1) Hace unos días inicié una nueva lectura, de un clásico oscuro de Emil Cioran, el filósofo antifilósofo y filoso rumano–francés, Breviario de podredumbre, y justo por la tarde de haberlo comenzado, los astros, las estrellas, se pusieron a modo para que este Un incesante caer de estrellas en la nada de José Eugenio Sánchez, cayera en Saltillo, y hoy cayera él, en cuerpo presente, que aquí está para confirmarlo. Y cabe decir que, sin los apoyos de Checo Castillo, de este Cerdo de Babel, de Residencias Corona y de Pedro Moreno (el real, no el hackeado), este feliz evento estelar no habría acontecido en el sureste de Coahuila, y no estarían ustedes aquí ni yo leyendo esto.
(Del libro de artículos Reporte astronómico para cobrar la beca del CONACYT.)
2) Que ambos libros y autores (Emil y José Eugenio) hayan coincidido en la misma temporada no me parece una casualidad, en todo caso más creería que estaba escrito en mi horóscopo lector, porque Cioran y Chepe pueden coincidir en distintos aspectos, así como diferenciarse de muchas otras maneras, pero ingredientes explosivos encuentran en ambos una mano amiga y fértil. A su manera, ellos han producido sui géneris literatura de protesta e ironía frente a las nimiedades y las taras mundanas, dando forma a expresiones literarias que la hacen de pedo por decencia, que no callan frente a las indignidades, sean de la existencia espiritual (Cioran) como de la realidad materialista (Chepe), mostrando un vitalismo de contrastes que se solaza con lo que puede y debe cuestionarse, para gusto y gozo ético y mental, y por qué no, también sensual-sexual-carnal (Chepe).
(Del libro de artículos No los puse pegaditos, pero cuando desperté, ambos cachondeaban en la estantería.)
3) Cito un pasaje del Breviario de podredumbre como mera constatación: “La obsesión de los remedios marca el fin de una civilización; la búsqueda de la salvación, el de una filosofía” (Apartado “Pensadores crepusculares”, p. 51). Y proveniente de Un incesante caer de estrellas en la nada estos versos del cierre de uno de los poemas más feroces del libro, “Algunos síntomas que advierten que somos más tik tok que tmbrl”, a modo de reflejo afinado como cuerda gruesa de una guitarra eléctrica, a lo Stevie Ray Vaughan:
somos dinosaurios que se preocupan al ver directamente el meteorito que
viene a aplastarnos
y seguimos creando expectativas
olvidando que nos encontramos mientras escapábamos de una explosión
buscando calma
y que luego huiremos del incendio que provocamos
creyendo que nos estamos salvando
(Del libro de artículos Si buscas salvarme, preséntame a tu prima.)
4) ‘La salvación’ como supuesto derecho humano es uno de los fetiches contra los que va Chepe en su libro, pero no es el único: la hipocresía dentro y fuera de la política (aunque toda hipocresía, en verdad, es política), el capitalismo ojete (¡lo de salvaje qué!), ‘las apariencias’ (esa forma de la hipocresía que busca engañar picando los ojos antes de tomarse la selfie), la permisiva ‘normalidad’ (la nueva, la vieja, la de siempre y como siempre), la violencia fuera de control del México post Felipe Calderón, etc., son otros de los muchos títeres con cabeza a los que la lírica rockanrolera, divertida y potente de Chepe les tumba la cholla, pero que no por ello pierden algo de su identidad tan cuestionable, porque para eso, para recordar y recordarnos, también están y funcionan estos versos que ni olvidan ni perdonan, pero sí detallan y astillan, porque vienen de una voz con justicia encabronada ante el desastre cotidiano del país cayéndose a pedazos, como las estrellas en la nada, y sin límite de tiempo, mientras aguanten el cuerpo y la mente… o intenten aguantar lo inaguantable:
LA CABEZA DE RICKY, P. 63
5) En el sistema poético de Chepe establecido en este libro, además de una de sus virtudes a lo largo de toda su producción anterior, los títulos afilados e imaginativos (factor 1), luego viene el poema en sí (factor 2), y se suma, por primera vez, un recurso en verdad sabroso y digno de aplauso: la irónica referencia a la supuesta fuente de donde proviene el factor 2, aludiendo a que los textos son parte de potenciales libros (factor 3) que existen en la medida que existe el poema citado como parte de tal conjunto, y en este juego de vaporosa intertextualidad de referencias fantasma, identifico la raíz de un esbozo de cuestionamiento inteligente y mordaz, con el cual Chepe hace referencia al desequilibrio entre la capacidad de producción poética autoral y la incapacidad del entorno literario –institucional y de las editoriales particulares– para atender y dar salida en equidad a las realizaciones de los creadores. Ante tal desbalance, al final de los poemas nuestro autor da señales de esos libros en potencia, semilleros de explosividad lírica, que son representados parcialmente en los textos que aparecen en las páginas impresas o electrónicas, a modo de registros de una bibliografía a la que sólo podemos acceder como a varias de las cosas más ardientes y gozosas que existen, y de las cuales apenas vemos la puntita… del iceberg…
(Del libro de artículos La página es la alcoba para un ménage à trois garantizado.)
6) Una de las posturas más saludables y entrañables frente al desencanto del mundo es el desencanto que ironiza como ruta personal, y ese es el caso de Chepe desde que tengo el gusto de conocerlo. No podría esperarse una disposición vital distinta de alguien que le va al Atlas (lo digo con conocimiento de causa… como cruzazulino), y por ser rojinegro, Chepe en sus poemas en verdad que nunca la cruzazulea (yo a veces sí), sabiendo darle cancha a sus temas y su voz cada vez más portavoz de preocupaciones sociales e históricas, articuladas por la fuerza del aliento que se extiende para vertebrar diatribas o que se condensa para darle espacio a la aparición de versos tan matones como congruentes. Por estas y otras razones, me encanta el desencanto de un artista como José Eugenio Sánchez; me encanta desde hace un montón de años, sobre todo esta vez que es, al menos, la segunda ocasión en que tengo la oportunidad de afirmar cosas así al presentar alguno de sus libros de poemas, como el Jack Bonner podrá testificarlo, si se le cuestiona al respecto.
(Del libro de artículos La libertad es la casaca que te pones los domingos.)
7) Por las cosas que he venido comentando, y bastantes más que no comentaré, les recomiendo con amplitud que adquieran y conozcan este libro explosivo y seductor, este racimo de orgasmos verbales, este “finísimo jarrón de porcelana hecho añicos en el suelo” que aun así se ve rebien, eso ya desde las probaditas que Chepe posteó con anterioridad desde su muro en Facebook pero, sobre todo ahora, manufacturado rebonito, dónde más si no en Vaso Roto, como el finolis jarrón caído como estrella en el primer poema del libro, recipiente adecuado para albergar tantas flores muertas que, a pesar de todo, pueden revivir en los estantes de sus casas, sobre todo al cachondearse con el libro vecinito que prefieran…
Gracias, Chepe, por la oportunidad de tenerte por aquí, como en las grandes metrópolis del mundo, y gracias a ustedes por su finolis presencia.
(Del libro de artículos ¡Ya cállate para que al fin el Chepe lea!)
