La noche y las cervezas avanzaron. Tuve que entrar a la casa para volver llenar la mini hielera.
Se reanudó la plática.
-Sígame contando de ese ganón que se sacó la lotería.
-Deje abro mi cerveza.
-¿Y su morrito era gringo? o ¿un indocumentado como usted?
-Es ciudadano norteamericano … Se parece a Brad Pitt de joven… Esa fue mi maldición.
-Desembuche… Soy todo oídos.
-A nadie le he platicado de esto.
-Haga de cuenta que soy su psicólogo de cabecera. Desahóguese.
-Mi novio y yo fuimos muy felices los primeros meses viviendo en pareja. En ese año (2017) hacíamos planes para vivir un futuro juntos. El me presumía como su novia trofeo y eso a mí no me disgustaba, al contrario… Pero pendeja no era: yo le seguía su jueguito. Por mi trabajo en la cafetería me empezó a celar mucho o sea que ya no me presumía, sino que se enchinchaba cuando algún cliente coqueteaba conmigo o me sacaba platica… Varias veces el manager de la cafetería lo sacó del establecimiento por quererse agarrar a moquetes con los que me veía platicar… Y en una cafetería (con una clientela robusta) tienes contacto con mucha gente y te haces de muchos amigos y pretendientes… No es por nada, pero recibía arreglos florales y muchos regalitos; un chingo de invitaciones a salir y hasta me propusieron matrimonio dos veces. Entre ellos tenía un admirador de 42 años que me dobleteaba la edad. Este señor joven (anglosajón) no me propuso matrimonio, lo que me propuso era irme con él a Dubai. Él tenía que irse a atender un negocio familiar y quería que me fuera con él, pues juraba estar muy enamorado de mi… Yo de bruta lo bateaba, porque estaba bien pelotas de mi novio Elijah. Me insistía, no llegaba al acoso, porque yo me ponía a platicar mucho con él. Le llegué a decir: “si me hubieras invitado a irme contigo a Dubai meses atrás; sin pensarlo hubiera aceptado. Ahora estoy con Elijah y tenemos planes.
-Así que se llama Elijah… ¿Qué edad tiene?
-Ahorita ha de tener 32 años, nos hicimos novios a finales de 2017 cuando tuve que dejar la Universidad de Austin y mi sueño de ser escritora.
-Ahí no concuerdo con usted vecina, parar poder escribir no se necesita de una carrera o un título; en el mundo no hay escuela para eso… Yo tengo varios conocidos que estudiaron letras, literatura o escritura creativa (así se dice en Estados Unidos) con la idea de hacerse escritores y nomas no. La mayoría son muy malos poetas y pésimos narradores.
-Ya está igual que mi hermana. Nunca estuvo de acuerdo con mi carrera de “Escritura Creativa” que estaba cursando en Austin… Cuando murieron mis padres y ya no pude pagar los costos de la universidad, mi hermana dijo que ella me pagaría todo (beca completa), pero con la condición de que cambiara de carrera.
-Yo le hubiera hecho caso.
-Ya sabe cómo es una de chamaca… No escucha razones… Yo creía que iba a salir adelante y no necesitaba depender de mi hermana.
-O sea que se amachó.
-Pues si… y mire donde terminé; en la azotea de mi hermana. ¡Yo! la que se iba a comer el mundo.