La mañana comenzó tranquila en la Ciudad de México. Ni estudiantes, ni multitudes, ni el bullicio que suele anticipar una protesta. Apenas algunas banderas en el Ángel de la Independencia y vendedores resignados a un día lento.
Así arrancó la convocatoria de este jueves, una marcha que prometía ser la continuación del movimiento del sábado pasado, pero que terminó por desinflarse antes de tomar forma.
El fracaso no fue sorpresa. Después de que se evidenciara que la protesta anterior había sido manipulada por operadores del PRIAN —incluido uno de los convocantes que participó en los hechos violentos contra policías capitalinos—, el ánimo cambió. La distancia entre lo que se promovió como una manifestación juvenil y la realidad de los intereses detrás dejó a esta nueva marcha prácticamente sin asistentes.
A las 11:20 horas, apenas unas decenas de personas emprendieron el recorrido por Reforma. Destacaban una joven con bandera de la UNAM, un manifestante con una bandera pirata de One Piece y el ya conocido “sombrero” que se ha vuelto presencia habitual. El resto eran curiosos. Días antes, hablaba de “represión” sin presentar pruebas.
En Ciudad Universitaria, la situación fue aún más clara, Usuarios de redes sociales coimpartioeron imágenes y dijeron que nadie acudió al llamado. No hubo estudiantes, ni colectivos, ni siquiera los grupos que desde redes promovieron la protesta. Solo un campus en absoluta normalidad.
Más tarde, marcharon alrededor de 150 personas sin que se reportaran incidentes. En ese pequeño contingente, policías de la SSC detuvieron a varios sujetos enmascarados. Según Carlos Jiménez, portaban artefactos peligrosos y máscaras con filtro usadas para resistir gas disuasivo. Las autoridades aseguraron diversos objetos adicionales.
La ausencia del PAN, de la marea rosa y de los operadores que el sábado impulsaron la marcha dejó en evidencia que la convocatoria no tenía base real. Sin ellos, la supuesta “Generación Z” quedó reducida a un pequeño grupo con consignas dispersas y sin rumbo político claro.
Mientras tanto, en el Zócalo, la Presidenta Claudia Sheinbaum encabezaba el acto por el aniversario de la Revolución Mexicana, ajena al intento opositor por revivir la protesta.

