerque mucho a estas situaciones sociales y cotidianas, y de ciudad”. Esa es la esencia del Taller de Gráfica Fronteriza: “Buscar entre los artistas la gráfica de la zona, que hable de nuestras problemáticas, que ponga los temas en la vía pública para establecer una comunicación visual por medio de la gráfica”, añade el artista juarense.

Ciudades como CDMX, Guadalajara, Puebla, Querétaro y Oaxaca han desarrollado una identidad gráfica visible en sus calles, galerías y museos. Yorch sueña con algo similar para Juárez: “Otro de los planes es traer a algunos maestros importantes de Oaxaca y que puedan compartir con los juarenses toda su experiencia y lo que saben”.
La gráfica mexicana, dice, es reconocida en todo el mundo. Es considerada de las mejores a nivel internacional, pero gran parte de ese reconocimiento se lo llevan el sur y centro de México. En Oaxaca está en todos lados y habla mucho de lo que es esa ciudad, asegura Yorch.
En busca del ser fronterizo
Su propia obra está marcada por esa búsqueda de identidad. Desde hace más de 20 años, ha formado parte del colectivo Rezizte, realizando obras con materiales reciclados de las maquilas o desechos que vienen de Estados Unidos. Es autor de Ser Fronterizo, una pieza emblemática del paisaje urbano de Juárez: un transporte público cortado a la mitad y convertido en mural. Está ubicada en el cruce de las avenidas Paseo de la Victoria y De las Torres
“Ese proyecto fue algo que yo pude hacer ya enfocado en tratar de buscar la identidad del fronterizo, añadiendo algo de contexto a la zona que tiene que ver con las fábricas. Pude plasmar un mural sobre este objeto, que describe esa zona, y todo lo que tiene que ver con el cruce de la frontera, de los que cruzan con visa o sin visa, que es algo muy cotidiano”, explica.
El fenómeno migrante ha sido otro tema central en su obra: “Desde la primera caravana migrante, pues eso no se había visto, y que llegaran los trenes cargados con migrantes en los vagones, eso menos se había visto aquí. Se veía allá con las Patronas, en Veracruz, y ahora ya lo podemos ver aquí en la frontera norte”.
Estos movimientos, agrega, “son parte importante de lo que como artistas gráficos nos toca desarrollar”. Entre 2008 y 2010 creó una serie titulada Sicario, una serigrafía en formato 20×30 pulgadas, que abordaba la violencia en la ciudad. “El trabajo gráfico es un documento que, junto a los escritos y fotográficos, queda como testimonio artístico”.
El trabajo artesanal… y el pan
A pesar de los avances tecnológicos, la gráfica sigue siendo artesanal y fiel a la visión del artista. Aunque ha sido usada ocasionalmente en campañas publicitarias, “no se ha vuelto comercial”, indica Yorch.
El proyecto integra también una panadería, localizada a unos metros del taller, ambos ubicados en la Plaza Cervantina. El horno está en la planta baja, y en el mezzanine se alista una galería para exhibiciones, presentaciones de libros y conciertos.

“Abajo hacemos el pan, es donde tenemos los hornos, y arriba tenemos el espacio para las exhibiciones de todo lo que vamos a estar produciendo aquí”.

Para Yorch, la conexión entre el pan y la gráfica tiene un sentido histórico y migrante: “Todo esto llega con la Conquista de México, cuando llega el pan, el trigo, y después llega la imprenta, y tenemos la historia de Juan Garrido, un conquistador afroespañol, que fue la primera persona en cultivar trigo en América”.
Narra que creció en una panadería, y durante años pensó que el pan era mexicano. “Después profundizamos y encontré esta historia de Garrido, y la pude conectar con la migración, un fenómeno que forma parte de nuestra comunidad aquí en Juárez”.


El personaje del que habla Yorch, Juan Garrido, conquistador afroespañol y asistente de Hernán Cortés, fue el primer hombre en cultivar trigo en el continente americano. Tras la caída del imperio azteca, Cortés le encomendó limpiar granos de arroz traídos por barco, entre los cuales Garrido encontró semillas de trigo. Las sembró en una parcela en Coyoacán, logrando así la primera cosecha. Este hecho marcó el inicio de la producción de harina y pan en la Nueva España, estableciendo un precedente fundamental en la alimentación colonial.
Actualmente, se afinan los últimos detalles del mezzanine para que este espacio esté listo en el corto y mediano plazo. El objetivo es claro: abrir caminos a la gráfica en el norte y entintar la frontera con identidad, memoria y resistencia.