En el marco de la visita presidencial, el activista Jesús Saláis, quien ha lucrado políticamente con la figura legal de Revocación de Mandato, entregó una carta a la mandataria Claudia Sheinbaum en la que expone sus razones para solicitar la revocación del alcalde Cruz Pérez Cuéllar.
Saláis inició su activismo con un grupo de Facebook llamado Revocación de Mandato, creado durante la administración de Armando Cabada. Aunque en un principio obtuvo un amplio respaldo ciudadano, este apoyo se fue diluyendo con el tiempo debido a la falta de resultados, sus constantes saltos políticos y su cercanía con el exgobernador Javier Corral, de quien recibió apoyos tras golpear mediáticamente a Cabada.
Uno de esos beneficios fue que su hijo, Alejandro Saláis, obtuvo un empleo en Recaudación de Rentas. Al ya no laborar ahí, el activista utiliza ahora el grupo de Facebook para dirigir sus ataques contra el recaudador Raúl García.
Otro de sus cambios de postura ocurrió en la elección pasada para gobernador. En ese proceso, Saláis fue convocado junto a otros activistas por la entonces candidata María Eugenia Campos, a quien mostró abiertamente su apoyo. Esta postura provocó malestar entre sus seguidores, quienes cuestionaron su ética.
Saláis creyó que, tras el triunfo de Campos sobre el candidato morenista Juan Carlos Loera, recibiría algún puesto o apoyo en el nuevo gobierno estatal. Sin embargo, al no concretarse, inició una confrontación contra la gobernadora.
En 2025, comenzó su ofensiva contra Pérez Cuéllar. En febrero convocó a una caravana a la que acudieron muy pocas personas. Ante el fracaso, aseguró que había sido una confusión y que él no había organizado la protesta, afirmando que se trataba de una manifestación en apoyo a los locatarios del parque Borunda. Incluso agradeció al alcalde el respeto mostrado hacia su persona y presumió que, si la convocatoria hubiera sido sobre la revocación, habría reunido al menos 500 automóviles.
No obstante, el 25 de agosto volvió a convocar otra caravana que partió de la Heroico Militar y dio vueltas alrededor de la Presidencia Municipal. En esa ocasión apenas logró congregar a 60 automovilistas, poco más del 10 por ciento de los 500 que aseguró poder reunir “fácilmente”.
Entre sus omisiones, Saláis nunca ha explicado su pasado en Estados Unidos, donde según fuentes cercanas al activista, cometió fraude al usurpar la identidad de un ciudadano estadounidense para recibir apoyos del gobierno, hecho por el que ya no puede cruzar a El Paso. Tampoco ha aclarado su relación con un presunto narcotraficante identificado como J.G., alias “Tatú”.
Así, la figura de Revocación de Mandato en Ciudad Juárez ha sido utilizada desde hace años como herramienta de presión política y búsqueda de beneficios personales. Quizá, con mayor poder de convocatoria, la estrategia le habría funcionado mejor.
Maru abucheada
Otro hecho que llamó la atención durante la visita presidencial fueron las reacciones de la multitud morenista cuando se mencionó a la gobernadora María Eugenia Campos en el estadio Juárez Vive. Pese a que la mandataria chihuahuense se unió a las porras que coreaban “presidenta, presidenta…”, los abucheos fueron evidentes.
Campos ha mantenido una relación ambivalente con el morenismo en el poder. Durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador aparecía en selfies con el expresidente y agradecía públicamente el apoyo de la Federación al estado, aunque en paralelo sostenía una campaña crítica contra el Ejecutivo.
Tras el abucheo, la presidenta intervino con un mensaje conciliador: “Saben que… podemos tener posiciones políticas diferentes, venimos de partidos diferentes, pero cuando se trata de gobernar Chihuahua, las dos gobernamos Chihuahua”. La mandataria estatal, vestida de blanco y sentada junto a la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, solo asentía con la cabeza y luego aplaudió con fuerza, como si se tratara de una reprimenda.
Un día después, en Zapopan, Jalisco, ocurrió algo similar cuando el abucheo se dirigió al gobernador Pablo Lemus. En esa ocasión, la presidenta reaccionó con firmeza y advirtió que si continuaban los gritos se suspendería el evento:
“Este es un evento institucional, no porque sea un evento masivo, es un evento republicano, así que si están esos gritos mejor nos vamos. Vamos a respetar, si no hay respeto, nos vamos todos, ¿verdad que no? Bueno”.
No cabe duda: una cosa son las cúpulas políticas y otra muy distinta la militancia de base, que rechaza tajantemente a los gobiernos de oposición.