En un nuevo capítulo de tensión comercial, la presidenta Claudia Sheinbaum manifestó su rechazo a la decisión del Departamento de Comercio de Estados Unidos de reactivar medidas antidumping contra el tomate mexicano, tras dar por terminado unilateralmente el Acuerdo de Suspensión de Tomate Fresco.
La imposición de un arancel del 17.09% afectará directamente a los productores nacionales, aunque, según la mandataria, el impacto real recaerá sobre los consumidores estadounidenses.
“Es muy difícil sustituir el jitomate mexicano”, afirmó Sheinbaum en su conferencia matutina, al advertir que pese a las medidas, Estados Unidos continuará importando el producto debido a su fuerte dependencia: de los 6 mil 500 millones de libras que se consumen anualmente, México aporta más del 66%.
La jefa del Ejecutivo federal subrayó que los principales impulsores del arancel son productores de Florida, quienes históricamente han presionado para proteger su mercado ante la competencia mexicana. Sin embargo, reiteró que no existen países que, en el corto ni en el mediano plazo, puedan abastecer el volumen que México envía a su vecino del norte.
Durante la conferencia, Sheinbaum leyó un comunicado respaldado por cinco de las principales asociaciones de productores, en el que se denuncia el carácter político y proteccionista de la medida. Asimismo, anunció que como parte del Plan México, su gobierno presentará la próxima semana una serie de acciones para apoyar tanto al sector jitomatero como al ganadero, también afectado por decisiones recientes de Washington.