I
Hay formas en las que el odio se empalma con la ausencia. Cuando los que no están se quedan atrapados en los días, en los abrevaderos de los días. Hay sitios que jamás serán nombrados, territorios entre una muerte y otra, donde la historia es un hilo de rencor que se trenza con la angustia.
Mucho más que la muerte, ellos son de una ausencia que no cabrá en los días, que no podrá ser dicha por completo. Su forma de no estar es lo que somos. ¿Dónde estarán sus cuerpos? ¿Dónde estarán sus formas de gritar que aún están vivos, que son ellos los que han buscado durante un largo tiempo?
II
Los desaparecidos, los enterrados en fosas clandestinas, los arrojados al agua de la muerte. Los buscados por siempre, hasta el fin de la ausencia. Los que nos acorralan de gritos y de ruido. Los nacidos de muerte. Los ausentes…
III
Mucho más que sus nombres una cifra los dice. Son los cuarenta y tres de Ayotzinapa. Son los del dos de octubre que ha tomado una forma diferente. La historia no es la misma de hace cuarenta años. Son otros los que se han extraviado tras la muerte, son otros los verdugos.
Pero la muerte se repite para callar a los que gritan, a los que toman las calles y las plazas. Del fin del siglo veinte hacia el veintiuno, hay una historia negra que no se ha terminado, que no es la misma historia y es la misma.
¿Qué preguntas nos faltan? ¿Qué huellas de vacío nos persiguen, en lugares que se escarban para esconder la muerte?
IV
Son rostros que nos miran desde sus veinte años masacrados, desde un cartel que dice: “Hasta encontrarlos”. De una o de otra forma también ellos nos buscan, nos sacuden. Elevan su plegaria en forma de rencor multiplicado.
Ellos tienen un rostro que nos sigue mirando desde cualquier lugar donde se encuentren – si están vivos o muertos-. Nosotros los buscamos mientras ellos nos miran. ¿Qué distancias se abren a través de esta ausencia? ¿Qué infierno se nos clava en lo mirado?
V
¿Qué tuvo que pasar para que los odiaran de esa forma, hasta arrancarles el rostro y las palabras? ¿Qué odio es este odio, descomunal y roto?
VI
Hay una geografía que va de Ayotzinapa a un lugar no sabido. La raíz de esta muerte es un vacío. Las preguntas que siguen no están dichas…