En la política mexicana nunca faltan las “brillantes” ideas que buscan favorecer a unos pocos en detrimento de la mayoría. Esta vez, le tocó el turno a la llamada reforma de Cobranza Delegada, una iniciativa que pretendía que los bancos cobraran directamente de la nómina de los trabajadores cualquier crédito adquirido, sin importar las consecuencias.
La propuesta original, que ha generado revuelo en esta semana, vino de tres morenistas: el actual diputado federal Pedro Haces Barba, además de Miguel Ángel Navarro Quintero, exgobernador de Nayarit y exsenador, y Casimiro Méndez Ortiz, también exsenador. Fue aprobada en marzo de 2022 por la Cámara de Diputados y enviada al Senado. Sin embargo, el presidente Andrés Manuel López Obrador la vetó. Aun así, la iniciativa resurgió en 2023 con el respaldo de la Cámara de Diputados y avanzó peligrosamente hasta el Senado.
Pero no contaban con Claudia Sheinbaum. La presidenta dejó claro su rechazo al considerar que se trata de un abuso contra los trabajadores. “Nosotros no estamos de acuerdo con eso, que quede claro. El salario del trabajador es intocable”, afirmó con contundencia este viernes 7 de enero en la Mañanera del Pueblo.
Y no es para menos. Si la reforma se hubiera aprobado, los bancos habrían podido embargar salarios antes de que llegaran a las manos de los trabajadores, incluyendo sus prestaciones como aguinaldo o utilidades. Básicamente, los empleados habrían trabajado primero para los bancos y después, con suerte, para ellos mismos. Increíble, aunque usted no lo crea.
El “sindicalista” patrón
Uno de los principales impulsores de esta joya legislativa es Pedro Haces Barba, un personaje que se presenta como “sindicalista por convicción”, pero que en la práctica opera más como un patrón voraz.
Líder de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM) y ferviente opositor a la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas, Haces ha defendido que los trabajadores “quieren ganar más y no descansar más”, usando los mismos argumentos del sector patronal. Algo lógico si consideramos que, además de líder sindical, es dueño de la empresa Servicios Integrales de Seguridad, Limpieza y Mantenimiento, S.A. de C.V. (Seglim), con la que ha obtenido millonarios contratos públicos.
De acuerdo con un reportaje de la revista Proceso, publicado el 6 de octubre de 2024, en 2020, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) descubrió que su empresa subcontrató el 100% de un contrato para limpiar oficinas del gobierno de Enrique Peña Nieto por 12.3 millones de pesos. Peor aún, más de la mitad de los empleados no tenían contrato formal, y el IMSS ni siquiera tenía registro de que trabajaban allí.
A pesar de estos antecedentes, Seglim ha seguido recibiendo jugosos contratos de gobiernos estatales y federales, incluyendo administraciones de dudosa reputación como las de los exgobernadores priistas Javier Duarte, Roberto Borge y Alejandro Murat.
Cinismo sin límites
Es irónico que personajes como Pedro Haces, quienes supuestamente defienden a los trabajadores, sean los primeros en querer cargarles más peso en la espalda. Mientras que él amasa fortunas con contratos públicos y condiciones laborales precarias, pretendía que los empleados, con salarios apenas superiores al mínimo, pagaran sus créditos de manera forzada.
Afortunadamente, la reforma quedó en pausa. Pero la historia nos ha enseñado que las peores ideas nunca mueren del todo. Habrá que estar atentos, porque cuando se trata de exprimir a los trabajadores, siempre hay alguien dispuesto a intentarlo de nuevo. ¿O no?