—¡Ese cholo se la vive en el cine Victoria! —gritaban a un vecino y estallaban de la risa.
—Ya me dijeron, eh, que te vieron salir del cine Victoria —se burlaban de otro.
O cuando tu madre te cubría los ojos cada que caminaban enfrente de la vistosa fachada anaranjada porque simplemente no quería que vieras la cartelera. Porque, tal vez, lo único que conocías de este cine era su proyección de películas para adultos. Poco imaginaban, siendo jóvenes en ese entonces, la majestuosa historia del edificio Victoria. En Juárez somos muy buenos en eso de abandonar y olvidar nuestros sitios más emblemáticos. Sería, sólo por traerlo al presente, como si el Centro Cultura Paso del Norte no fuera más que una tapia abandonada en un par de décadas más. Así de cruel pueden ser los años a veces.
Una esquina histórica
Después de días de rumores en la pequeñita Paso del Norte, el 14 de agosto de 1865 las familias más pudientes se congregaron para recibir al entonces presidente Benito Juárez durante su resistencia contra la intervención francesa. Fue todo un júbilo en la villa. Inocente Ochoa, ilustre Juarense y dueño de la mitad de la ciudad en su tiempo, lo hospedó en su casona, ubicada en la esquina de 16 de septiembre y Francisco I. Madero.
Muchos años después la casa de Inocente Ochoa fue demolida, y en el lugar se comenzó uno de los proyectos más ambiciosos y que más alegría traería a los juarenses en la segunda mitad del siglo XX, la construcción de una sala cinematográfica moderna y elegante, capaz de competir con cualquier cinema del mundo, el gran Cine Victoria.
Una estructura tipo colonial que, en su vestíbulo e interiores, fue decorada con murales que representaban varios aspectos de la cultura mexicana. También contaba con calefacción y aire acondicionado, así como una pantalla de 10 metros, de las más grandes del país, y un aforo para mil 700 personas. No escatimaron en tecnología y lujo.
Los años glamurosos
El cine Victoria abrió sus puertas en junio de 1945. Se tiene registrado que la primera película que se proyectó en su sala fue un filme estadounidense protagonizado por Jennifer Jones y Josep Cotten. Y así siguieron, exhibiendo lo mejor del cine nacional y norteamericano por décadas, siendo un punto de encuentro para personas de la alta sociedad fronteriza a ambos lados del río. Era una parada obligatoria en todo el abanico de entrenamiento que ofrecía Juárez durante sus años dorados.
El adiós
La decadencia vino cuando comenzaron a proyectar películas clase C, películas que estaban a nada de ser XXX. Decisión tomada para mantenerlo rentable. Muchos cines siguieron el mismo camino en la zona centro, cuando las grandes cadenas llegaron a Juárez en los años 90.
Finalmente cerró sus puertas el 7 de junio de 1994, la última película proyectada fue Desnuda tras las rejas, vaya título para ponerle punto final a una historia tan glamurosa en nuestra ciudad.
