La presidenta Claudia Sheinbaum informó que su gobierno envió una nota diplomática a Washington, tras la decisión de transferir más de 109 mil acres de terrenos federales al Ejército, a lo largo de la frontera sur de ese país.
La medida, anunciada recientemente por el secretario del Interior, Doug Burgum, contempla que los terrenos —ubicados principalmente en Nuevo México— sean ocupados por las fuerzas armadas estadounidenses durante un periodo de tres años. El objetivo, según explicó el gobierno de Donald Trump, es reforzar las tareas de vigilancia, facilitar la construcción de infraestructura para la seguridad fronteriza y combatir actividades ilícitas como la migración irregular, el tráfico de drogas y la trata de personas.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum expresó su preocupación por esta decisión unilateral, aunque reconoció que se trata de una medida tomada dentro del propio territorio estadounidense. No obstante, reiteró que México espera que dichas acciones no se traduzcan en una vulneración de la frontera compartida ni en un obstáculo para la cooperación bilateral en materia de seguridad.
“Nosotros siempre hemos buscado una relación de respeto y de coordinación con Estados Unidos. Esta transferencia de tierras al Ejército puede tener distintos objetivos: no sabemos si es para continuar con la construcción del muro o con alguna otra infraestructura. Pero enviamos una nota diplomática dejando claro que esperamos que no haya afectaciones a nuestro país ni a la relación binacional”, afirmó la mandataria.
Sheinbaum también señaló que este tipo de decisiones no son nuevas, pero enfatizó que es fundamental mantener un canal de diálogo abierto y transparente, especialmente cuando se trata de zonas fronterizas donde ambos países comparten retos en temas de migración, seguridad y medio ambiente.
De acuerdo con el Departamento del Interior de EU, la urgencia de la transferencia se debe a la necesidad de eliminar obstáculos legales que puedan retrasar la ejecución de proyectos estratégicos. Al estar bajo jurisdicción militar, los terrenos podrán ser utilizados sin trabas derivadas de reclamos territoriales o usos civiles previos.
El gobierno mexicano, por su parte, agregó Sheinbaum, se mantiene atento a los desarrollos en la zona y ha reiterado su disposición a colaborar en acciones conjuntas siempre que se respete la soberanía nacional. La Secretaría de Relaciones Exteriores será la encargada de dar seguimiento al caso y continuar el diálogo con las autoridades estadounidenses.
Mientras tanto, organizaciones civiles en ambos lados de la frontera han comenzado a expresar inquietud por las implicaciones ambientales y humanitarias que podría tener esta militarización parcial del territorio.
