Después de décadas de arrastrar una pesada carga fiscal y un endeudamiento que la convirtió en la petrolera más endeudada del mundo, Petróleos Mexicanos (Pemex) tendrá un respiro histórico: en 2027 quedará libre de la política tributaria que, desde los gobiernos neoliberales de Carlos Salinas de Gortari a Enrique Peña Nieto, le extrajo la mayor parte de sus ganancias para sostener el gasto federal.
Así lo anunciaron la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo; el secretario de Hacienda, Édgar Amador Zamora; la titular de Energía, Luz Elena González Escobar, y el director general de Pemex, Víctor Rodríguez Padilla, al presentar la Estrategia Integral de Capitalización y Financiamiento.
El plan contempla que, hasta 2027, el Gobierno de México respaldará a Pemex para cubrir sus obligaciones financieras de corto y mediano plazo, particularmente en 2025 y 2026, años con amortizaciones de deuda especialmente elevadas. A partir de 2027, la petrolera deberá sostener su equilibrio fiscal por cuenta propia.
Uno de los cambios más significativos será la reducción de la participación de Hacienda en las utilidades de la empresa: del 60% que se retenía en sexenios anteriores, bajará al 30%, lo que permitirá capitalizar a la paraestatal. “Pemex va solita”, afirmó Sheinbaum, subrayando que esta medida resuelve retos estructurales heredados del modelo neoliberal.
El secretario de Hacienda recordó que, durante ese periodo, la deuda de Pemex creció casi 130% en solo una década, dejando presiones financieras severas. La meta ahora es reducirla en 26% para 2030 respecto al nivel de 2019, lo que implicaría pasar de 105 mil millones de dólares a 77 mil millones.
La secretaria de Energía destacó que, además de sanear sus finanzas, Pemex retomará su vocación histórica: producción de petróleo, gas, gasolinas, diésel y fertilizantes, pero sumando la incursión en nuevas energías. Para consolidar su producción, el plan incluye frenar el declive de yacimientos maduros, reactivar campos con potencial, concluir proyectos estratégicos como Trion y Gama, y explorar áreas frontera.
El director general de Pemex precisó que también se buscará reponer reservas y aumentar la producción mediante contratos de servicios, manteniendo el control estatal sobre la empresa.
La estrategia, que entrará en vigor de inmediato, no solo apunta a la recuperación económica de Pemex, sino que marca un viraje respecto a las políticas aplicadas por los gobiernos neoliberales, que —según los funcionarios— dejaron a la petrolera debilitada y dependiente del fisco.
Con este plan, el Gobierno federal pretende que en 2027 Pemex deje de ser una empresa fiscalmente asfixiada y financieramente vulnerable, para convertirse nuevamente en un pilar estratégico de la soberanía energética del país.