El Gobierno del Estado de Chihuahua pretende contratar un nuevo endeudamiento por aproximadamente 500 millones de pesos, a pesar de que la entidad figura entre las cinco más endeudadas del país, de acuerdo con datos del Centro de Estudios de Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados.
El secretario estatal de Hacienda, José de Jesús Granillo, confirmó que se prevé adquirir este nuevo crédito, mientras los informes oficiales evidencian que el pasivo estatal asciende a 59 mil 058 millones 374 mil 773 pesos, según el más reciente Informe Analítico de la Deuda Pública y Otros Pasivos elaborado por el propio Gobierno del Estado.
Durante la administración encabezada por María Eugenia Campos Galván, la deuda pública ha aumentado en más de 10 mil 838 millones de pesos, es decir, un incremento del 22.5 por ciento. Ello contrasta con los discursos oficiales que insisten en una supuesta “reducción” del endeudamiento estatal.
Los datos del CEFP revelan que Chihuahua concentra, junto con Nuevo León, Ciudad de México, Estado de México y Veracruz, el 54 por ciento de la deuda subnacional. En términos per cápita, cada chihuahuense soporta una deuda de 13 mil 413 pesos, cifra que coloca al estado como el segundo más endeudado del país en este rubro, solo detrás de Nuevo León.
Además, la deuda de Chihuahua equivale al 4.4 por ciento de su Producto Interno Bruto Estatal (PIBE), lo que representa más del doble del promedio nacional. Con respecto a sus ingresos totales, el endeudamiento alcanza el 51.2 por ciento, una proporción que revela una dependencia preocupante del crédito para sostener las finanzas públicas.
Estas cifras contrastan con las de entidades como Tlaxcala, Querétaro o Hidalgo, cuyos niveles de deuda representan menos del 15 por ciento de sus ingresos por participaciones.
La insistencia del gobierno estatal en solicitar nuevos créditos, pese al historial de incremento del pasivo, revela una política financiera que prioriza el endeudamiento sobre la planeación. Lejos de sanear las finanzas públicas, la estrategia actual profundiza la carga sobre las generaciones futuras y compromete la capacidad del estado para invertir en desarrollo social y obras públicas sin depender del crédito.
Mientras el discurso oficial sostiene que se ha “reordenado” la deuda, los números oficiales muestran una realidad distinta: Chihuahua no ha disminuido su pasivo, lo ha incrementado, situándose entre los casos más graves de endeudamiento estatal en México.

