La marcha que se avecina este fin de semana no es espontánea ni juvenil. Detrás del supuesto movimiento “Generación Z” se encuentra una compleja operación digital pagada, coordinada desde el extranjero y manejada por la red ultraconservadora Atlas Network.
La investigación más reciente, revelada por el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano y confirmada por Infodemia, expone que más de la mitad del tráfico en redes sociales que promueve la convocatoria proviene de bots.
Incluso el diario Milenio publicó evidencias de esta manipulación digital, demostrando que la supuesta marcha ciudadana no nació de los jóvenes mexicanos, sino de una estrategia de guerra informativa financiada con recursos millonarios. Es apoyada por 8 millones de cuentas falsas que inflan artificialmente la narrativa de un descontento inexistente.
De acuerdo con los datos presentados, la campaña supera los 90 millones de pesos invertidos entre octubre y noviembre, una cifra desproporcionada para un movimiento que presume ser “espontáneo”.
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo advirtió que esta movilización forma parte de un plan político que busca generar ruido y desinformación, especialmente contra los gobiernos progresistas de la región. “Podrá haber jóvenes que no estén de acuerdo con nosotros, y eso es parte de la democracia, pero es muy importante que se sepa cómo se orquestó esta movilización. Hay pruebas de que muchos de los promotores nada tienen que ver con la Generación Z, sino que se trata de una operación política financiada desde el extranjero”, afirmó en su conferencia matutina.
El informe de Infodemia detalla que la cuenta “Generación Z-MX”, que encabeza la convocatoria, fue creada en 2024, con publicaciones previas en apoyo a figuras opositoras y medios de derecha en América Latina. De las 179 cuentas que impulsan la marcha en TikTok, 50 se abrieron apenas en las últimas semanas. Además, 359 comunidades en Facebook comenzaron a publicar mensajes idénticos desde el 26 de octubre, muchas de ellas administradas desde España, Estados Unidos y Bolivia.
El coordinador de Infodemia, Miguel Ángel Elorza Vázquez, identificó en la Mañanera vínculos directos con Atlas Network, una red que desde hace años financia campañas de desinformación contra gobiernos progresistas en la región. En México, esta estructura mantiene nexos con el Centro Ricardo Salinas Pliego, lo que apunta a una articulación entre intereses empresariales, políticos y mediáticos.
Elorza explicó que detrás de esta estrategia se encuentran nombres conocidos de la derecha regional, como Javier Negre, Fernando Zedimendi y Agustín Antonelli, especialistas en operaciones de manipulación digital en Argentina y Venezuela. En México, los amplificadores de esta narrativa son igualmente reconocibles: Vicente Fox, Claudio X. González, Alessandra Rojo de la Vega y el propio Ricardo Salinas Pliego, además de un grupo de influencers y opinadores que cambiaron súbitamente su discurso para impulsar la marcha.
La pregunta es inevitable: ¿quién paga todo esto? ¿Quién financia una maquinaria digital con millones de cuentas falsas, contenidos generados por inteligencia artificial y una logística internacional? La respuesta, cada vez más clara, apunta a los mismos sectores que han intentado frenar las transformaciones sociales y económicas del país.
La derecha mexicana, una vez más, recurre a la manipulación y al disfraz digital para simular una inconformidad que no le pertenece. No hay autenticidad en una marcha fabricada con dinero, algoritmos y bots. Lo que se presenta como una voz juvenil es, en realidad, el eco de intereses conservadores disfrazados de rebeldía.
Mientras tanto, el país asiste a un nuevo intento de sabotaje mediático, donde la oposición prefiere pagar campañas antes que debatir ideas. La democracia no se construye con clics comprados ni con hashtags falsos, sino con participación genuina y compromiso social. Y en eso, la derecha parece seguir completamente desconectada de la realidad.

