Carla Solís ha participado en más de una decena de antologías, como Letras al margen y Almas gemelas, ha publicado el libro de relatos breves Con olor a vainilla (2015) y el libro de cuentos infantiles No te quedes sin conocer el mundo (2024). En su obra se puede apreciar que disfruta de tomar riesgos, que juega con sus estilos, con sus temas juveniles, que no se queda quieta en la comodidad de la memoria, sino que ahonda en la ficción, en las distintas personas y, sobre todo, en una brevedad muy bien declarada.
Nacida en Ciudad Juárez y maestra en Educación, imparte la materia de Español en una secundaria de esta frontera. También es gran aficionada de la fotografía y tuvo la amabilidad de conversar con Poetripiados sobre su escritura e inquietudes.
Es muy complicado manejar la brevedad a la hora de escribir, desarrollar una historia en una o dos páginas, sin embargo, a ti se te nota muy cómoda. ¿Cómo llegaste a dominar esta brevedad o qué autores te han servido para ello?
Sí, la verdad me es cómodo redactar relatos cortos. De hecho, es una de las características por las que me gusta el cuento breve, aunque claro, en algún momento me gustaría ponerme el reto de escribir una novela, y precisamente la clave es ésa: el haber descubierto de joven a un Edgar Allan Poe, a un Horacio Quiroga y sobre todo al inigualable Antón Chéjov; ellos fueron y serán ejemplo e inspiración para darme cuenta de que yo también podía escribir narraciones muy breves.
Una de las cosas que me ha sorprendido en varios de tus relatos es la voz masculina, la naturalidad con la que te expresas. ¿Por qué eliges esta voz?
Me gusta, me hace sentir en otra piel, que paso más desapercibida si es que el personaje hace cosas que yo, Carla, hago o digo en realidad. Tal vez en otra vida haya sido hombre, porque en efecto me siento muy cómoda con este tipo de personajes; tal vez porque he tenido en mi vida hombres muy significativos para mí, en este momento mis tres generaciones: mi padre, esposo e hijo.
Se nota una fuerte referencia a Aura de Carlos Fuentes en uno de estos cuentos, a esta siempre difícil tercera persona y la desesperación del desempleo. ¿Cómo decides aventurarte a escribir en tercera persona?
¡Oh! ¡Gracias por notarlo! No todos lo notan, no todos han leído a Fuentes, no todos han leído Aura. A este recurso, en Literatura, le llamamos “intertextualidad”; sin embargo, sucedió sin querer. Hace muchísimo tiempo que había leído Aura y yo creo se me quedó en el subconsciente porque lo supe después de haber escrito el cuento Combo mañanero; de esas veces que releo un libro y ¡zas! Que me doy cuenta de que había aplicado la intertextualidad con la novela de Fuentes. Y sí, coincide en la voz narrativa en tercera persona, el personaje que es un hombre y que lee el periódico en busca de empleo, aunque, en este caso, ubicado en la actualidad, ya que el personaje está dentro de un restaurante de comida rápida y es un jovencito. Con este cuento quise retratar de manera implícita la situación a la que se enfrentan mis alumnos una vez que se gradúan de la preparatoria: están preparados, sí, ya alcanzaron un nivel más, pero ¿para qué?, porque la sociedad no les ofrece nada a ellos.
Actualmente practicas la docencia en secundaria y preparatoria, ¿de esta experiencia consigues la voz juvenil que se percibe en muchos pasajes de tu obra? ¿En las tramas, por ejemplo?
Efectivamente es un gran referente para mis cuentos. Así respondí una vez que me preguntaron en una de las presentaciones de libros. La pregunta fue que por qué escribía cuentos sobre escuela o sobre adolescentes y respondí: ¡porque paso gran parte de mi vida en ese contexto! Y si analizan mis cuentos se darán cuenta de que trato de dejar un mensaje positivo o al menos reflexivo sobre algún tema —sin ser un libro de superación personal, por supuesto que no—, sino a través de la vida de los propios personajes. Y es así como hay chicos pensando en el suicidio, adolescentes embarazadas, estudiantes con necesidades diferentes, entre otros personajes que, lejos de ser un cliché o un estereotipo, pretenden sensibilizar al lector con lo que pasa en su vida que, aunque es ficción, coincide con la situación de muchos jóvenes.
Los libros pueden conseguirse con la misma autora, poniéndose en contacto con ella a través de su página oficial de Facebook: www.facebook.com/carlasolisescritora
