Juan José Rodríguez es un autor de ya varios clásicos, como El gran invento del siglo XX y Asesinato en una lavandería china. Con estas dos novelas se dio a conocer muy joven en una generación de escritores que en ese momento todavía no daban muchos libros. Desde sus inicios, Juan José se ha preocupado por cantar las glorias y desventuras de su muy querido Mazatlán. Independientemente de trabajar con vampiros o con el realismo y la llegada del primer aparato de cine a su terruño —o los norteamericanos que bajaban de los barcos y les enseñaron el beisbol—, siempre ha manejado un tono narrativo que se entremezcla con la crónica y la investigación periodística.
Con este nuevo libro, El inextricable caso de la banda del automóvil gris revive uno de los episodios más fascinantes del México revolucionario: una banda de asaltantes, protegida por el poder, sembró el terror en la capital; mientras, el país intentaba resurgir entre ideales traicionados y ambiciones desbordadas. El líder de la banda era Pifas, “el mejor abridor de cajas fuertes y bóvedas de seguridad en México y, quizás, del resto de América”.
La historia está contada desde Versolari, un periodista en plena actualidad que quiere investigar este suceso, cien años después, como una forma de entender el período histórico, el primer cuarto del siglo XX, pero también comprender la historia de su familia y de muchos sinaloenses que durante esa época emigraron a la ciudad de México para formarse como profesionistas y muchos de ellos terminaron siendo cabezas de instituciones nacionales o políticos prominentes.
El narrador se basa en los diarios de su abuelo, el periodista Francisco Versolari, y va demadejando un tiempo y una época que dibujan desde la experiencia personal el período posrevolucionario. Es un libro lleno de anécdotas y curiosidades que, aunque históricas, poco se conoce de ellas. Amena, divertida y sorprendente, esta obra entrelaza pasado y presente, narra con ese estilo tan propio del autor en donde historia nacional y memoria familiar cuentan el gran mosaico del México de ese entonces. Hace hincapié en en tránsito de la ideología del ideal revolucionario al autoritarismo, donde también se cuentan los orígenes del automovilismo en México.
La historia del Pifas “descubierta a través de las rodadas de aquel famoso automóvil gris, merecía rescatarse. Acatar el llamado de toda buena historia es la misión de cualquier periodista y escritor, así que me dejé llevar por los acontecimientos y los descubrimientos”, menciona el narrador. Todo está contado desde el punto de vista de la devoción al periodismo. Es un retrato aveces serio, a veces humorístico, de las maneras en que se vive dicha profesión en las redacciones.
Es un homenaje que se cruza entre Pueblo en vilo, de Luis González y González (con esta idea de la microhistoria, que se enfoca en las experiencias cotidianas de pequeñas comunidades y los detalles de la vida local para reconstruir la dimensión temporal de la historia desde el nivel más pequeño) y Salvador Novo con su Nueva grandeza mexicana.
El telón de fondo es una ciudad agobiada por los combates, la escasez y las epidemias, en la que, sin embargo, la vida de los teatros, los cafés, los bulevares iluminados con farolas de gas y los centros nocturnos se abarrotaban y la modernidad del nuevo siglo era ostentosa, por lo menos en la capital. También narra episodios de una de sus grandes aficiones que ya había dejado clara en su primera novela: el cine. También comienza la creación de anuncios publicitarios donde la palabra cobra importancia. Y hace la crónica de la gente emocionada con las primeras películas de producción nacional.
Palabras como garage, chauffeur y limousine eran neologismos. Y la fascinación por las cuatro ruedas fueron llevadas a la escritura por figuras como José Juan Tablada. Esta novela es una crónica de cómo se fue introduciéndo la máquina de combustión interna en la vida cotidiana. Ir a desayunar a Toluca, bebiendo coñac “al górgoro” y luego regresando a tomar café a Chapultepec. Las distancias y el tiempo se volvieron relativos. El gusto se transforma y la diversión dejan de ser las carreras de caballos para acaparar la atención den las de automóviles. Y ahí aparece esta banda delincuente sobre ruedas.
Esta es una historia real e intensa, una radiografía implacable del origen del México moderno contada con maestría por uno de los narradores más interesantes de nuestro tiempo.
Nos lleva por avenidas plagadas de conspiraciones, autos lujosos y crímenes impunes, donde se cruzan personajes reales como Emiliano Zapata, José Juan Tablada o los verdugos de la Decena Trágica. También nos habla de los inicios de la publicidad, y de cómo los automóviles jugaron un papel muy importante en ella. Donde los revolucionarios se bajaron del caballo para subirse a los Cadillacs, que tiempo después fueron prohibidos en su importación.

