Le digo a mi vecina:
—Queso azul… Este quesito es intenso, pero delicioso.
—Así es, es un queso muy sensual… Ja, ja, ja. ¡No se asuste, vecino!
—Oiga, sáqueme de una duda: ¿qué se ingiere primero, un bocado de queso o un sorbo de vino? ¿O al revés?
—A mí me gusta primero un trocito de queso y luego un trago de tinto… Preguntémosle a Google.
La vecina consulta su celular:
“En la cultura del maridaje, generalmente se recomienda comer el queso primero y luego beber el vino. Esto permite que el queso prepare el paladar para apreciar mejor los sabores y matices del vino. Después, se puede tomar un sorbo de vino para limpiar el paladar y disfrutar de la combinación.
El orden sugerido es:
Queso: Comienza con un bocado de queso para apreciar su sabor y textura.
Vino: Bebe un sorbo de vino para que limpie el paladar y experimenta cómo el vino complementa el queso.
Repetir: Se puede repetir el proceso, tomando otro bocado de queso y luego otro sorbo de vino, para apreciar la experiencia completa”.
—Bueno, vecina… Hagámosle caso a los “dioses” de Internet.
Una microexplosión de sabores sucede en mi paladar.
Ella pregunta:
—Qué rico vino… ¿Qué marca es?
—Un 3V Edición Limitada de la Casa Madero.
—¿Nunca lo había probado?… Allá por Austin no lo venden.
—¿Austin?… Me había dicho que venía de Matamoros.
—Nací y crecí en Matamoros, pero me fui a estudiar la universidad a Austin, Texas.
—O sea que viene desempacada de Austin… ¿Cómo ha pegado el Covid por esas tierras texanas?
—Estaba en Austin estudiando, pero tuve que dejar la uni y me fui a vivir y a trabajar al lago Travis, y ahí, en la comunidad del lago, las cosas se pusieron muy feas… Se cerró todo y todo mundo se aisló… Así como usted… Y a mí se me acabaron los recursos. Mi hermana me habló y me dijo: “Voy a mandar a alguien de confianza por ti y te vienes aquí con nosotros; necesitamos quien cuide a tu sobrina”. En menos de 24 horas, un chofer llegó a la puerta de mi traila. Cargamos con tres maletas y heme aquí, tomándome un vinito con usted.
—¿Traila?… ¡¿Vivía en una traila?! ¿Su casa era un remolque?
—¡Sí! ¿Por qué se asombra? Era una casa móvil… En el gabacho se estila mucho eso, y más en un lugar de recreación como el lago Travis.
—No me la imagino viviendo en una casa móvil… Usted tan atractiva y se ve muy fifí.
—No se crea, allá me las vi negras… Quería ser una mujer independiente, pero todo me salió mal.
—Arrímeme su copa de vino… Mejor se la voy a llenar.
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