Paul relata en Paul McCartney: La Biografía (ediciones Malpaso) que la última vez que habló con John Lennon fue por teléfono, poco antes del lanzamiento de Double Fantasy.
Lennon había dejado las drogas y el alcohol, concentrándose en la crianza de su hijo Sean. En un acto de masculinidad avanzado para su época, asumió el rol de amo de casa: aprendió a cambiar pañales, cocinar e incluso hornear pan. Yoko, por su parte, se encargaba de los negocios fuera de casa.
“Oh, Dios, soy como la tía Mimi, dando vueltas en bata”, bromeó Lennon con Paul durante esa llamada, que terminó en buenos términos, a diferencia de otras épocas en las que ambos se gritaban y colgaban de golpe.
La mañana del 9 de diciembre de 1980, Paul estaba en Inglaterra cuando recibió la llamada de Steve Shrimpton, su manager, quien le informó que cerca de la medianoche, hora de Nueva York, le habían disparado a John frente al edificio Dakota y que había muerto poco después en el hospital Roosevelt.
Hoy, a poco más de 44 años del incidente, sabemos que Paul estaba solo, ya que Linda había llevado a las niñas a la escuela. Cuando ella regresó, lo encontró de pie en la entrada para coches. De inmediato supo que algo estaba terriblemente mal; nunca lo había visto tan desesperado.
Lo primero que Paul hizo fue llamar a su hermano Michael, quien quedó igualmente devastado. Ese día, Paul tenía programado ir a Londres, a los estudios AIR, para grabar una canción llamada Rainclouds («Navega por el océano, navega a través del mar/envíame una carta/el viento va a soplar/y si te vas/deja el sol para mí»).
Esa misma tarde, recibió una llamada de Yoko, quien le dijo: “John te tenía mucho cariño”.
Al salir de los estudios se encontró con decenas de reporteros que, como siempre, lo asediaron:
P: ¿Cuando se enteró?
R: Recibí una llamada en la mañana, de un amigo.
P: ¿Piensa ir antes del funeral?
R: Todavía no lo sé.
P: ¿Ha conversado de esto con alguno de los otros Beatles?
R: No.
P: ¿Qué estaba grabando hoy?
R: Estaba escuchando algunas cosas. No quería quedarme en casa.
P: ¿Por qué?
R: No tenía ganas. Sí, es un fastidio, ¿no? Muy bien, saludos.
Los comentarios de Paul fueron criticados negativamente por la prensa, que interpretó en sus palabras una falta de seriedad e indiferencia ante la muerte de su viejo amigo. En respuesta, McCartney pidió disculpas por no saber expresar su dolor en público e intentó enmendar el malentendido emitiendo un comunicado en el que declaró: “No puedo procesarlo en este momento. A John se lo recordará por su contribución única al arte, a la música y a la paz mundial”.
En el periodo posterior a la muerte de John, Paul intentó acercarse a Yoko para conocerla mejor, descubriendo que era una mujer con un férreo caparazón que evitaba cualquier interacción. Aunque se sintió rechazado, Paul entendió que Yoko estaba atravesando el proceso de reponerse de una pérdida devastadora. Esta dinámica cambió el día en que Paul y Linda visitaron el Dakota, y Yoko les invitó a comer. Para Paul, fue muy significativo enterarse, a través de Yoko, que a pesar de sus conflictos, siempre le había caído bien a John y que este admiraba sus canciones, las cuales escuchaba con frecuencia. En la época de los Beatles, rara vez habían tenido tiempo de juzgar mutuamente su trabajo.
Más recientemente, Paul ha sido muy cuidadoso al hablar sobre sus emociones respecto a John. En una entrevista reciente, el exbeatle afirmó que la muerte de Lennon fue una situación extremadamente difícil para él, un golpe tan fuerte que no podía hablar al respecto. Fue a través del lenguaje de la música, con la canción Here Today, que finalmente logró expresar todo lo que acumulaba en su corazón. McCartney contó que un día, sentado en un piso de madera con su guitarra, surgieron los primeros acordes de la pista. También reveló que la línea “la noche que lloramos” hacía referencia a una conversación sincera entre él y John, en la que se dijeron verdades y confesaron cuánto se querían.
Here Today
“Si te dijera que realmente te conocía, ¿cuál sería tu respuesta?
Si hoy estuvieras aquí, bueno, conociéndote, probablemente reirías,
Y dirías que éramos de mundos diferentes.
Si hoy estuvieras aquí, en cuanto a mí, todavía recuerdo cómo era antes,
Y ahora estoy reteniendo las lágrimas.
No más. Te amo.
¿Qué pasa con el tiempo que nos conocimos?
Bueno, supongo que podrías decir que nos hacíamos los difíciles,
Nunca entendíamos nada, pero siempre podíamos cantar.
¿Qué pasa con la noche que lloramos?
Porque no quedaba nada, ninguna razón para mantener esto en el interior.
Nunca entendí una palabra,
Pero siempre estuviste allí con una sonrisa.
Y si te dijera que de verdad te quería y me alegraba que llegaras,
Entonces tú estarías aquí hoy.
Para ti fue mi canción. Aquí, hoy”.