(Si si si… probando. Uno, dos… uno dos. Esa tecla no la encuentro, sii-p yeah. Si–p.siiiiip, yeah, beebee bebebap yeah).
I
A hard days night, junior farm, letting go, Drive my car.
Cada que hago una canción no sé a dónde llegaré. Supongo hay momentos para buscar el orden y otros, para lo contrario. Ahora mismo supongo este escrito no me va gustar ni a mis amigos, ni a los fans y mucho menos a los exigentes. (Ahora que, podemos soñar que las palabras vivan por si mismas y se dejen encontrar ellas solas y luego yo nomás sirva de intermediario y bla bla… bla).
He trabajado como un perro, debería estar echado como un tronco.
Sólo éramos cuatro chicos jugando a tocar, cantar y emborracharnos. Así componíamos. Escribí esto, va más o menos así… y él me seguía mientras con su guitarra -una cerveza, string, lara, la… se destapa otra cerveza para la bateria, el rodie, y risas y volvemos a empezar instintiva, infinitamente.
“A hard days night” como tantas otras creo que fue más mía, pero se oía mejor en John. No fue que hayamos dicho “pero ésta es más mía!”.. ja, “cuando nos separemos ésta la podré cantar yo y tú no”. Hubiera sido divertido pero no llegamos a tanto. Todo era de todos, o nada era de nadie, ahí está y es nuestra.
Alto el hombre enfrentó y atacó la noche primorosa de un día trabajoso, como en la película, el guapo corría al frente y las niñas histéricas detrás sin alcanzarlos. Ya para entonces el mundo se les había rendido; ya estaban cansados pero exultantes de alegría. De eso hace 60 años. Ahora entra y ya, es el del centro. Toca el bajo como entonces, le toca cantar porque Lennon se murió y ah, aquella banda ya no existe.
¿Es él, de verdad es él? Nos preguntamos todos. Él responde con la Granja de junior. Sí es. Está tocando con una banda que no es The Wings pero es lo mismo. ¿Es el que hizo “Yesterday”, “Oh Darling” y “She´s leaving home”? Bueno, le ayudaron. Sí es él, aunque le ayudaron.
En “Drive my car” me atreví a hacer algunos experimentos que parece resultaron en la guitarra. Hablábamos de lo que nos parecía gracioso, la fama nos pareció muy divertida desde el principio; tampoco pretendimos nunca ser cínicos o engreídos, tal vez solamente éramos.
Caminamos como en manada pero íbamos de uno en uno. Nerviosos no, más bien curiosos, soldados que avanzan al frente ¿qué tan decepcionado me sentiré cuando salga? Ojalá cante dos o tres bien, cuales serán… (Mucho dinero en inversión, muy justos pero caros los boletos; pero si ete señor ni necesidad tiene…) en algo debo ocupar la cabeza yo, los demás, mientras empieza, y vaya que se tardó… la gran Cacerola tiene su glamour más que encanto. El estadio rayado es un lujo de arquitectura pero más en apariencia; así lo vas queriendo, como a los edificios nuevos, como pasó con la Macroplaza y el canal Santa Lucía… lo vamos queriendo.
II
Got to get to into my life, Let me rolling, Getting better, Let´em in
Me tocó lejos pero todos estamos lejos. No estoy en el Cielo ni estoy muerto. Ni siquiera ando descalzo. Se oye espectacular y se ven muy bien las pantallas. Aquí estoy, aquí estoy… Igual que a ustedes mientras me empapé de The Beatles por meses mi canción favorita fue “I wanna hold your hand”, “Eleonor Rigby”, “Help”, y otras raras como “I´m fixing a hole” o “Got to get to”. En la secundaria con unos, en la prepa con otros, durante la facultad y ahora ya de ruco con diferentes amigos, oímos y reoímos discos enteros o de una por una… y este señor -rockola humana- en 16 minutos brinca de aquí para allá y ni tiempo para acordarme de mis amigos o de las tardes o de cuando compré aquel disco o de qué hacía entonces.
En “La Hora de los Beatles” desde Radio Kono Lacho Pedraza en los primeros ochentas intercalaba temas de John, Paul, George y Ringo ya solos, pero algo les faltaba si no estaban juntos. ¡Era tanto el endiosamiento por sus fotos, la veladora a cada disco y “etapa creativa”, que bah! obvio que jamás perdonaríamos a Yoko…
Mac Cartney canta y domina como siempre; y como nunca -hace 18 años brincó los 64… hay pocos en el público que llevan más tiempo en el planeta que este muchacho.
III
Maybe I´m amazed, I´ve just seen a face, Love me do, Blackbird, Now and then
Me hice amigo de don Omar y don Joel, que beben el triple de cerveza que yo, este es el concierto número 15 de Omar -en el 76 vio a the Wings en San Diego-; Joel me presume fotos de su colección de vinilos, también de sus bisnietos. Uno habla de la fortuna y negocios del otro… coreó algunas frases con ambos para ver si me incluyen en sus testamentos.
Mc Cartney siempre más comedido se lo tomó con más calma que ´su compa´(bien por el maestro de español de Paul). Soy un perro defensor de Lennon y su genio antes y después de la ruptura, pero reconozcamos: The Wings peleó más de cerca con los titanes de la radio setentera. Una bestia de creatividad y director de orquesta, de empresa, que se reinventó tres o cuatro veces. Nadie le ha regalado nada.
Culturalmente, The Beatles y The Rolling Stones encabezan una Revolución de conciencias, la “melenización” de la inteligencia juvenil (José Agustín me da permiso) y por supuesto Bob Dylan y The Doors, Led Zeppelin y todos los demás, por ahí muy cerca, musicalmente están los Wings.
Luego fallecieron John y lamentablemente también Linda. Entonces “tal vez se sintió asombrado” de seguir vivo y no le quedó otra más que hacer música. Siempre más listo, siempre más adelantado, siempre más flemático, más determinante… aquí está enfrente y todos estamos asombrados.
IV
Lady Madonna, Jet, Something, Obladi Oblada, Band on the run, Get back, let it be, Live and let die
¡Fierro, compadre! Dícese en el Norte cuando uno anima al otro: pisa el acelerador que todavía faltan como 40 años y quedan 50 minutos. La teoría más aceptada es que los Beatles gozaban de una amistad monstruosa, que por eso jugaban tanto y brinbacan de la trascendencia a la nostalgia y de la explosión del rocanrol o la música sinfónica. “Lady Madona” es un chiste bailable, una pirueta a velocidad de “Jet”, ahora homenajea a Harrison, a James Bond, a la azotea inolvidable de los abrigos y Phil Spector en el piano. No estoy llorando, es que empieza a llover. La garganta de Paul, las ganas de hacer lo imposible, sus dones de ventrilocuo, de salirse de donde los demás viven y piensan e inventar melodías y poemas, historias.
V
Hey Jude, I´ve got a feeling, Birthday, Helter Skelter
En la fila de arriba, al lado de mis amigos mayores, se ha acomodado una jovencita de 21 años con su mamá: se llama Mariana y estudia Letras en la Uni. Un problema en su cadera le impide caminar así que de su silla de ruedas la pasan mientras el concierto a una silla contigua Omar y Joel, que además de mucho dinero, tienen problemas en sus rodillas. Mariana necesita su mamá le sostenga la cintura por atrás para alcanzar a ver las pantallas pues todos estamos de pié en esa parte del graderío. Pone su mano en el respaldo de la butaca de enfrente y balancea la otra al ritmo de “Hey Jude”, y todos alrededor cantamos con ella y con todos y somos felices, amigos, aún sin conocernos. Luego yo le voy diciendo la que sigue y se emociona y me busca con la mirada para que cantemos juntos. A. Claudia le dice “baila, baila” y por supuesto Claudia baila.
“I´ve got a feeling” es la mancuerna L&M en su máximo esplendor juntos y por separado. Según la humilde opinión del que escribe Lennon acompaña y hace contrapunto perfecto a la delicadeza salvaje de Mac Cartney (como amigos y socios): la definición del rock con mayúsculas. El señor del concierto canta con el de la pantalla, recita al cielo: Gracias por estar en plenitud, gracias por permitirme compartir.
Hace mucho rato del clímax: se percibe cierto mareo de euforia masiva.
VI
Golden Slumbers, Carry that weight, The end
Usted y yo sabemos que la Beatlemania existe. Que se finca en la valoración o valuación de aquel momento específico, e inevitablemente, el contexto o comparación con otras expresiones artísticas. La beatlemanía es muchas cosas, tiene raíces, un tronco lleno de verdades, exageraciones, rumores y curiosidades. Lo último que grabaron los cuatro genios juntos, ¿enojados, felices?
Empieza a llover y un efecto de luz plateada, música, celulares nos envuelve… perdemos la noción del tiempo y lentamente el regreso a la realidad. Una noche majestuosa. Tres minutos después otra vez somos una manada pero de uno en uno, como soldados rumbo al frente. Nos queda al final el amor compartido, un sueño que no termina.
Usted y yo servimos un poco para heredarlo.
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GERARDO LOPEZ MOYA (Monterrey 1966) periodista, melómano, locutor, icono de la televisión cultural regiomontana. Ha colaborado en los principales medios nacionales. Fundador del programa Imaginarte de TVNL y creador del show televisivo cultural Taller Abierto, que se espera continúe en el aire el mismo tiempo que la música del cuarteto de Liverpool.