La Jornada reveló un dato que ha reconfigurado la discusión pública sobre la reciente marcha de la llamada generación Z: el joven que convocó al movimiento digital trabaja desde hace años para el Partido Acción Nacional en la Ciudad de México. Su nombre, Edson Saúl Andrade Lemus, aparece en documentos oficiales que detallan pagos y contratos que hoy colocan bajo la lupa la autenticidad de la movilización.
Según reportó La Jornada, Andrade Lemus mantiene un contrato de “honorarios asimilados” vigente durante el primer semestre de este año, por el cual recibió 250 mil 633.80 pesos, distribuidos en pagos quincenales de 20 mil 886.15 pesos. Durante ese mismo periodo, el joven administró las redes sociales de las diputadas panistas Daniela Álvarez, Frida Guillén y de la entonces vicecoordinadora de la bancada, Luisa Gutiérrez, de acuerdo con fuentes consultadas por el diario.
La narrativa pública comenzó a cambiar cuando surgieron versiones —también consignadas por La Jornada— que apuntan a que Andrade operaba una “granja de bots”, razón por la cual habría sido contratado para inflar el alcance de publicaciones en redes sociales, una práctica que el propio PAN capitalino no ha negado del todo. De hecho, Gutiérrez, actual presidenta del partido en la Ciudad de México, confirmó la veracidad del contrato.
Los registros laborales muestran que el joven firmó al menos cuatro contratos entre 2021 y 2024 ante el Congreso local, sumando un total de 647 mil 525.4 pesos en pagos quincenales. Fotografías obtenidas por el mismo diario lo exhiben acompañando a figuras centrales del panismo capitalino: desde la diputada Frida Guillén durante un informe legislativo, hasta el diputado Ricardo Rubio en actos de Acción Juvenil.
También, agrega La Jornada, se le observa junto a Santiago Taboada, tanto en mítines como en la grabación de un podcast durante la campaña del entonces candidato a la Jefatura de Gobierno.
Las imágenes se extienden a momentos más recientes, donde Andrade aparece con playeras alusivas a la campaña presidencial de Xóchitl Gálvez, reforzando la idea de su cercanía con los liderazgos blanquiazules.
El dirigente nacional del PAN, Jorge Romero Herrera, reconoció que el contrato del joven con el comité capitalino sigue vigente. No obstante, marcó distancia respecto a la marcha del 15 de noviembre, asegurando que la convocatoria no surgió de la estructura partidista. Sin embargo, las revelaciones han abierto un debate difícil de cerrar: ¿fue la marcha un movimiento genuino o un ejercicio de ingeniería digital partidista? La respuesta, por ahora, sigue en manos de la opinión pública.

