Con el Zócalo capitalino en un silencio solemne, la presidenta Claudia Sheinbaum encabezó este viernes la ceremonia en memoria de quienes perdieron la vida durante los sismos de 1985 y 2017. La conmemoración adquiere especial significado este año, al cumplirse 40 años del devastador terremoto de 1985, que cambió para siempre la estructura urbana y social de la capital.
El terremoto de magnitud 8.1, cuyo epicentro se ubicó frente a las costas de Michoacán, provocó la muerte de más de 10 mil personas, dejó alrededor de 30 mil heridas y cerca de 250 mil damnificados, según estimaciones extraoficiales. El derrumbe de hospitales, escuelas y edificios emblemáticos marcó un antes y un después en la memoria colectiva y en la organización de la protección civil en México.

Sheinbaum destacó la importancia de la solidaridad que emergió tras la tragedia de 1985, con brigadas ciudadanas como los “topos” y la creación de una cultura de prevención y resiliencia que sigue vigente. “El 19 de septiembre no es solo un día de duelo, sino de reflexión sobre cómo enfrentar de manera organizada los desastres naturales”, señaló la presidenta.
En el marco del homenaje, a las 12:00 horas se realizó el Simulacro Nacional 2025, con alertas sísmicas activadas en más de 809 millones de celulares en todo el país, como recordatorio del compromiso ciudadano con la prevención y la respuesta ante emergencias.
El 19 de septiembre de 2017, un sismo de 7.1 de magnitud volvió a sacudir México, afectando principalmente Puebla, Morelos, Oaxaca, Estado de México y la Ciudad de México, con un saldo de 370 víctimas mortales. Desde entonces, esta fecha se ha convertido en un símbolo de memoria y preparación.
Hoy, 40 años después del terremoto de 1985 y 8 años del de 2017, México se detuvo un minuto en homenaje a las víctimas, reafirmando la necesidad de mantener la vigilancia y la organización frente a la fuerza inevitable de la naturaleza.