MARCOS HERRERA
El bosque de piedra
Un genio fabuloso abre la tapa
de la lámpara de la noche
y enciente su mecha con un
encendedor Ronson.
Se ilumina su cara azul
y las sombras del bosque de piedra
se balancean.
Mientras tanto, muy lejos, en
una ciudad hundida en el smog,
una mujer llora de pie frente a la pileta
de la cocina de su diminuto departamento.
Terminó de lavar los platos y no aguanta
su soledad.
No sabe nada del genio azul que
todas las noches enciende la lámpara
con su Ronson.
Ya no escucha el estampido de
la autopista cercana.
Es verano y tiene las ventanas abiertas.
se seca las lágrimas y saca del blíster
dos benzodiacepinas.
No sabe que cuando esté dormida
el genio azul va a ir a buscarla,
la va a envolver en su capa y
se la va a llevar al bosque de piedra
y le va a mostrar la hermosa lámpara antigua.
El vino de los vagabundos
Los llantos de las piedras
hundidas en el espejo de la noche.
Los motores que no paran nunca.
Las heridas del siglo, una enorme metalúrgica,
que fabrica el llanto de acero
de un cíclope demente
prisionero de su costumbre.
-Quiero más- dice, con su boca turbia
de aullidos, de cavernas sonoras.
-No, tenés que dormir- le dice Zeus
con una sonrisa y un escarbadientes de marfil
bailoteando entre sus dientes.
Los segundos como liendres del tiempo.
Un camión espera en la puerta del corralón,
con el motor encendido,
que los hombres terminen de cargar
el material para llevarlo a la obra. Es
muy temprano. El aire todavía está negro.
La plusvalía del hambre es para todos.
Prendemos una fogata, cerca de las
vías del tren, y compartimos una caja
de vino.
Nadie puede decir que vivió
si no prendió una fogata con otros
canallas y compartió
ese vino de los vagabundos.
La claridad
Verano. 27 centígrados. Poco
viento, apenas una brisa
que a cada rato deja de mover sus pies.
El pasado es negro.
El futuro es rojo.
Podríamos especular
sobre varias cuestiones: una filosofía periférica
hecha a medida del consumidor,
los parientes artificiales, los reclamos
que laten como collares de perlas
en pescuezos que no los merecen.
En el pasado no hay nadie.
En el futuro no hay nadie.
Somos dueños de esta felicidad.
Y de la claridad que significa estar perdidos.
Y confiamos en la condensación de las trampas
que preparamos rigurosamente.
Lo mejor es estar en el vacío
agarrados de las plumas sintéticas
de las ideas que se abren.
Así, nos metemos en la cama
de las elaboraciones
y los mapas se prenden fuego
para demostrar que el oxígeno sirve
como argumento y, eso se sabe,
uno de los objetivos de estos despliegues verbales
es la destrucción.
Instrucciones
Un leopardo
dos leopardos
tres leopardos.
La niebla envuelve esa elegancia felina
de máquinas no exentas
de la biología y las cruces y los
martillos del tiempo
fabricado en unos ojos femeninos
(porque el tiempo crece en los ojos
y desde ahí se expande).
La niebla es el tiempo.
Los huesos del tiempo cambian,
pero no desaparecen.
A veces, cuelgan de las estrellas o
son las estrellas.
Y la muerte
-que es un principio,
la orilla, el bosque de imanes,
el desierto de prismas y de preguntas, como la lluvia-
nunca va a darnos órdenes, no
trae un manual de instrucciones.
Me gusta eso.
Siempre que encuentro instrucciones,
las ignoro.
Enero
Ya lo saben, compañeros. Pero
hay que decirlo cada tanto. Para que
no haya dudas: enero es una escupida caliente.
¿Cómo te puede gustar el verano?,
me dijo ella. Tal vez porque yo cumplo años
en enero, le contesté. Me respondió con una
sonrisa (triste, dostoievskiana).
Ayer, sábado, me hicieron ir al trabajo. Con
la promesa de que me iban a pagar horas extras.
Encontré en un archivador (medio destartalado)
una botella de vino tinto. Alguien la había sacado
de la caja navideña que nos da el sindicato.
Me la llevé a casa.
La tomé con hielo. Me encanta el vino tinto con hielo.
Claro, en verano.
La tomé mientras fumaba mis Chesterfield.
Estoy tranquilo. Tengo
muchos amigos. Y un gran plan para este año:
me voy a comprar un par de guantes de boxeo
profesionales para pegarle a la pared.

Marcos Herrera (Buenos Aires, 1966). Publicó poesía y narrativa. El libro de relatos Cacerías (1997), del cual Ricardo Piglia seleccionó el cuento que da título al volumen para incluirlo en la antología Las fieras (junto a cuentos de Borges, Arlt, Cortázar, etc.). Las novelas Ropa de fuego (Ediciones Lengua de Trapo, España -2001-, segundo premio del Fondo Nacional de las Artes), La mitad mejor (Ed. Farenheit 451 – España 2009-), Polígono Buenos Aires (Ed. Edhasa 2013), La escuela de Satán, cuentos (Ed. Edhasa 2017). En 2022 publicó El núcleo de la soledad, poesía (Ed. Caleta Olivia). Y en 2024 publicó el libro de relatos Todos los camioneros del mundo saben lo que llevan (Ediciones del Camino). Ricardo Piglia dijo sobre su literatura: «Por momentos, la literatura argentina es toda muy parecida, hay una especie de registro retórico más o menos establecido de lo que se considera literatura, mientras que Marcos Herrera es alguien que ya tiene un campo y una voz que deslumbran por su originalidad». También, Ricardo Piglia lo invitó al programa número 2 de su ciclo que salió en la TV Pública sobre Borges.
***
CAROLYN RIQUELME
Las tullidas
I
Desde la pared mojada
salta
el grito de las tullidas
sordas, el grito
se retuerce
en los cartílagos blandos
que sostienen el pecho
II
Palpita como
dejo de trueno
el grito, el socorro
en las coyunturas de la pelvis
Las tullidas dan pasos
con el temblor dentro y hacia adentro
III
Las tullidas
sordas
y en estruendo
miran siempre hacia abajo: les da miedo
que la explosión de sus entrañas
ensucie
el ojo ajeno
IV
el ojo ajeno es ciego ante las tullidas
V
SORDAS SORDAS SORDAS
y el fulgor de su sangre
en la punta de la lengua
en la gota de los labios
VI
Las tullidas aman
o creen amar
¿Es el amor revuelto de
orina mierda tejido y hueso?
¿Es eso el amor?
VII
Sordas de amor
las tullidas no son
la sombra
en la pared mojada
ni siquiera son la sombra
Son ruido dentro
y hacia adentro
***
Almita mía, no olvides
Una madre y otra madre
otra madre
otra madre
otra madre
y otra
cruzan la plaza
rondan
como canción de cuna
cambian pañales como canción de cuna
rondan como pañal blanco sin niño
No olvides, almita mía
un pañal blanco ronda la plaza
ronda como canción de cuna
Treinta mil veces ronda
y los hijos de los hijos
***
En el lugar del amor
están tus manos en la luz
de una
ceremonia de océanos
y alturas
el desierto entero
la entera belleza
y los cielos rojos
los cielos rojos que todavía no eran muerte
En el lugar del amor
hay un bosque
tupido
que vuelve
en el viento de octubre
a su raíz de palabras
a la desconocida música
a tu mujer amada
a la condena y sus puentes luminosos
a tu padre roto
a su música
a su música que todavía no era muerte
En el lugar del amor, una copa
con sustancias oscuras
que es bebida hasta la sed
hasta la mismísima sed que todavía no era muerte
A Sara y Andrés

Carolyn Riquelme nació en 1973, y reside en San Carlos de Bariloche, Río Negro. Textos suyos fueron publicados en “Marcas en el Tránsito”, antología reunida por Graciela Cros (Ediciones Último Reino, 1995); en “Desorbitados: poetas novísimos del Sur de la Argentina” compilación realizada por Cristian Aliaga (Fondo Nacional de las Artes, 2009); en “Poesía/Río Negro- Antología consultada y comentada Volumen II (FER, 2015), “Patagonia literaria VI- Antología de poesía del sur argentino” (Estudios culturales del cono sur, Inolas Publisherds, 2019) antología a cargo de Claudia Hammerschmidt /Luciana Mellado y en “Transversal-Poesía contemporánea de Río Negro” compilación realizada por Graciela Cros (FER, 2019). Fue compiladora de la antología poética de Ramón Minieri 1982-2015: “La escuela de las aves” (Espacio Hudson, 2017). En 2001, la editorial “Revuelto Magallanes” publicó su libro de poesía “Andreas y Jardines” y en 2017, Espacio Hudson, publicó “Señas”.
***
ALBERTO BOCO
Llegada de Barbaroi
… llegaron anuncios de Barbaroi en apasionante navío
contrario a los pavores del imperio
se aprestan mercaderes de posnets afilados
con goce arden cual antiguas espadas las máquinas de crédito
libretistas y lenguaraces apuran la gestión de la tristeza
… bajo algún celaje que resguarda de tanta luz
hay miradas que no buscan piedad ni perdonan
miradas que sospechan
adivinan
¿descubren?
que alguna forma de poder encubierto
quiere cambiar el sentido de las palabras
Perdices
un aleteo…
y se vuelve del recuerdo ignorando todo salvo algún
/movimiento
que viene a ser como una cosa detrás de la otra sin el reloj
te lo digo como si estuviera seguro pero quiero ser justo
no lo sé y menos con esta mirada
con la que hundimos este nosotros en las cosas
como si lo precario fuese un mérito en sí mismo
para fijarlas en vaya uno a saber qué o dónde
una especie de aleteo asustado en el aire de la tardecita
mirá
el pájaro sube y desbarata esa nube de insectos
porque parece que así pasan las cosas
un vuelo medio al azar un aleteo
un poco de miedo siempre
para poder hacer algo con el fantasma de la mañana siguiente
o creer algo que haga posible un dejo ese azar en mis ojos
un vestidito pobre pero que tiene lo suyo cuando te miran
y me acuerdo digamos
una mañana con el mar bien liso capa de azul oscuro
hacia allá perdiéndose y yo que pienso
nada es más y menos preciso que un perfume
nunca se lo dije a nadie, sabés?
igual que una tarde caminando entre las dos paredes
el sendero en medio del maizal con la noche cayendo
ya en pleno cielo como de sangre corrió la perdiz
por los puros pasos míos en el silencio del campo
atropelló el alambre sin un ruido
la cabeza quedó colgando como enroscada colgando
aleteaba en su pataleo inútil así de zonzo estuvo
necesario el miedo cuando no sabemos
como casi siempre con las cosas
la vida y sus cosas la tristeza o el cariño
los respiros inciertos.
Pylon[1] (*)
imaginar los postes y el plano vacío el giro
la figura que repite y se repite hasta la duda
perro en suspenso del que busca
sabe y descubre que no son los postes
más que la pobre ilusión del punto fijo
no hay más que órbita
y vacío mirada y pulso sueltos en la última curva
y dejar el dibujo
con breve bamboleo de las alas
volar al abierto en propia luz y sombra
propios el vacío y el plano
los recuerdos
y el olvido …eso sí…
el olvido
Para Ida
(*) Del libro inédito “Del instante congelado”, 2017
[1] Pylon es el título de una novela de William Faulkner, de 1935. Narra una historia de pilotos que corren carreras de aviones. También se denomina “pylon” a las torres de señalamiento que indican el circuito que los pilotos de esas carreras deben recorrer. También se denomina “giro en pylon” a una maniobra típica de giro de una aeronave en torno a un punto fijo, denominación originada en este tipo de giro realizado por los aviones en estas competencias.
Licántropos
En tiempos llamados post-históricos la era de los midia
y el regreso de la horda
con ojos atascados como por un mal dormir
nuestro “flojo cognac” desanda el aparato
sueño partido este todo supuesto entre oropeles de nada
y el pretexto de los recursos escasos
él no aúlla bajo el puente que filtra por sus huesos
el rayo de la luna
lenta bala de plata las cajitas del tetra
la basura y las costras en la era del confort
olor a mierda y meo de semanas
mientras las voces al acaso apuran su propia cadencia
…el precio tiene que ser algo razonable…
…hay que coordinarlo…
soba su entrepierna y no aúlla bajo el puente
mientras decimos cosas en agotados papeles y pantallas
y andamos niños olvidados por la música
entre sueños y vigilias que parecen la realidad
y no se diferencian.

Alberto Boco (Ciudad de Buenos Aires, 1949). Ha publicado 8 libros de poemas: “ARCAS O PEQUEÑAS SEÑALES”, 1986, Libros de Tierra Firme. “GALERÍA DE ECOS”, 1989, Ediciones Ultimo Reino. “AUSENTES CON AVISO”, 1997, Libros de Tierra Firme. “CARTAS PARA BEB”, 2007, Edición del Autor. “RIACHUELO”, 2008, Ediciones de la Quintana. “MALENA”, 2012, Edición del Autor. “ESTACIÓN DE NOSOTROS”, 2014, Buenos Aires Poetry. “VISITAS INOPORTUNAS”, 2014, Editorial El Jardín de las Delicias. “PARA UN PROGRAMA DE DISOLUCIÓN Y OTROS TEXTOS”, 2016, Ediciones En Danza, “ENIGMATICA GRACIA DE LAS COSAS”, Pinap Ediciones, 2025. Mantiene inéditos 13 volúmenes de poesía. Poemas suyos fueron publicados en revistas literarias de Argentina y el exterior, entre ellas Rio Grande Review de la Universidad de Texas at El Paso, USA; Revista Nagari, Miami, USA y Litoral Magazine, Reino Unido. Ha recibido diversas distinciones entre ellas el Primer Premio en el Concurso Nacional de Poesía “Cesar Domingo Sioli». Poemas suyos han sido traducidos al inglés, francés, italiano y catalán. Ha publicado artículos y reseñas en revistas literarias impresas y virtuales, de Argentina y del exterior.